El autor de “ChileNarco” analizó la evolución de la percepción lingüística del narcotráfico en Chile, señalando que en el pasado esta problemática parecía distante, pero hoy acecha con brutalidad, sobre todo tras el surgimiento del Tren de Aragua. Molina enfatizó la necesidad de una respuesta enérgica por parte de las autoridades, señalando que las leyes contra el crimen organizado llegaron tarde.
El periodista de investigación Jorge Molina, autor del libro “Chile Narco”, realizó un profundo análisis sobre la evolución de la lingüística relacionada al narcotráfico en Chile y la urgente necesidad de enfrentarlo de manera contundente. En un nuevo capítulo de Al Pan Pan con Mirna Schindler, Molina destacó un cambio significativo en la percepción de la palabra “narco” en Chile a lo largo de las décadas.
Colaborador de El Mostrador, Molina aseguró que hace un tiempo el término parecía ajeno y lejano, como si se tratara de un problema que ocurría en tierras lejanas. Sin embargo, alertó, hoy asecha de cerca y con total brutalidad.
“Para hablar sobre el narco lo primero es recorrer un camino lingüístico. Sin ir más lejos, del año 1989 hasta hoy, como en su momento, la palabra narco era una cosa extraña, como que ocurría afuera, y el comportamiento social era muy ordenado, porque venía producto de la dictadura militar y de una u otra manera la transición lo mantuvo. Esto siempre ocurría en otras latitudes, no pasaba acá, nunca iba a pasar porque es un país lejano, tenemos mucho mar, mucha cordillera, entones era fácil pillarlos. Pero empezó a ocurrir que esta palabra, narco, empezó a normalizarse y empezaron a cambiar los actores, y estos se volvieron cada vez más violentos”, comenzó afirmando el autor de libros como A la caza de un Espía y Crimen Imperfecto.
Uno de los aspectos más preocupantes señalados por el periodista de investigación Jorge Molina es el cambio en los actores involucrados en el narcotráfico. Sostuvo que, a medida que esta actividad se arraigaba en el país, los involucrados se volvían cada vez más violentos. No obstante, planteó que no se trata solo de la aparición de nuevos grupos, sino de una transformación en la brutalidad de sus acciones.
“La gente se acostumbró lingüísticamente y también las autoridades“, advirtió. Y mencionó que el fenómeno creció desde el 2019 en adelante de manera “monstruosa”, fundamentalmente con el Tren de Aragua, que “cambió todos los códigos de la delincuencia organizada”.
“No es que los demás fueran ‘niños de pecho’ ni buenos, pero la policía y fiscalía no estaban acostumbradas a ver gente enterrada viva, decapitada o que le cortaran los dedos, secuestro, extorsión, que si bien ha ocurrido y ocurre, no llegan al nivel de brutalidad que tiene el Tren de Aragua”, remarcó el periodista.
Pero, ¿cómo deben responder las autoridades en la actualidad? Si bien se han promulgado leyes para combatir el crimen organizado, como la ley contra el crimen organizado, Molina considera que estas medidas llegaron tarde, aunque a su juicio “el momento en que está el país es clave”, y es necesario tomar medidas efectivas de inmediato para enfrentar esta creciente amenaza.