Durante las votaciones de la Comisión Experta, Chile Vamos presentó enmiendas que morigeraban las redacciones republicanas en el derecho a la vida, Estado social y democrático de derecho, así como libertad sindical. Pero los expertos oficialistas votaron en contra, en un verdadero juego de máscaras.
El derecho a la vida, un Estado social y democrático de derecho y la libertad sindical serían los principales ejes del relato oficialista para una campaña electoral promoviendo una segunda opción de rechazo, ahora a través del “En contra”, en el plebiscito de salida del 17 de diciembre, ante la nueva propuesta de Carta Magna del Consejo Constitucional.
Así lo adelantan a El Mostrador representantes oficialistas del órgano constituyente, como también desde Valparaíso algunos legisladores del bloque de gobierno.
En el Frente Amplio (FA) incluso tienen una visión más radical. Según explican, que estos tres artículos –que hoy conforman la estrategia central del voto “En contra”– hayan pasado al texto constitucional sin modificación, no habría sido fruto de la falta de acuerdos y menos de una casualidad, sino que más bien fue “una estrategia” del oficialismo en la Comisión Experta para mantener los argumentos del rechazo a la propuesta constitucional.
De las votaciones se desprende que Chile Vamos había optado por morigerar ciertas redacciones promovidas por Republicanos, con la finalidad de que aquellas enmiendas fueran aprobadas por el oficialismo. Sin embargo, y fuera de lo que podría pensarse, los diez expertos oficialistas optaron por rechazarlas, lo que tuvo como efecto que las redacciones de los republicanos pasaran de forma inmediata al proyecto constitucional.
De esta forma –aseguran disidentes de esta estrategia–, la voluntad de mejorar el texto a través de apoyar una redacción menos dura fue, en rigor, un baile de máscaras, donde se desconoce el verdadero rostro de las intenciones.
La Comisión Experta del proceso constitucional tiene 24 integrantes, que fueron elegidos por el Senado y la Cámara de Diputadas y Diputados. De ellos, diez son de Chile Vamos; dos son de la Democracia Cristiana; uno del Partido de la Gente; uno de Republicanos; y otros diez de los partidos del conglomerado oficialista. Estos últimos, en bloque, votaron en contra de las modificaciones propuestas por Chile Vamos a la redacción original en los temas de derecho a la vida, libertad sindical y Estado social y democrático de derecho.
La votación oficialista contrastó, incluso radicalmente, con los sufragios de la derecha y el Partido de la Gente en estas tres materias, consideradas emblemáticas para el bloque de gobierno. Ello, hasta molestó a un sector de los consejeros del Frente Amplio y del Partido Socialista.
“Hasta ahora el tema que mayor rendimiento comunicacional le ha dado al oficialismo es el aborto. Ahora se dirá que la derecha nos planteó una negociación con nosotros. Eso es falso. Lo que hizo fue presentar una enmienda en donde proponía cambiar la palabra ‘quien’ está por nacer por ‘el que’ está por nacer. Eso tiene pequeñas diferencias, pero se entiende una intención de mejorar el texto actual. Y si el espíritu real, como dicen, de los consejeros oficialistas, era mejorar la Constitución, tendrían que haber votado a favor”, manifiesta a El Mostrador un integrante de la instancia.
Según argumenta, al ser rechazado en bloque en la Comisión Experta, la redacción no pasó a la instancia de comisión mixta y, de esa forma, “puso más en peligro el aborto en tres causales”, al llegar directamente al texto constitucional que se propondrá en estos días. “¿Cuál es la lógica que está detrás? Que el discurso apunta a que no hubo instancias de negociar un acuerdo y que la redacción del derecho a la vida, Estado social y democrático de derecho y la libertad sindical sean las banderas para llamar a rechazar”, puntualiza una fuente desde Valparaíso que conoce el proceso.
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En el caso del derecho a la vida, el cambio propuesto consistía en sustituir (en el inciso 1 del artículo 16) la oración “La ley protege la vida de quien está por nacer” por “La ley protege la vida del que está por nacer”.
Dicha moción se rechazó por los diez votos oficialistas, más el voto de la abogada democratacristiana Alejandra Krauss, mientras que a favor votaron siete expertos opositores (Paz Anastasiadis; Hernán Larraín; Katherine Martorell; Juan José Ossa; Máximo Pavez; Teodoro Ribera; Sebastián Soto) y otros seis se abstuvieron (Jaime Arancibia; Carlos Frontaura; Natalia González; Bettina Horst; Marcela Peredo y Catalina Salem).
