El senador por La Araucanía, Felipe Kast (Evopolí), en la última semana ha revisado en detalle dos temas: la detención de dos carabineros como parte de la cúpula del grupo armado Resistencia Mapuche Lafkenche, en su circunscripción y la ausencia de “grandes acuerdos” en el Pleno del Consejo Constitucional. “A veces se nos olvida, que la lógica del narco que infiltra a las policías, es muy común en Latinoamérica. Y nosotros no estamos inmunes a esa corrupción”, en relación a la detención de los policías. Y sobre la propuesta de Carta Fundamental que elabora el Consejo Constitucional y el desempeño de sus integrantes, el diagnóstico del senador Felipe Kast es todavía más crítico y sombrío.
En entrevista con El Mostrador, uno de los líderes de Evopoli, acusa que en el Consejo Constitucional ha faltado mayor diálogo político entre los proyectos políticos representados para esos grandes acuerdos y que el Partido Republicano debe entender su responsabilidad histórica, aunque hayan construido su proyecto político en la lógica de la confrontación, y demostrar que sí puede gobernar y construir grandes acuerdos. Y además advierte que ni la izquierda ni la derecha deberían sacar cuentas alegres en caso de que el proceso vuelva a fracasar por falta de dialogo, “eso claramente sería un nuevo fracaso del mundo político”, ya que, considera, la ciudadanía está cansada del tema constitucional, y no existe ningún ánimo para abrir un tercer proceso.
En su su evaluación transita sobre un eje clave. A su juicio se está construyendo una propuesta de Nueva Constitución sin un nivel de consenso político que haga sentir a todos los sectores de la ciudadanía representados. “Más allá del contenido de las nuevas enmiendas, el problema es que no nacen desde un acuerdo político. Entonces la construcción del contenido de una Constitución es igualmente importante que el contenido de sí mismo”, afirma Felipe Kast.
-¿Cuál es su reflexión en torno al clima político del proceso constitucional para lograr consensos post conmemoración de los 50 años?
-La ciudadanía no está polarizada, es la élite política la que a veces cae en esa tentación, la ciudadanía quiere vivir tranquila. Eso no significa que los distintos proyectos políticos tengan no sus convicciones, pero lo que a mí me preocupa es ver que en el proceso constituyente, especialmente, se debieran buscar construir mínimos comunes, porque una Constitución se trata de aquello. No es como una ley cualquiera, es la ley más legítima que uno quiera hacer, no es una ley para hacer valer una mayoría simple. Una constitución tiene un objetivo que es definir las reglas del juego para el largo plazo, y eso es lo más importante, y eso desgraciadamente a veces no ha ocurrido con suficiente nitidez, porque no se ha trabajado lo suficiente en construir esos grandes acuerdos. Y eso puede significar desaprovechar la oportunidad que tenemos, que yo espero que todavía estemos a tiempo de aprovecharla para que efectivamente el capítulo constitucional se pueda dar por terminado de una vez por todas. Creo que esa opción está sobre la mesa, pero desgraciadamente se ha perdido mucho tiempo en no buscar construir esos grandes acuerdos.
-El comité de expertos hizo un esfuerzo donde se mostró capacidad de ceder entre los actores. ¿Ha faltado eso ahora?
-El Comité de Expertos hizo un esfuerzo legítimo, muy serio al respecto, donde todas las partes tuvieron o tienen que ceder, porque claramente si son mínimos comunes la Constitución no queda escrita al gusto de ninguna de las mayorías circunstanciales, sino que se piensa en una mirada más larga. Y el Comité de Expertos logró avanzar en esa dirección, se dio cuenta de su responsabilidad histórica, y yo espero que en la nueva etapa que le toca al Comité de Expertos, las conversaciones de acuerdos políticos se puedan dar para que efectivamente podamos tener una estabilidad constitucional hacia el futuro, que creo que es un elemento clave para que los países puedan crecer, desarrollarse y efectivamente avanzar hacia una sociedad más próspera, más justa.
