Fueron 74 años de contrastes. Formó una familia, fue empresario, senador, Presidente de la República dos veces, enfrentó un estallido social —terminó querellado por crímenes de lesa humanidad— y fue protagonista de numerosas polémicas, sanciones incluidas.
El expresidente Piñera -único mandatario de Derecha desde el retorno de la democracia- solía pasar la primera quincena de febrero en su casa en Bahía Coique en Futrono. Era normal y su costumbre por años que mientras estaba de vacaciones se movía en su helicóptero personal. Incluso siendo Primer Mandatario le gustaba pilotar en la zona, lo que llevaba a desplegar por todo el área a los efectivos del GOPE. Este 6 de febrero, su último vuelo terminó en un accidente fatal cuando su helicóptero cayó sobre el lago Ranco, en los paisajes que tanto quería.
Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique nació el 1 de diciembre de 1949 en Santiago, como el tercer hijo de José Piñera Carvallo y de Magdalena Echenique Rozas. El padre fue ingeniero de profesión y funcionario de la Corfo, pero también representó a Chile en distintas labores diplomáticas, en especial bajo el gobierno de Eduardo Frei Montalva, de quien era amigo y correligionario en la Democracia Cristiana.
Sobre sus padres el expresidente Piñera señaló: “Mi padre era un intelectual, idealista y bohemio, un tipo al que le gustaba la vida nocturna, la conversación y el debate de las ideas, ojalá con una copa de tinto en una mano y un cigarrillo en la otra. Nunca nos castigó, nunca nos controló. Nos dejaba ser. Le interesaba que fuéramos libres. Era de esos viejos que te siguen desde la altura. Mi mamá, en cambio, era mucho más terrenal y pragmática. También muy piadosa. Provenía de una familia tradicional, aristocrática y conservadora, con un largo pasado en el campo, de típico origen vasco. Era, además, muy franca. De ella saqué también el estilo frontal de decir las cosas. Así, con un carácter muy fuerte, nos enseñaba disciplina, nos sentaba a rezar el rosario, el mes de María, vigilaba que hiciéramos las tareas. Esto fue esencial en mi formación. No tanto por mi fe en Dios, ya que creo que la fe no se puede imponer y la veo más bien como un regalo que he recibido, sino porque en ese rigor me inculcó el gusto por la lectura, por el estudio. Mi madre también era muy austera y muy previsora, a diferencia de mi padre, que vivía al día y le gustaba la buena vida”.
Miguel Juan Sebastián creció tratando de destacar entre sus cinco hermanos, manteniendo cierta rivalidad con el mayor, José, quien hacía bloque con Guadalupe. “Ellos eran más independientes. El resto, lo encabezaba él. “En mi casa, había que tener el cuero duro. Las tallas y bromas podían ser muy pesadas. Disimular las emociones, ir de duro por la vida, podía ser una buena estrategia de sobrevivencia. Eso explica, creo, buena parte de mi carácter”, dijo en la misma ocasión.
En 1964, su padre fue nombrado embajador en Bélgica. Así pasó de ser un alumno regular del Verbo Divino a un buen estudiante en el internado Saint Boniface de Bruselas. En 1967, cuando su padre asumió la Embajada de Chile en la Organización de Naciones Unidas (ONU), volvió a Chile a su último año de colegio al Verbo Divino. Ya había mejorado las notas y terminó entrando a estudiar ingeniería comercial en la Universidad Católica. Se tituló en 1971 y recibió el premio Raúl Iver al mejor alumno de su promoción. Estudió un máster y un doctorado en Economía en la Universidad de Harvard. En eso estaba para el Golpe de Estado. Contó que entonces llamó por teléfono a su polola y le propuso matrimonio. Se casó con Cecilia Morel Montes en diciembre de 1973. Tuvieron cuatro hijos: Magdalena, Cecilia, Sebastián y Cristóbal.
