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Eric Campos (CUT): “El paro va sí o sí. El Gobierno mira en menos al movimiento sindical” PAÍS Créditos: CUT

Eric Campos (CUT): “El paro va sí o sí. El Gobierno mira en menos al movimiento sindical”

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El secretario general de la CUT ahondó en los motivos del paro convocado para el 11 de abril y explicó la poca voluntad –a su juicio– de trabajar con los movimientos sociales. Según su perspectiva, el Gobierno está más preocupado del empresariado y eso lo aleja del programa propuesto en campaña.


“Tenemos un Gobierno que escucha poco”. Esa frase es una de las conclusiones que puede leer de la declaración del 13° Congreso de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). La molestia de la  principal multisindical de la fuerza laboral, siempre ligada a la izquierda, se traduce en que el Gobierno “no comprende el diálogo entre iguales o que genera poca sinergia con los movimientos sociales. Hay cierta desidia en la relación o, para ser más claro, un ‘mirar en menos’ al movimiento sindical en la ejecución del Gobierno y la creación de políticas públicas”. Esa evaluación llevó a la CUT a convocar a un paro nacional para el 11 de abril. 

El secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores, Eric Campos, en entrevista con El Mostrador, explicó la situación y anunció las acciones que se tomarán a propósito de la evaluación decantada por la multisindical. “Lo que esperamos es romper un statu quo, que hay una suerte de empate político de, por un lado, un oficialismo que tiene el control del Gobierno y, por otro, una derecha que tiene el poder de veto en el Parlamento”.

La principal crítica es que han quedado fuera de cualquier espacio de debate, señala Campos: “No vemos voluntad real del Ejecutivo de convocar al movimiento social, en particular al movimiento sindical para debatir”. 

Además, el secretario general de la CUT, quien milita en el Partido Comunista (PC) y es parte de su Comité Central, hace una especial crítica a su colectividad y al Partido Socialista (PS): “Mi esperanza es que tanto el PC como el PS se orienten más hacia sus raíces y fortalezcan el sindicalismo”. Esto, debido a que desde la multisindical los ven lejos de la fuerza trabajadora de la cual surgieron. 

Quedan meses aún para la fecha de la movilización, pero Campos –que también fue candidato a la Convención Constitucional– sostiene que “el paro nacional del 11 de abril va sí o sí, porque las demandas que estamos planteando no están en condiciones de ser cumplidas por el sistema político”. 

Estas demandas son amplias, pero principalmente le exigen “al Gobierno recomponer el diálogo con las organizaciones sociales, particularmente el movimiento de trabajadores y trabajadoras” y, así, apelar a una agenda de Gobierno que, según advierte Campos, hoy se inclina “hacia la derecha”. 

-¿Con qué gestos o momentos han visto que los miran en menos?
-Lo que es preciso es que hay una forma de relacionarse del Ejecutivo excesivamente formal y que en los hechos, si bien a nosotros nos invitan a ceremonias y a cortes de cinta, lo cierto es que la participación que ellos plantean como contraparte es bien poco incidente. Yo diría que respetan, por cierto, espacios que son del tripartismo, concepto de la OIT que obliga a los Estados para que se sienten con la organización más representante de los trabajadores y también de empleadores. Eso se cumple, porque estamos en el Consejo Superior Laboral, pero en el resto de las materias, nosotros no vemos voluntad real del Ejecutivo de convocar al movimiento social, en particular al movimiento sindical para debatir, por ejemplo, en materia de pensiones. 

-¿Otro ejemplo?
-Por ejemplo, en el proyecto de ley de conciliación trabajo y familia, lo que hicieron fue convocar a ONGs y a colectivos de trabajadoras, pero no a los representantes de las y los trabajadores. 

La impresión que me queda es que, cuando el Gobierno no encuentra una primera respuesta positiva, desecha la posibilidad de construir acuerdos y diálogos con las y los trabajadores, y esa forma no se expresa necesariamente cuando se trata de los empleadores. Lo que vemos es que hay más esfuerzos en dialogar con los empleadores que con los trabajadores.

-¿Qué esperan concretamente del Gobierno con este paro convocado para el 11 de abril?
-Lo primero que esperamos es romper un statu quo, que hay una suerte de empate político de, por un lado, un oficialismo que tiene el control del Gobierno y, por otro, una derecha que tiene el poder de veto en el Parlamento. Me recuerda mucho a los tiempos de la cuestión social y el parlamentarismo. Mientras había graves problemas a nivel sanitario a inicios del siglo XX, el Parlamento discutía cualquier cosa.

Hoy, mientras la gente lo pasa mal por la inseguridad, porque no llega a fin de mes, porque tiene pensiones miserables, tenemos un Parlamento que juega al empate, que está en una permanente reyerta, pero que no terminan resolviendo los problemas reales de la gente y, en ese sentido, nosotros buscamos romper ese statu quo y llamar la atención sobre las causas que generaron el estallido y no están resueltas. Lo que queremos es levantar una agenda de cambio social que rompa de alguna manera este empate político entre la derecha y el Ejecutivo.