-¿Cómo evalúa el desempeño de la Consejo en relación con esa responsabilidad histórica?
– Yo creo que se ha perdido tiempo, obviamente el Consejo Constitucional es infinitamente superior a la Convención anterior, no son comparables, pero en el Consejo ha faltado mayor diálogo político entre los proyectos políticos representados para que construyan estos grandes acuerdos. Creo que se ha caído en la votación muchas veces de las ideas una por una, por mucho mérito que tengan, y se ha dejado de hacer el ejercicio político sano, de decir, bueno, ¿qué elementos son los más centrales para ti y qué elementos son los más centrales para nosotros?. Y entender que las mayorías tienen ese carácter circunstancial, por mucho que alguien en el pasado lo tuvo, como la Lista del del Pueblo, el Frente Amplio, hoy en día no la tienen, y la tiene el Partido Republicano y otros más, parte de Chile Vamos. Falta entender que hay que situarse diez años más en el tiempo, para luego mirar hacia atrás y decir, bueno, estuvimos a la altura, logramos construir algo que a todos los sectores los dejara conformes. Eso obviamente no deja feliz a nadie completamente, pero nos deja feliz de que se crea un artefacto constitucional, una lógica de funcionamiento que puede ser incluso mejor que la Constitución que tenemos, que yo creo que es una Constitución que ha funcionado bastante bien. Por ejemplo en temas de reformas políticas, generar un sistema que permita evitar la polarización que tenemos hoy en día y la atomización. Hemos hecho lo mismo en una reforma al Estado, un Estado más moderno, entonces creo que hay una oportunidad de lograr dos cosas, cerrar un capítulo constitucional que le ha hecho muy mal a Chile, la inestabilidad constitucional es un elemento que sí, esa duda está detrás de la baja en la tasa de crecimiento que tenemos. Además, si finalmente no se llega a un gran consenso, se desaprovecharía una oportunidad, por ejemplo, de tener un Estado más moderno, de tener un sistema político que nos permita gobernar, porque hoy en día gobernar es muy difícil para cualquiera que le toque hacerlo.
-¿Y qué elementos dirías tú que han impedido mirar hacia el futuro y acercarse a un entendimiento entre la izquierda y los republicanos?
– En el fondo no ha habido una convicción de los distintos actores de que es necesario conversar, de que es necesario construir un acuerdo, y creo que el problema es que al principio era más fácil, porque cuando tú tienes un viento de cola a favor, obviamente la contraparte se siente con más incentivo a sentarse a conversar. Cuando vas perdiendo ese momentum, la contraparte a veces tiene incentivo a no sentarse a conversar y a hacer que fracase y por lo tanto se genera un círculo vicioso, por eso es que estamos contra el tiempo. Y ni la izquierda ni la derecha deberían sacar cuentas alegres en caso de que el proceso vuelva a fracasar, eso claramente sería un nuevo fracaso del mundo político, ya la ciudadanía está cansada del tema constitucional, no le atrae mucho, y, por lo tanto, no cerrarlo tampoco es algo que a la ciudadanía le vaya a generar mucho agrado desde el punto de vista de su evaluación del desempeño del mundo político.
-¿Cree que hay un sector de Chile Vamos que es clave para construir estos consensos en el Consejo?
-Yo creo que sí, hay un sector de Chile Vamos que está empujando aquello, entre ellos creo que Gloria Hutt ha sido un actor importante, pero, al mismo tiempo, creo que no sacamos nada solamente con que un sector Chile Vamos empuje, el Partido Republicano tiene que entender su responsabilidad histórica y yo sé que ahí tienen una apuesta, porque han construido su proyecto político en la lógica de la confrontación, por lo tanto, construir una lógica de acuerdos es algo que no ha sido parte de la naturaleza de ese proyecto político desde que nació. Pero, desgraciadamente, en este caso particular que es construir una nueva Constitución, la misma esencia de las constituciones es que sean el resultado de grandes acuerdos, de lo contrario no son buenas constituciones, porque dejan de ser aquello que la gente cree.
