La semana pasada, el Pleno del Consejo fijó las primeras líneas de lo que pretende ser la segunda propuesta de nueva Constitución en ser sometida a plebiscito. Dado el predominio del Partido Republicano en la composición del órgano, no fueron pocos los que pensaron que Chile Vamos jugaría un rol más preponderante en la búsqueda de consenso, a fin de arribar a un texto que fuera el fruto de acuerdos, tal como lo hizo la Comisión Experta. Sin embargo, más allá de los casos puntuales de algunos consejeros de Evópoli y RN, dicha coalición hasta ahora ha terminado por sumarse a las mayorías republicanas, eludiendo así –según diversas fuentes– la responsabilidad histórica de construir puentes para una casa común.
A días de que partieran las votaciones del Pleno del Consejo Constitucional, la posibilidad de lograr entendimientos amplios entre Republicanos, Chile Vamos y el oficialismo empezó a derrumbarse, y las esperanzas transversales de que los 11 representantes de Evópoli, RN y la UDI se erigieran como articuladores comenzaron a desplomarse también.
La noche del 6 de septiembre pasado se realizó una mesa negociadora entre las diferentes fuerzas que componen el órgano que redactará la nueva propuesta de Carta Magna, para lograr acuerdos. Ya entrada la madrugada del 7, los participantes de la cita salieron con una revelación: el último intento –hasta ahora– de lograr acuerdos políticos amplios estaba en punto muerto.
Desde entonces, el oficialismo no tiene instancias formales de diálogo con el Partido Republicano, y Chile Vamos reafirmó su posición intermedia entre ambos bandos: no le ha sido fácil satisfacer las expectativas de tender puentes entre las partes más distantes. Esto, pese a que entre parlamentarios oficialistas y opositores mantienen la esperanza de que antes del 4 de octubre logren propiciar un entendimiento, principalmente apostando por la experiencia política de los consejeros Gloria Hutt (Evópoli), Germán Becker (RN), Lorena Gallardo (Ind-RN) y algunos otros dirigentes.
El senador Sergio Gahona (UDI) es uno de los optimistas en el rol histórico de su coalición. “Varios en Chile Vamos queremos el consenso y es necesario hacer todo lo posible para que no se repita el fracaso del anterior proceso constitucional. Chile Vamos tiene un rol histórico, y es muy necesario que nuestro bloque articule y genere puentes de consenso desde Republicanos hasta el FA”, afirma Gahona a El Mostrador.
El legislador cree que los tres líderes de su coalición, Javier Macaya, Rodrigo Galilea y Gloria Hutt, “están en la línea de aunar voluntades”, aunque evalúa que en el Consejo Constitucional “el consenso está lejos aún, pero mantengo la firme esperanza que se logrará”.
En la directiva de la UDI destacan niveles de diálogo entre algunos actores, aunque son pocos.
“Eluchans, estratégicamente, ha moderado las posiciones en Chile Vamos y la UDI, y eso obviamente que siempre tiene costo. También Aldo Valle, ambos por su experiencia política. Y se han atrevido a votar moderando el proyecto y no siguiendo a rajatabla la estrategia de cada partido, de cada bloque. Ambos, coincidentemente, lo que han buscado con sus votaciones es tratar de moderar el proyecto y de hacerlo buscar viabilidad”, detallan entre dirigentes del gremialismo.
Agregan que también Carlos Recondo ha tratado de generar puentes, pero en las votaciones el protagonismo ha descansado en Eluchans. Y destacan que se trata de liderazgos que no esperan cargos públicos en el futuro, su preocupación no es electoral, sino engrandecer –dicen– el trabajo de una propuesta de Carta Magna y que esta sea aprobada.
El senador socialista Juan Luis Castro coincide con su par Sergio Gahona. “Chile Vamos tiene una gran oportunidad de salvar el proceso actuando desde la moderación y no desde el fundamentalismo de derecha. En esa opción, hay un escenario abierto para que el rechazo no sea inevitable”, dice a El Mostrador. Ese escenario depende, sostiene Castro, de si en las próximas etapas “se sostiene esa conducta o sucumbe ante Republicanos”.