De regreso en Chile, fue consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) (1974-1976), consultor del Banco Mundial (1975-1978); y trabajó en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Paralelamente hizo clases, principalmente en la Universidad Católica.
Hace unos años declaraba: “Siempre he tenido gran energía para emprender todo lo que hago. Yo creo que la heredé de mi padre, que era inagotable, aunque inconstante. Siempre nos decía: ‘Hagan lo que quieran, pero háganlo bien, con pasión, con ganas. No se contenten con calentar el asiento’. Al final, siento que buena parte de la fuerza que se requiere para formar empresas está en la autoconfianza. No hay caso: uno tiene que creérsela. Una de las primeras empresas grandes que formé, por ejemplo, estuvo a punto de hundirse varias veces. Creo que salvé Bancard muchas veces a punta de optimismo y perseverancia”.
En efecto, en 1976, en plena dictadura, creó Bancard S.A. y trajo a Chile la representación de las tarjetas de crédito Visa y Master Card. Ha dicho que fue su primera gran aventura empresarial, porque creó una industria que no existía y siempre hablaba de ella. También decía que “a la inversión en Lan con los Cueto también le tengo mucho afecto; cuando nos hicimos cargo de ella, era una empresa pequeña, endeudada, con una dotación de apenas siete aviones anticuados y sin mayor prestigio. Era una organización con baja confianza y cero autoestima, y no dejo de sentir por el espinazo una corriente de orgullo cuando veo lo que es hoy: una empresa moderna, con más de 100 aviones, una organización prestigiosa, motivada y exitosa, una de las aerolíneas más eficientes y competitivas del mundo y una marca que ha llevado el nombre de Chile literalmente a medio mundo”, dijo.
Pero no todos fueron buenos negocios. En 1982 fue liquidado el Banco de Talca, del que Sebastián Piñera era gerente general. Tras el cierre de la entidad, varios de sus controladores fueron procesados judicialmente por defraudación e infracciones a la Ley General de Bancos. Miguel Calaf y Alberto Danioni fueron detenidos y declarados reos. Días después también fueron declarados reos Sebastián Piñera, Carlos Massad y Emiliano Figueroa Sandoval. Pero sus órdenes de detención fueron anuladas por la Corte Suprema tras la presentación de un recurso de amparo. Durante ese periodo Piñera se mantuvo prófugo, lo que él siempre negó. Décadas después, la exministra de Justicia de la dictadura, Mónica Madariaga, aseguró que ella intervino ante el Poder Judicial para evitar el procesamiento de “Tatán” por la quiebra del Banco de Talca, tras lo cual la Corte Suprema acogió un recurso de amparo que evitó que fuera detenido y encausado por el entonces juez Luis Correa Bulo, quien confirmó las presiones del régimen militar como “favor” a su hermano José Piñera (ministro del Trabajo de Pinochet, autor de las AFP y del plan laboral).
Detractores y admiradores de Sebastián Piñera coinciden en señalar que algo que siempre quiso fue ser querido, reconocido por la gente, por el pueblo, algo que le costó experimentar en vida.
De cuño DC, estuvo por la opción del “No” en el Plebiscito de 1988, pero, posteriormente, cuando regresó la democracia y quiso postular al Senado, no encontró apoyo en el partido de su padre, por lo cual entró a militar a Renovación Nacional (RN), gracias a lo cual consiguió un cupo senatorial, ejerciendo como senador entre 1990 y 1998, pero sin abandonar sus negocios, por lo que siempre fue criticado.
Llevaba dos años en el Senado y él, junto a otros entonces jóvenes dirigentes de ese partido, como Andrés Allamand, Evelyn Matthei y Alberto Espina, formaron la llamada “Patrulla juvenil” de la derecha. Piñera y Matthei, además, se alzaban como las dos cartas más fuertes para asumir una candidatura presidencial por la derecha, en los comicios que se realizarían a fines de 1993. Pero en agosto de 1992 se produjo el denominado “kiotazo”.