-¿ A republicano le ha costado entender su responsabilidad histórica para construir una constitución?
– En Chile Vamos haremos todos los esfuerzos, pero cuando hay un partido que tiene 45% de los asientos, es imprescindible que ese partido también asuma ese rol. Si tú no logras un gran acuerdo, pueden pecar de optimismo, porque les fue bien en una elección, piensan que les va a ir bien en la siguiente, que es previsible independiente de lo que hagan, pero están con el mismo error que cometió la convención anterior.
-¿Y hay tiempo para seguir buscando consenso en dos semanas?
– Por suerte el diseño institucional permite una última etapa de acuerdo, que es claramente la que le toca al Comité de Expertos después (que hará recomendaciones a las enmiendas), pero para que eso llegue a buen puerto tienen que haber conversaciones políticas que generen esos consensos. Y si no, se corre el riesgo de que se llegue con una constitución aprobada por una nueva convención, pero que la ciudadanía no suscriba, porque es tal el nivel de escepticismo que hay con la élite política en la ciudadanía, que si el texto no es producto de un gran acuerdo, y hay un grupo de la población que se dedica a torpedear o a criticar lo que se acuerda, claramente la ciudadanía puede terminar volviendo a desconfiar y decir: ¿saben qué? Prefiero quedarme con lo que tengo, que lo conozco, que le ha dado a Chile años de prosperidad en el pasado, por lo tanto no me quiero arriesgar a algo que no nace de un acuerdo transversal.
-¿Cómo explica el auge electoral que ha tenido Republicanos en relación a esa línea de confrontación?
-Creo que el Partido Republicano, primero, ha tenido varios aciertos en sus líneas problemáticas. Uno, el tema de seguridad, que ha sido siempre muy consistente en criticar a la izquierda en forma muy dura por su complacencia con la violencia, y, además, tuvieron una realidad que siempre es conveniente: no tener que gobernar. Cuando tú no gobiernas es muy fácil criticar. Al poder se puede acceder en forma bastante más fácil que antes por el populismo que existe, pero también así como accedes rápidamente al poder, lo puedes perder muy rápidamente. Es lo mismo que le pasó de alguna manera al Presidente Boric, que llegó al poder con un populismo bastante descampante, aprobando retiros, y una vez que llega al poder, la ciudadanía ya no lo ve como un outsider, sino como parte de las estructuras de poder y lo empieza a criticar. Entonces, el Partido Republicano tiene una gran oportunidad de demostrar que sí puede gobernar y construir grandes acuerdos, demostrar que sí están llamados a construir grandes mayorías. Y eso, no desde la lógica de la crítica, sino desde la lógica de la construcción. Eso requiere, obviamente, otro tipo de estrategia.
-¿Una estrategia más alineada con consensos?
-Pero no para todos los temas. Uno puede tener diferencias en temas, y yo las tengo con el gobierno, en la ley de usurpaciones, con la ley de Naím-Retamal, pero al minuto de llegar a acuerdos para poder sacar adelante las leyes, como es el caso de las usurpaciones, que a mí me importa sacar adelante ya que eso es lo que la gente en mi región me exige y me debo a ellos, yo voy a hacer lo imposible para que eso resulte en un acuerdo. En el caso constitucional se aplica un principio similar, si queremos que se cierre el capítulo, que es algo que todo Chile quiere, pero de buena manera, se requiere de ese diálogo, de esa buena política, de esa buena cocina, no de la mala cocina, es jugar con las cartas abiertas. Decir, mire, ¿sabes qué? Para mí son importantes estos tres elementos de la constitución, cuáles son los importantes para ustedes, y armar mesas de trabajo seria, técnica, que yo creo que fue lo que hizo el Comité de Expertos. Ese estilo de hacer política con altura, a todos nos debería dejar con una tranquilidad de que la constitución que se vaya a armar, nos va a dejar mejor que antes, el Comité se logró ese espacio, y desgraciadamente a ratos se ha perdido ese mismo espíritu.