En las diversas corrientes políticas se esperaba –al igual que cuando comenzó el proceso constituyente– que la derecha tradicional contuviera y logrará ser una bisagra entre la izquierda y la extrema derecha. Sin embargo, las votaciones de las últimas semanas han mostrado a Chile Vamos en una línea poco divergente, o solo en parte, del Partido Republicano. Al interior de Chile Seguro asumen que podrían haber hecho más para lograr entendimientos en una “pequeña cocina”, pero que la polarización y cálculos electorales en la mira han dificultado la tarea.
Entre los expertos electorales coinciden con esa mirada, la cual vivió su prueba de fuego esta semana. Esto, porque el pasado jueves se puso a prueba la muñeca política de Chile Vamos y su voluntad de moderar las enmiendas republicanas.
Ese día se llevó a cabo la votación del “corazón” de la propuesta constitucional y los más esperanzados vieron que desde Chile Vamos no contuvieron el avance de las enmiendas del partido de José Antonio Kast. A medida que avanzaban las votaciones se iba confirmando la alineación de las derechas, y la esperanza en los “votos de moderación” –a diferencia de lo que se había visto en un par de votaciones anteriores– pareció diluirse.
Tras esa jornada, se aprobó la libertad de elección en salud, pensiones, educación y restricción del derecho a huelga. Además, también se votó la exención de contribuciones para la primera vivienda, norma que incluso la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei –la principal carta presidencial hoy de la UDI–, calificó como “regresiva”, pues “no beneficia a personas vulnerables ni a la clase media”, sentenció.
Si bien existe una lectura amplia de que el Partido Republicano es el principal responsable del resultado del proceso, como lo advirtió a El Mostrador la presidenta del PS, Paulina Vodanovic, al interior del Consejo y en el Congreso también se le atribuye responsabilidad a Chile Vamos por su baja capacidad de enlazar los acuerdos.
“Como se necesitan cuatro votos para acercar posturas, yo creo que todos pueden ser articuladores en Chile Vamos de algún modo. Cuatro votos de cualquiera que se desmarque también pasan a ser un efecto articulador. Pero mayorías absolutas en temas polémicos con la izquierda es muy difícil que haya”, sostuvo el senador Carlos Kuschel (RN) a este medio.
Y agregó: “Cualquiera puede ser articulador y desarticulador. Ya estamos viendo los temas ambientales, pero estamos viendo los puntos y comas, estamos viendo nomenclaturas ‘qué’ o ‘quién’, pero es muy poco lo que en este momento están recién empezando a votar. Pero en las cosas más relevantes ha habido acuerdos, como en el sistema político”.
Y es que la derecha tradicional cuenta con 11 que son claves para que los 22 votos del Partido Republicano logren encontrar o superar el umbral de aprobación que se consigue con 30 sufragios a favor de una norma. En ese escenario, Chile Vamos podría dejar fuera algunas de las normas propuestas por los republicanos, pero, hasta ahora, la realidad ha mostrado un trabajo en conjunto de las derechas.
Un comisionado experto oficialista sostuvo que sus colegas de oposición entienden perfectamente que el hecho de haber aprobado esas enmiendas implica una imposibilidad de votar “A favor” por parte de alguien de izquierda. Y es que los oficialistas sostienen que esas enmiendas perpetúan un modelo neoliberal e, incluso, van en contra de la idea de un Estado social y democrático de derecho, como se comprometió al comienzo del proceso. Lo saben, advierte la misma voz, porque lo discutieron ampliamente durante la elaboración del anteproyecto.
Sin embargo, en la interna de Chile Seguro –la versión de Chile Vamos al interior del proceso constitucional– aseguran que se encuentran en una posición compleja, pues el Partido Republicano, con su mayoría, presiona bastante y aseguran que sí han logrado moderar las posiciones iniciales que aquellos ofrecen.
Ahora, si bien creen que el oficialismo tiró la toalla muy rápido en cuanto a conseguir acuerdos luego de esa reunión de la madrugada del 7 de septiembre, sí asumen que “podrían haber hecho más” para tender puentes entre las fuerzas políticas. Voces de la Comisión Experta ven en la derecha tradicional poco convencimiento respecto a las normas que aprueban y observan en eso a un grupo extremadamente presionado políticamente.
La presidenta de Evópoli y consejera constitucional, Gloria Hutt, ha sido identificada como una de las voces dialogantes del proceso constituyente. Hutt, en el programa de El Mostrador “Al Pan Pan” con Mirna Schindler, fue consultada por si Chile Vamos ha claudicado ante el Partido Republicano en el Consejo Constitucional y respondió: “En algunas cosas, sí”.
