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En el operativo efectuado por la PDI fueron incautadas quince armas que estaban ocultas bajo una losa de cemento, entre las cuales había dos fusiles, uno de ellos un AK-47. En otro operativo, realizado en la comuna de Traiguén (Región de La Araucanía), la policía civil incautó otras ocho armas, entre las cuales también se encuentra un AK-47, fabricado por Kalashnikov.
Un total de 15 armas de fuego, entre las cuales se contaban dos fusiles de guerra, uno de ellos un AK-47, fueron incautadas por personal de la PDI de la Brigada de Investigación Criminal de San Ramón, luego de una investigación de cuatro meses de duración, que comenzó debido a denuncias formuladas por personas del sector sur de la capital, relativas a sujetos que disparaban en medio de las calles de dicha comuna, amedrentando a sus rivales (y también a los vecinos), para ejercer el control territorial, a fin de vender drogas, un fenómeno cada vez más frecuente. Sin embargo, no es común que se hallen grupos dedicados al tráfico barrial que posean tan cantidad de armamento y, mucho menos, que cuenten con fusiles.
El director general de la PDI, Sergio Muñoz, dijo al respecto que la indagatoria “tiene que ver con la toma de estos territorios en las poblaciones donde se producen las disputas de territorio, los enfrentamientos entre bandas rivales, estos disparos que tanto asustan y preocupan a la ciudadanía”.
Muñoz detalló que además de las armas se encontraron 700 cartuchos de munición de distintos calibres, incluyendo 7.62 y 5.56, que son los que ocupan los fusiles, “lo que habla de esta potencialidad que tienen estas bandas, estos grupos criminales”, explicando que gracias a esa capacidad de fuego ejercen muestras de fuerza entre sus pares. Por cierto, añadió, el barretín, que fue hallado en el suelo de una casa, estaba oculto bajo una losa de cemento, sobre la cual habían instalado una parrilla. Para acceder a él, los detectives destruyeron el piso y recuperaron desde el lugar las armas y las municiones. Pese a que debido a la humedad algunas se ven oxidadas, todas, como se comprobó, estaban en buenas condiciones de funcionamiento.
Algunas, así como algunos cargadores –como se aprecia en el video que está al final de esta nota– se encontraban envueltas en plástico, justamente con el fin de evitar su deterioro. No se sabe cuánto tiempo llevaban allí, pero todo indica que las emparedaron al sospechar que la policía sabía de la existencia de ellas.
Muñoz precisó que “son fusiles que están totalmente activos, todas las armas mecánicamente están activas, y eso es lo que cobra relevancia”, agregando que se investiga cuál es el origen de estos elementos.
Al respecto, el perito balístico de la PDI, Hugo Chamorro Carrasco, explicó que, además de los fusiles, se incautó una escopeta y diez pistolas, entre ellas, CZ de última generación, con cargadores de 19 tiros calibre 9 milímetros. Además, se decomisaron dos revólveres Derringer de colección y un rifle calibre 22, además de un supresor de ruido para pistola.
Por su parte, el fiscal Guillermo Adasme, de la Fiscalía Metropolitana Sur, informó que, además de San Ramón, el grupo desarticulado también actuaba en Puente Alto y La Granja, y que los tres detenidos (dos de ellos con antecedentes penales anteriores) fueron formalizados por infracción a las leyes de Drogas y de Armas, tras lo cual quedaron en prisión preventiva y se fijó un plazo de investigación de 120 días.
Coincidió con el director de la PDI en orden a que las armas eran utilizadas con el fin de amedrentar a los rivales de la banda en medio de disputas territoriales, y aseveró que “estamos hablando de un grupo debidamente organizado” y que, por medio de los peritajes balísticos, se buscará determinar si el armamento fue utilizado en otro tipo de delitos.
El subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, destacó el operativo, precisando que “este caso es un ejemplo de dos elementos esenciales en la lucha contra el crimen organizado, que es quitarles poder económico a las organizaciones criminales y quitarles poder de fuego, y es evidente que esta organización criminal tenía un alto poder de fuego”, argumentando que “esperamos que sea una buena noticia para el país, pero sobre todo para la gente que vive en La Granja, en Puente Alto, en San Ramón. Hay una organización criminal que operaba en ese territorio, que usaba armas, que traficaba drogas y que hoy día está detenida”.
Sin embargo, lo obrado en la Región Metropolitana no fue el único operativo realizado en el país esta semana en que fueron incautadas armas de fuego de gran calibre, pues algo semejante ocurrió en La Araucanía, específicamente en Traiguén, donde la PDI incautó otro fusil AK-47, además de cuatro escopetas calibre 12 y cuatro revólveres calibre 38, junto con municiones, incluyendo cartuchos Brenneke de escopeta de caza mayor, que el Fiscal Regional subrogante, Alberto Chiffelle, confirmó que es “un tipo de munición que ha aparecido en algunos atentados registrados en la región”.
Producto del operativo hubo dos detenidos, los cuales también quedaron en prisión preventiva, acusados de infracciones a la Ley de Armas y uno de ellos, además, de microtráfico, pues en su poder se encontraron 13 gramos de cocaína. Según se reveló en la audiencia de control de detención, uno de los imputados (Joshua Salgado) ofreció telefónicamente la venta de dos armas al segundo (Juan Ormazábal), lo que este aceptó, luego de lo cual actuó la policía.
