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Renuncia de Herrera: la historia de cómo se desactivó una bomba con muchas esquirlas PAÍS

Renuncia de Herrera: la historia de cómo se desactivó una bomba con muchas esquirlas

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La renuncia de Herrera era inminente, debido al riesgo de desencadenar un escándalo diplomático. Un proyecto, que buscaba recaudar US$ 5 millones en medio del Caso Convenios y que no contó con los procedimientos regulares del Ministerio de Relaciones Exteriores, atrajo críticas hacia su gestión debido a su falta de experiencia diplomática y política. A la ahora exembajadora de Chile en el Reino Unido se le relacionó con situaciones polémicas, y según el canciller, su dimisión también guarda relación con un complicado ambiente laboral en la embajada de Londres. El ministro Van Klaveren subrayó que ni el proyecto ni el traspaso de fondos fueron autorizados, destacando la importancia de análisis rigurosos en la Cancillería.


“La Cancillería agradece el trabajo de Susana Herrera”. Una escueta declaración selló la salida de la embajadora de Chile en Reino Unido, Susana Herrera, ya que hoy el ministro Alberto Van Klaveren anunció su renuncia. La dimisión fue efectuada después de que se revelaran sus acciones encubiertas con el Gobierno Regional del Biobío, liderado por Rodrigo Díaz (exmilitante DC), para promover un proyecto de US$ 5 millones. El plan involucraba la construcción de un mercado de madera en Santa Juana, pero fue detenido por el Ministerio de Relaciones Exteriores.

En su rol de jefa de servicio y responsable de los asuntos disciplinarios y administrativos en el Ministerio de Relaciones Exteriores, la subsecretaria Gloria de la Fuente fue quien conversó con Herrera después de enterarse en el Ministerio de que el proyecto no había seguido los procedimientos regulares.

El encuentro cara a cara entre De la Fuente y Herrera fue tenso, según conocedores de la conversación. En ese sentido, la subsecretaria le solicitó aclaraciones sobre las cuestionadas gestiones para promover el proyecto en Santa Juana, a lo que la exembajadora habría respondido empleando los mismos argumentos que expuso en la entrevista con El Mercurio.

Al matutino, Herrera afirmó que “el proyecto no guarda ninguna relación con beneficios personales”, así como también que “les he comunicado (a Cancillería) sobre las fundaciones, sobre las reuniones, sobre este interés de las fundaciones del Rey Carlos III para realizar un proyecto en Chile desde el principio”. La ahora exembajadora también planteó que “las acusaciones que están formulando en contra mía carecen de fundamento y son absolutamente falsas”, pero aseguró que “quizás le tuve que haber explicado más el detalle”.

La renuncia de Herrera era inminente, sobre todo porque amenazaba con transformarse en un escándalo diplomático insostenible, lo que afectaría la imagen de la diplomacia nacional, en un país considerado como el quinto en importancia política para Chile, después de Estados Unidos, Argentina, Perú y Alemania.

En efecto, la aseveración de la ahora exdiplomática de que el propio rey Carlos III estaba de algún modo implicado en el proyecto amenazaba con hacer estallar una bomba que podría haber causado muchas lesiones. De hecho, luego de que ayer circulara dicha defensa de parte de Herrera, a ninguna persona que supiera algo del tejemaneje de la diplomacia le cabía duda alguna de que la arquitecta estaba en sus horas finales en Londres y que era solo cosa de tiempo para que los británicos presentaran, como mínimo, una nota de protesta.

Cabe mencionar que el cuestionado proyecto que presentó la ahora exembajadora chilena en el Reino Unido se dio justo en medio del Caso Convenios y reflotó su nombramiento en una de las embajadas estratégicas e importantes de Europa, lo que suscitó una lluvia de críticas y suspicacias, tanto desde la oposición como desde el oficialismo. Se puso en duda su desempeño, ya que como arquitecta, carece de experiencia no solo diplomática sino también política y en relaciones internacionales. Fuentes de la cancillería, además, aseveraron que el ministro Alberto Van Klaveren es un convencido de que la Cancillería de Chile no puede verse afectada por designaciones de personas con conductas reprochables o que no tienen las competencias para desempeñarse en los cargos.