-¿Las enmiendas que se están aprobando en el Pleno son representativas del electorado?
– Yo creo que hay muchas enmiendas que tienen sentido común, otras que obviamente no. En general, más allá del contenido de las nuevas enmiendas, el problema es que no nacen desde un acuerdo político. Entonces la construcción del contenido de una Constitución es igualmente importante que el contenido de sí mismo. La ciudadanía muchas veces se queda más con las formas que con el fondo. Nos encantaría que todo el mundo leyera, hiciera un análisis riguroso, comparado con especialistas, pero eso sabemos, incluso por el proyecto anterior que fracasó, de que no ocurre. Entonces es muy importante que en el fondo esto nazca de un acuerdo transversal,, que no sea una constitución de alguna manera revachista para ningún lado. Significa que una constitución mínima, una constitución liberal. Y tú dejas el resto a las leyes, para que las fuerzas políticas de mayorías que van surgiendo, que es parte de la democracia.
-¿Con lo que está aprobado, hasta ahora, en libertades de elección, salud, pensiones, educación, contribuciones votaría a favor de la propuesta?
-La propuesta de Constitución va en la dirección correcta. Mi problema es que no ha sido construida con el nivel de consenso que uno espera. Más allá de que yo pueda votar a favor, lo que me interesa es que todo Chile pueda sentirse representado en el texto. Esto no es una elección como quien elige a un alcalde, a un senador, o incluso a un Presidente. El objetivo es que el texto sea aprobado por una amplia mayoría. Si se llegara a aprobar por una mayoría circunstancial, claramente no va a ser la mejor Constitución. Aquí debe existir un trabajo de convergencia, de posturas mínimas comunes reflejadas en la etapa final de lo que está haciendo el Consejo Constitucional. Eso requiere que los distintos liderazgos se sienten a conversar. Y eso todavía siento que no ha ocurrido con la suficiente fuerza. Ahora, yo creo que no existe hoy día ningún espíritu ni ánimo de alguien para abrir un tercer proceso.
-En el derecho a la vida se cambió la nomenclatura “qué” por “quién”, muy parecida a la que rige actualmente, y cuatro representantes CHV se abstuvieron ¿Qué opina?
-Se ha armado un debate bastante interesante al respecto. El tema de cuidar la vida del que está por nacer es un lugar donde es legítimo tener diferencias. Y no creo que lo que se aprobó finalmente vaya a significar un retroceso sobre lo que hoy día rige. Lo que se aprobó no atenta contra lo que hoy día tenemos en esa materia, es completamente compatible con la legislación que tenemos.
–¿Usted cree que CHV electoralmente está amenazado por Republicanos en circunscripciones y distritos?
– Republicanos tuvo un éxito electoral muy grande y cualquier persona que no lo reconozca, es porque vive en otro planeta. Pero Republicanos está hoy día con una dificultad, que naturalmente ocurre, y que es que la novedad se empieza a perder porque les toca gobernar, ahora a Republicanos les tocó gobernar una Consejo Constitucional, con una mayoría y es muy importante que demuestren que están a la altura en ese primer espacio de poder que tienen. Por lo tanto, no sabría decirle qué circunscripciones podrían tener una amenaza, pero ellos van a ser una fuerza que va a continuar existiendo con fuerza. No sé si con el mismo éxito que tuvieron la última elección de consejeros. Pero Republicanos va a seguir siendo una fuerza política importante, con una representación en el Congreso relevante, y debieran preocuparse de que en esta primera instancia de poder que tuvieron, mayoritaria, puedan demostrar que son capaces de sacar adelante algo tan importante como una nueva Constitución.