El general en retiro Hernán Chacón Soto (86) se disparó en la sien, según las primeras informaciones, poco antes de que la Brigada de Derechos Humanos de la PDI llegara hasta su domicilio en Las Condes para llevarlo detenido, a fin de que entrara a cumplir la condena de 25 años en su contra, que ayer quedó a firme por parte de la Corte Suprema.
Personal de la Brigada de Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones constató, a eso de las 9:30 horas de hoy, la muerte del general en retiro Hernán Chacón Soto, quien se disparó un tiro en la sien, al interior de su domicilio en Las Condes, luego de que los oficiales llegaran a su casa, horas después de que ayer quedara a firme la condena de 25 años que pesaba en contra de él y de otros cinco exuniformados por los secuestros y homicidios de Víctor Jara y Littré Quiroga.
Los detectives acudieron hasta el domicilio del condenado para trasladarlo hasta las dependencias de la unidad policial, en Providencia, luego de lo cual el exuniformado iba a ser trasladado hasta el penal de Punta Peuco, a fin de que comenzara a cumplir con su sentencia.
Chacón era mayor al momento de los hechos y fue interrogador en el Estadio Chile, donde tanto Jara como Quiroga fueron sometidos a arduos interrogatorios, siendo torturados y luego ejecutados en el mismo lugar. El militar siempre negó su participación en los hechos, asegurando que sus labores en el estadio solo se limitaban a la custodia del perímetro exterior del recinto, pero según la justicia existen elementos suficientes como para culparlo de haber participado en los crímenes.
De 86 años al momento de su muerte, se presume además que es al menos uno de quienes disparó en contra de las víctimas, dado que portaba una pistola Styer calibre 9.23, que es el mismo tipo de arma con la cual fueron asesinadas ambas víctimas, luego de lo cual sus cuerpos fueron arrojados en la vía pública, cerca del Cementerio General.
Según explicó el fiscal Claudio Suazo, el hecho ocurrió cuando Chacón “se encontraba junto a su esposa y los funcionarios (de la Brigada de Derechos Humanos) que practicaban la respectiva diligencia”.
Al respecto, interrogado sobre si era efectivo que el exuniformado habría ido a su dormitorio a dispararse, precisó que “él solicitó retirar objetos personales, lo que aprovechó para realizar la acción”, utilizando para eso un arma que estaba inscrita a su nombre.
Por su parte, el jefe de la Brigada de Homicidios (BH) metropolitana, subprefecto Óscar Alvarado, aseveró que se trabajó en el sitio del suceso junto a personal del Laboratorio de Criminalística y un médico forense, indicando que todo apuntaba a la comisión de un suicidio.