Además, explicó que “en la votación de las contribuciones de ayer (jueves), por ejemplo, se dejaron llevar por el entusiasmo de la aprobación popular que puede tener una norma como esta”. En la misma entrevista reveló que “a veces siento que como Chile Vamos podríamos marcar más presencia”.
Hutt reveló que las aspiraciones de su partido distan de lo que hasta ahora se ha construido. “Desde Evópoli, hemos promovido una Constitución mínima, muy liviana, muy flexible, y lo que estamos construyendo acá está bastante lejos de ser una Constitución mínima. Está llena de cosas que no tienen que estar ahí. Todavía está pesada y se puede alivianar en el alcance de sus textos”, puntualizó.
Para la presidenta de Evópoli, existe esperanza de que una parte de su coalición logre hacer frente a la avanzada de las enmiendas republicanas. Cuando se dejó fuera la constitucionalización de la cueca y el rodeo como baile y deporte nacional, respectivamente, y el concepto de “todo ser humano es persona”, hubo cuatro consejeros de Chile Vamos que con su negativa lograron frustrar la aprobación de estas enmiendas.
Lorena Gallardo, Germán Becker, Edmundo Eluchans y Gloria Hutt fueron los responsables y, en ello, la líder Evópoli ve una posibilidad de moderación: “Si logramos estabilizar esos cuatro votos que pueden hacer la diferencia, de los cuales tres ya están bastante consolidados, capaz que tengamos posibilidad”. Sin embargo, el jueves, cuando se aprobó la exención de las contribuciones, uno de los 30 votos que aprobaron la enmienda fue del RN Becker.
En Chile Vamos insisten sus representantes en que han abordado, con la mesa directiva y el comité de senadores, la necesidad de un esfuerzo por abrirse a un entendimiento, así como los desmarques en algunos líderes del bloque opositor. “Becker, representante de La Araucanía –explican en RN–, al igual que el exsenador Eluchans (UDI), no tiene aspiraciones políticas, por lo que le resulta más fácil distanciarse de sectores conservadores. Lo que se suma a que en Valparaíso, por donde el exsenador es representante de la entidad, Republicanos no tiene un bolsón electoral cautivo, como sí ocurre con otros representantes de la UDI, que si bien no pueden competir por cargos de elección popular por cinco años, sí pueden jugar un rol en campaña”, señala un parlamentario opositor.
Dentro de los consejeros oficialistas revelan que sí tenían expectativas de que Chile Vamos cumpliera un rol moderador, de contención de “los excesos republicanos”, afirma Yerko Ljubetic (CS). Según el consejero oficialista, en el alineamiento de estos cuatro consejeros de derecha en contra del artículo primero, vio “un gesto”, sin embargo, “de allí en adelante más bien lo que ha ocurrido es que Chile Vamos ha acompañado en todas las votaciones a la mayoría circunstancial republicana, por lo tanto, creemos que efectivamente eso ya no ocurrió”.
Respecto a los artículos referentes a la cueca y al rodeo, Ljubetic afirma que la negativa desde Chile Vamos a “ese tipo de cuestiones se instala más bien en la esfera de la corrección de errores”. Para el exdirigente estudiantil y una de las 100 firmas fundantes de Convergencia Social, “un gesto yo se lo atribuiría a una definición autónoma por parte de Chile Vamos en temas realmente sustantivos, como, por ejemplo, los temas relativos al Estado social y democrático de derecho”. Y eso, para el consejero oficialista, “no ha ocurrido”.
También hay dirigentes que apuntan a que los consensos tienen un fin marcadamente electoral. “Los consensos que hoy se persiguen buscan menos costos políticos a futuro para los partidos y que están armándose para las campañas presidenciales, donde la derecha hoy tiene una ventaja, por tanto, cualquier consenso pasa por eso”, dice el senador independiente Karim Bianchi.
Y agrega: “Los liderazgos que yo veo en Chile Vamos son de Hutt, Becker y Eluchans, y son quienes han llevado un poco el estandarte de esos partidos, aunque no sé si son representativos de todos o gravitantes, pero también se ve en varios consejeros un ánimo de sacar algo que tenga el menor costo político para estos partidos”, concluye el parlamentario.
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