PAÍS
Créditos: PDI
Pedro Barrientos (76), ex teniente de Tejas Verdes declarado culpable en Estados Unidos por su rol en el asesinato de Víctor Jara en 1973, aterrizó en Chile luego de ser deportado de dicho país al perder su ciudadanía. Hoy se encuentra en el Batallón de la policía militar de Peñalolén.
Fueron 30 años en lo que Pedro Barrientos (76), ex teniente de Tejas Verdes declarado culpable en Estados Unidos por su rol en el asesinato de Víctor Jara en 1973, eludió la justicia chilena. Llegó a eso de las 18 horas a territorio nacional luego de que el Estado norteamericano lo deportara por por haber utilizado datos falsos para solicitar su residencia en dicho país.
Luego de arribar al Aeropuerto en Pudahuel, Barrientos fue trasladado en helicóptero por la Policía de Investigaciones (PDI) hasta el Batallón de la policía militar de Peñalolén, donde quedará detenido en calidad de procesado y permanecerá en prisión preventiva. “Esto viene a poner la nota culmine de un proceso de tantos años”, declaró el abogado de la familia de Víctor Jara.
El subprefecto de la PDI Gerardo Raventós advierte que hoy, luego de cinco años de trabajo y de un intento frustrado de extradición por parte del Estado de Chile a EE.UU., “nuestros detectives planificaron una nueva estrategia para lograr hacer comparecer a Pedro Barrientos ante la Corte de Apelaciones de Santiago por el homicidio de Víctor Jara Martínez y Litre Quiroga Carvajal, quien en ese tiempo era el Director General de Gendarmería de Chile”.
La nueva estrategia, relata Raventós, consistió en “demostrar, ante tribunales migratorios norteamericanos, que Barrientos había entregado datos falsos al momento de obtener la ciudadanía”. Con los antecedentes del asesinato de Jara, más otras condenas, los tribunales aludidos le suspendieron la condición migratoria al exmilitar y con eso comenzó un proceso de expulsión de EE.UU que hoy culmina con la entrega de Barrientos al ministro Guillermo de la Barra por su participación material en los hechos aludidos. Será el ministro será el encargado de informarle al ex militar su condición procesal en calidad de reo.
La embajadora de Estados Unidos en Chile, también vertió declaraciones a través de sus redes sociales: “Esto ocurre luego de una investigación de una década, que condujo a la revocación de la ciudadanía de Barrientos a principios de este año. Este caso es un recordatorio del compromiso del gobierno de EE.UU. de perseguir a los violadores de DDHH que buscan refugio de la justicia en los EE.UU”.
El ex teniente de la dictadura fue uno de los organizadores de la masiva represión a civiles en el Estado Nacional a pocos días del Golpe de Estado en contra del Gobierno democrático del Presidente Salvador Allende en 1973. Pasaron 50 años. El 5 de octubre de este año fue detenido en Florida, EE.UU., por funcionarios de la oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional.
La detención ocurrió en Daltona a propósito de “su participación en torturas y ejecuciones extrajudiciales tras el golpe militar de 1973” y producto de un dictamen del 2016 de una corte norteamericana que lo condenaba como “responsable” de la tortura y asesinato de Víctor Jara quien fue encontrado sin vida con 44 impactos de bala y más de 50 lesiones en su cuerpo.
El dato clave para distinguir la deportación de la extradición es que Barrientos había perdido su ciudadanía estadounidense, factor importante para acelerar el proceso de traslado. El 14 de julio un juez local lo había despojado de la ciudadanía por “ocultar intencionalmente hechos materiales relacionados con su servicio militar en sus solicitudes de inmigración”. Ese acto jurídico provocó las indagaciones de la oficina de Investigación de Seguridad Nacional.
Según las indagaciones, el exmilitar ingresó a Estados Unidos en julio de 1990 con una visa de visitante y siete años después se casó con una ciudadana estadounidense. Sin embargo, dicho expediente se detalla que el sindicato como responsable del asesinato de Víctor Jara adquirió de forma ilegal la ciudadanía porque le hacía falta de buen carácter moral al cometer actos ilegales, dar falso testimonio y participar en ejecuciones extrajudiciales.
Y es que el 2016 un jurado de un tribunal en Orlando había responsabilizado a Barrientos de la “tortura y asesinato” del cantautor, luego de una demanda presentada por la ahora difunta esposa de Víctor Jara, Joan y de sus hijas Manuela y Amanda. Ese año, el jurado le exigió al ex militar el el pago de una compensación millonaria por daños y perjuicios para la familia Jara.
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