-¿Pero no lamentan crispar más aún los ánimos en un momento clave de la tramitación de la reforma de pensiones?
-Nosotros tenemos un rol. Si bien tenemos militantes de partidos que son del Gobierno, nuestro rol en el sindicalismo y nuestra orientación en nuestros actos está definida por quienes nos eligieron en nuestros cargos, que son las y los trabajadores de los distintos sindicatos. Lo señaló el congreso (de la multisindical): la CUT no es del Gobierno, no somos el departamento sindical del Gobierno, votamos por Gabriel Boric porque creemos que presentó un programa de cambios que aún está por verse si tiene capacidad política de concretarlo. Evidentemente que la opción de José Antonio Kast no es una opción para el movimiento de las y los trabajadores y, por lo tanto, no estamos pensando en incomodar o no al Gobierno, los que nos preocupa es que su programa se cumpla y que frente a las presiones de la oposición se corre, en materia programática, siempre hacia la derecha buscando sus votos.

Lo que a la derecha le interesa no es que el Gobierno lidere las políticas públicas con sus ideas, sino que le interesa una derrota del Gobierno. Nosotros queremos plantear una tercera vía. Una del movimiento sindical, de los movimientos sociales y es por eso que el paro es en abril. Porque esperamos construir un camino de alianza con el movimiento social, con los estudiantes, los pobladores, los usuarios de la salud. Ese es el desafío que tenemos y está por verse si vamos a tener la capacidad de realizarlo y esperamos que sí.

¿Se siente representado por este Gobierno?
-Yo voté por este Gobierno y tengo la expectativa respecto a este, pero mi rol no es señalar si me representa o no. Hasta ahora, lo que observamos es que al Gobierno le cuesta mucho avanzar en políticas públicas de la mano del movimiento sindical y social. En esa perspectiva, es un Gobierno que está al debe con la clase trabajadora, con las capas medias, con los más pobres, y creemos que el congreso de la CUT recoge esa reflexión porque ve con mucha preocupación el rol que tienen los empresarios en política y que empujan cada vez más al Gobierno hacia sus posiciones, alejándolo de las que en principio levantaron esta alternativa de coalición.

-¿Qué tanto tienen que ver las reuniones de lobby con los ministros y el anuncio de este paro?
-En las reflexiones del congreso no tienen impacto, porque este se iba a realizar sí o sí en esta fecha. Nosotros tenemos una opinión de esas reuniones. Nos preocupan los esfuerzos que se hacen de parte del Gobierno de buscar distintas vías de relacionarse con el gran empresariado, cuando este ha demostrado que tiene una posición política abierta y contraria al Gobierno. La CPC no solo financió la campaña del “A favor”, sino que señaló que iba a haber inestabilidad en el país si ganaba el “En contra”. 

Entonces, nos llama la atención que aquellos que buscan desestabilizar al Gobierno, como la derecha y el gran empresariado, sean los primeros objetivos a la hora de reunirse o de plantear una política de diálogo por parte del Gobierno. Lo que le ha faltado al Gobierno es mayor capacidad para sentar a la mesa a los movimientos sociales y a los trabajadores. En ese sentido, es evidente que este tipo de formas en las que han decidido reunirse con el gran empresariado ha sido rechazado profundamente por la ciudadanía y nosotros no estamos exentos de ese rechazo. 

-Usted milita en el PC y es parte del Comité Central. Teniendo en cuenta eso, ¿cómo está la relación de la CUT con el PC y el PS, que también tiene presencia en la organización?
-En términos cuantitativos, la mayor cantidad de dirigentes sindicales en la Central es del PS. Pero nuestro rol en la Central no está definido por lo que determinen los partidos, está definido por lo que determinen nuestros sindicados, en mi caso el del Metro y la CUT. Me parece que –y mi esperanza es que tanto el PC como el PS se orienten más hacia sus raíces y fortalezcan el sindicalismo–, me parece que ese es un desafío que todavía mantienen estos partidos, porque históricamente son partidos que surgieron desde la clase trabajadora. Esa es la aspiración que uno tiene, que cumplan con ese objetivo histórico con el cual nacieron.

-O sea que tanto el PS como el PC han perdido contacto con sus bases…
-Creo que, en general, el sistema político tiene una distancia con los movimientos sociales y con la ciudadanía. Pero lo que uno espera y uno les exige más a estos partidos, producto de que su origen histórico está precisamente en la orgánica de los movimientos populares y específicamente en la del movimiento sindical, creemos que ahí hay esfuerzos mucho más profundos que hacer sobre todo en facilitar más la relación entre un Gobierno, que se autodenomina progresista, con los movimientos sindicales y sociales.

-No le parece, entonces, que este Gobierno sea progresista…
-Me parece que está por verse si este Gobierno es progresista.

-¿Cuál es la principal reflexión del Congreso de la CUT?
-Establecer una plataforma social de cambio y va a tener un  hito fundamental el 11 de abril con el llamado a paro nacional.

-¿El paro está condicionado a un cambio en la actitud del Gobierno de aquí a abril?
No. Creo que el paro nacional del 11 de abril va sí o sí, porque las demandas que estamos planteando no están en condiciones de ser cumplidas por el sistema político. Ahora, si hay un cambio divino y se cumple una mayoría de las demandas que establecemos, evidentemente que lo vamos a revisar, pero lo que indica el sistema común es que tenemos que tenemos un sistema político incapaz.

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