El abogado constitucionalista y uno de los firmantes en la carta de reflexión que envió la DC, sostiene que “es demasiado simbólico que José Piñera encuentre esta Constitución como un win-win. Es su plan de modelo, ahora legitimado democráticamente. Es la gloria para los empresarios”.
La Comisión de Constitucionales de la Democracia Cristiana (DC) entregó analizó detenidamente el texto elaborado por el Consejo Constitucional y le realizó una serie de reparos. Sobre el texto en si, lo resumieron de esta forma: “Partisano, programático, contradictorio, populista, ineficiente e ineficaz”.
“Lamentablemente, si el texto constitucional de la Convención Constitucional del año pasado resultaba programático y maximalista y fue rechazado por una amplia mayoría, el que ahora se propone cumple con las mismas características del anterior. Se vuelven a cometer los mismo errores y el que pierde es Chile”, dicen los firmantes, entre los que se encuentran Juan Ignacio Alarcón, Jorge Correa, Javier Couso, Gonzalo García, Augusto Quintana, José Ignacio Núñez, Edgardo Riveros, Esteban Szmulewicz, Elisa Walker y Andrés Zaldívar.
Uno de los firmantes del texto, Javier Couso, conversó con El Mostrador y analizó el fondo de la propuesta constitucional, la que ha sido destacada por empresarios -quienes han dicho que votarán “A favor”- y por otros célebres nombres, como José Piñera, el padre de las AFP. De hecho, José Piñera escribió en su revista “Economía y Sociedad” -de la que es dueño- un artículo al que tituló “La Constitución: ‘Win-win’ para la Revolución Liberal” y en el que señaló, entre otras cosas, que se “reconfirmaron” los pilares económicos.
Al respecto, Couso señaló que el texto constitucional “ha suscitado el entusiasmo del empresariado. Hemos visto a José Piñera, una figura que había estado desaparecida, salir con un texto que dice win-win. Yo creo que tiene razón en lo siguiente. Este es el sueño de la derecha que aprecia la Constitución económica vigente, porque presenta no sólo la posibilidad de estimar democráticamente una Constitución económica que es única en el mundo en su grado de hostilidad al rol del Estado (…) pero que venía de un origen dictatorial y esa Constitución económica casi no se ha tocado. Entonces, yo diría que un proyecto que hoy día en los hechos profundiza esa Constitución económica de carácter neoconservadora, pero en un proceso democráticamente elaborado, es el sueño del empresariado”.
Por esto, Couso recalca la idea: “Es que win-win porque gana. Es demasiado simbólico que José Piñera encuentre esta Constitución como un win-win. Piñera no se pierde. Es su plan laboral, su plan previsional y su plan en materia de salud, legitimado ahora democráticamente. Sí, eso es. Es muy apetitoso”.
“Es la gloria para los empresarios, porque es profundizar el modelo, uno de los modelos más neoconservadores en lo económico del planeta, democráticamente”, cerró.
Couso fue más allá y dijo que la propuesta incorpora temáticas, como el Estado Social y Democrático de Derecho, porque estaba en las bases. En caso contrario, republicanos lo habría sacado. Es “un Frankenstein. Tenemos una declaración que se explica solo porque estaba en las bases, porque insisto, yo estoy bastante seguro que los republicanos habrían vetado el regimiento del Estado Social y Democrático de Derecho, porque simplemente es algo contrario a lo que ha sido toda su defensa acérrima de la Constitución del 80”.
“Esta es una Constitución inicial hostil a subir impuestos”, agregó. “De hecho, el único impuesto importante que se refiere es para eliminarlo, que es la exención de contribuciones para la primera casa, que no es un gran nivel de recaudación. Pero es relativamente hostil a los impuestos y sectores políticos que lo avalan. Siempre dicen que nunca hay un buen momento para subir impuestos. O porque la economía está sin crecimiento, o porque cuando está creciendo va a dejar de crecer. Es un texto que hace descansar todos estos planes”, explicó.
En el texto que elaboraron los expertos de la Democracia Cristiana -y que firmó Couso- hacen un análisis de diferentes materias, como lo relacionado a la salud y educación. En este último, por ejemplo, dicen que la propuesta del Consejo Constitucional es contradictoria “porque, al tiempo que proclama un Estado Social y Democrático de Derecho, luego limita su alcance hasta desfigurarlo, profundizando el Estado Subsidiario Neoliberal, segregando por ingreso en el goce de derechos sociales como la salud, las pensiones y la educación, al tiempo que cuestiona la actuación del Estado, lo que en la práctica hará imposible ejercer dichos derechos a la gran mayoría de los chilenos”. “Téngase en cuenta que el ingreso mediano en Chile es de 502.604 , lo que hace imposible a una gran mayoría de la población optar a los sistemas privados de educación, salud, vivienda”, añaden.
En la conversación de Couso con El Mostrador, ahondó en estas críticas: “Si la educación es algo que queremos dejar fuera del mercado y es un derecho social ciudadano básico, no puede ser que una niña, por algo que ella no puede controlar como es el ingreso de sus padres, quede marginada de un tipo de educación a la particular pagada, porque su padre no tiene capacidad económica”.
“En educación pasa algo parecido. Ciertamente no se adoptó algo como la Constitución Federal Alemana, que establece que hay un fuerte énfasis en que habrá libertad de enseñanza y cada persona podrá organizar nuevos colegios, pero en buena parte dice que la libertad de enseñanza no podrá ceder a las niñas y niños de los colegios particulares que se abran en ejercicio de esta libertad de enseñanza. No podrá discriminar por ingreso a las niñas y niños”.
“En salud se produce una situación que es de una confusión. ¿Cómo explicarlo? Ha llevado a que hasta incluso consejeros constituyentes, no todos ellos juristas, hayan declarado que entienden que es solidario porque hay un Plan Nacional de Salud y otros que dicen no”, criticó Couso. “Se establece, por verdad, un derecho fundamental. Cada persona tendrá derecho a elegir el sistema de salud que desea la comunidad. Fíjate la paradoja que podría llevar a esto. Si quebrara el sistema de Isapres, y si esto se aprueba, el Estado estaría obligado a garantizar que exista un sistema privado. Porque si tú tienes un derecho fundamental constitucional a elegir, tú tienes derecho a elegir la que el Estado te dé la oportunidad de elegir. Es responsabilidad del Estado, fíjate la paradoja”, añadió.
“Esto no tiene precedentes en ningún país del planeta. No existe un derecho a elegir un sistema de salud público o privado, en ninguna Constitución del mundo. Incluso en aquellas que no se declaran en el Estado Social de Derecho, como la de Estados Unidos. Se advierte una profundización del modelo neoconservador económico que ya tiene la Constitución de los 80, y que casi no se han tocado en 42 años de vigencia”, finalizó.