En efecto, en los círculos de RR.EE. Herrera era considerada una “aparecida” en el servicio exterior, sin historia en materias internacionales. Por eso, nunca contó con la simpatía de los diplomáticos de carrera, al punto que, para fines de este año, se esperaba un cambio de un par de embajadores y ella era una candidata clara para dejar el puesto.

Asimismo, cabe mencionar que la Asociación de Funcionarios Diplomáticos de la Cancillería (ADICA), mandó una carta al Presidente Boric, haciendo presente que era impresentable que una embajadora trabajara en paralelo en proyectos personales. Por eso, luego de que el canciller ordenara recopilar todos los antecedentes del caso, a primera hora de hoy, Susana Herrera recibió un llamado para acelerar la presentación de su carta de renuncia, al considerarse que estaba llevando a cabo una agenda paralela. Ahí se selló su destino.

Fuentes cercanas a la Cancillería señalaron que Herrera pidió apoyo en la Federación Regionalista Verde Social (FRVS) para pedir apoyo político (de hecho, Flavia Torrealba, presidenta de la FRVS, salió en su defensa, reiterando la idea de que detrás del proyecto estaba rey Carlos III) pero en el segundo piso de La Moneda no se vio otra cosa que no fuera su remoción inmediata.

Esta polémica se sumó a otros casos, como que tiene una empresa en el mismo rubro del proyecto, que denunciaron que su madre, que estaba viviendo en la residencia de la embajada, era “captadora” de menores para adopciones ilegales durante la dictadura, y la desaparición de un joven que le estaba cuidando la casa en la comuna de San Pedro, Biobío, en 2005.

Van Klaveren: no hubo traspaso de fondos, pero sí un clima laboral complejo

Por su parte, el canciller Van Klaveren abordó el tema en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, donde detalló el trasfondo de la renuncia de Herrera. El secretario de Estado enfatizó que no se ha concretado ningún traspaso de dinero e hizo referencia a un complejo clima laboral en la embajada de Londres.

Asimismo, explicó que a la embajadora le correspondía proponer el proyecto a la Cancillería (y no al GORE BíoBío), que debía autorizar su desarrollo, gestión que no fue hecha por Herrera.

“No se ha autorizado el desarrollo de este proyecto. Más aún, no se dio la oportunidad de autorizar este proyecto y no se ha firmado nada, ni se ha autorizado el traspaso de fondos”, sostuvo en el parlamento, agregando que los cuestionamientos que se han realizado frente a esta situación surgen “del indebido proceso de ejecución de una idea que no contó con el conocimiento detallado ni con autorización alguna del Ministerio”.

“Hoy, más que en cualquier otro momento, el estándar de preocupación es mucho más alto y las exigencias de análisis deben ser más elevadas”, sentenció el titular del Ministerio de Relaciones Exteriores.

El jefe del Minrel dijo confiar en que su presentación ante la comisión de la Cámara Alta haya servido para disipar las dudas naturales de esta situación, la que “no son distintas a las que han suscitado en las oficinas de nuestra Cancillería y que llevaron a activar procesos de control”.

Alberto Van Klaveren agregó que obviamente la Cancillería evalúa permanentemente la gestión de sus embajadas y embajadores, por lo que en el caso de Herrera “hay otros elementos que han influido en la determinación de aceptar su renuncia”, aseverando que “la embajada en Londres tenía un clima laboral complejo, que estaba siendo informado a nuestra sede y había llamado nuestra atención una serie de situaciones laborales que estaban presentes y que suscitaron incluso el inicio de un sumario administrativo, que no está concluido”, detalló.

El ministro añadió que “otros elementos de gestión” también se tomaron en consideración en la decisión que se acaba de informar y que estarán presentes en su evaluación final.

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