Otros integrantes de la Comisión Experta, sin embargo, señalan algo distinto. Consideran, por ejemplo, que dicho cambio era inútil, cosmético, ya que se mantenía la definición de que todo menor de 18 años era un niño, incluidos los nonatos implícitamente. “Hablemos con honestidad, sigue existiendo un riesgo para la Ley de Aborto en 3 causales”, dijo la comisionada Antonia Rivas (FA).
En materia de libertad sindical, afirman en el Frente Amplio, ocurrió algo similar. Se rechazó el extenso cambio propuesto por los representantes de Chile Vamos, con los diez votos del oficialismo y los dos votos de las expertas de la Democracia Cristiana, mientras que la enmienda obtuvo diez votos de la oposición y también dos abstenciones.
Cabe recordar que el oficialismo sufrió una derrota en septiembre pasado en la votación del Pleno del Consejo Constitucional sobre libertad sindical, donde los consejeros del Partido Republicano y de Chile Vamos cambiaron casi por completo lo que establecía el anteproyecto que redactó la Comisión Experta. Y, entre otras cosas, aprobaron que no puede haber huelga en el sector público. Para Apruebo Dignidad el anteproyecto fortalecía la libertad sindical, reconociendo explícitamente el derecho a huelga.
En el caso de libertad sindical, los comisionados que votaron en contra de las enmiendas de Chile Vamos (12) fueron: Paz Anastasiadis; Alexis Cortés; Magaly Fuenzalida; Alejandra Krauss; Catalina Lagos; Domingo Lovera; Gabriel Osorio; Flavio Quezada; Antonia Rivas; Leslie Sánchez; Francisco Soto y Verónica Undurraga. Mientras que a favor votaron: Jaime Arancibia; Natalia González; Hernán Larraín; Katherine Martorell; Juan José Ossa; Máximo Pávez; Marcela Peredo; Teodoro Ribera; Catalina Salem; Sebastián Soto.
Lo expertos oficialistas y de la Democracia Cristiana no respondieron las llamadas de El Mostrador.
En el Senado también hay una mirada de rechazo a la redacción que hasta ahora tiene el texto, principalmente en los temas del derecho a la vida, un Estado social y democrático de derecho y la libertad sindical. Y no solo entre los legisladores oficialistas, sino también entre los independientes y algunos DC.
Para el senador Karim Bianchi (Ind), “hay muchas razones para poder llamar a un eventual rechazo de este texto”, ya que –a su juicio– “obviamente no recoge el sentir ciudadano, ni soluciones para los problemas que hoy afectan a la ciudadanía”.
“Es tan mala como la anterior. Se cambiaron temas, que antes podían ser la plurinacionalidad, ahora con el derecho a la vida, cuando las necesidades son otras. (…) Hay que verlo en su mérito, la gente ponderará aspectos como estos que yo opino son materia de ley y que se están constitucionalizando a conveniencia de fines personales (…). Si esos tres aspectos que me pregunta son negativos para una Constitución, me parece que sí. Me parece que son aspectos que en nada avanzan y que tampoco satisfacen las necesidades de la gente o lo que inspiró un proceso constituyente“, subraya Bianchi a este medio.
El senador socialista por Talcahuano, Gastón Saavedra, tiene una visión similar. Según explica, “se nos prometió una Constitución que iba a resolver los problemas esenciales de la población”, en materias como seguridad, previsión, educación, vivienda, trabajo. Sin embargo –sostiene–, ninguna de las medidas que se proponen en el texto de la propuesta de Constitución apunta a eso.
“Es todo lo contrario, apuntan a debilitar el Estado social y democrático de derecho. Y lo licúa. No garantiza derechos a los ciudadanos en el país, eso debilita la democracia permanentemente, y no trae la estabilidad que se requiere para que haya inversiones”, apunta el parlamentario.
Y agrega: “Lo segundo es que los derechos de las mujeres son un franco retroceso. Y se trata de que el siglo XXI sea el que integre a la mujer plenamente en derechos y en los pasos que se requieren para que sea parte del proceso de avance de la democracia en un país como el nuestro. Hay un amplio abanico de elementos que hacen oreja en la ciudadanía, porque no se está dando cuenta en el texto, como se prometió, de una Constitución que apuntara a resolver y superar las condiciones en que vivió Chile. Y eso lo que iba a traer era la paz social y, al mismo tiempo, las posibilidades ciertas de inversiones para poder tener crecimiento y para poder tener, por lo tanto, una distribución justa del ingreso“, señala el senador Saavedra.