En un programa en vivo del entonces canal de televisión Mega, el empresario y dueño del mismo medio, Ricardo Claro, puso sobre la mesa una radio Kioto a pilas, la que usó para divulgar un audio en el cual Piñera le pedía a su amigo Pedro Pablo Díaz influir sobre el periodista Jorge Andrés Richards (conductor de ese espacio), para que en una próxima emisión, donde iba a estar invitada Evelyn Matthei, “la dejara como una cabra chica” con preguntas que, entre otras cosas, tenían que ver con su posición respecto al divorcio, aún inexistente en Chile.
La conversación telefónica fue grabada por agentes de inteligencia del Ejército en dependencias del Comando de Telecomunicaciones, en Peñalolén, como se comprobó posteriormente. Un capitán fue quien le entregó la cinta al comando de Matthei, que se la hizo llegar a Ricardo Claro. Tras eso, ambos dejaron sus candidaturas, y Matthei dejó la militancia de Renovación Nacional (RN). Sebastián Piñera, en tanto, se obsesionó con el hecho y comenzó a indagar al respecto, pero dejó de hacerlo cuando se produjo uno de los episodios más desconocidos de la transición a la democracia y que, en su momento, se mantuvo en el más estricto secreto por mucho tiempo: el secuestro de uno de sus hijos, en 1993, que estuvo casi una hora en poder de desconocidos y que siempre se relacionó con la inteligencia militar.
En 1997 la atención sobre Piñera se centró en el caso Chispas, que involucró a Endesa (que había comprado a la chilena Enersis, empresa creada en el proceso de privatización de Chilectra y Endesa a fines de la dictadura). José Yuraszeck (UDI), socio y miembro del directorio de Enersis, y sus entonces socios, vendieron los títulos de Enersis a Endesa por un monto sobrevalorado, en lo que también se conoció como “El negocio del siglo”, que perjudicaba enormemente a los demás accionistas (los que recibieron un precio por acción mucho menor), entre ellos, al entonces senador Sebastián Piñera (RN). Al final éste consiguió que le pagaran un sobreprecio y fue acusado de utilizar su calidad de senador para obtenerlo. Por este fraude, Yuraszeck y sus socios fueron multados por 75 millones de dólares, pero las ganancias obtenidas en el trato fueron estimadas en 400 millones de dólares.
Más adelante, Piñera sería presidente de RN (2001-2004). Postuló en tres oportunidades a la Presidencia de Chile: primero en 2005, siendo derrotado por Michelle Bachelet en segunda vuelta; luego en 2009, donde superó a Eduardo Frei Ruiz-Tagle en el balotaje, convirtiéndose en el primer Presidente de derecha en ser elegido democráticamente desde 1958; y en 2017, donde venció en segunda vuelta a Alejandro Guillier.
Creó la Fundación Futuro, destinada a iniciativas educacionales. A través de ella fundó el parque Tantauco (2004). Para ello, compró 115 mil hectáreas de bosque nativo en la isla grande de Chiloé, que corresponden al 15 % de su superficie, en 6 millones de dólares. Al respecto, el pueblo huilliche ha reclamado “derechos ancestrales y legales”.
En 2009 enfrentó una nueva polémica, cuando en marzo de ese año se hizo pública la investigación por colusión de precios entre las cadenas de farmacias. Ante ello, condenó públicamente la situación, considerándolo algo absolutamente inaceptable. Sin embargo, parlamentarios del PPD lo acusaron de tener un doble estándar, pues él tenía acciones en FASA, una de las cadenas involucradas. Sin embargo, el entonces candidato declaró que no tenía idea que las tenía y que las vendería. Lo hizo por 1.400 millones de pesos (2,4 millones de dólares).
Entre los hitos de su primer gobierno figura la reconstrucción tras el terremoto de 2010, así como el rescate de la mina San José (2010), la ley de posnatal de seis meses (2011), la aprobación de la Ley Zamudio (2012), el cierre del penal Cordillera (2013) y la instalación en el discurso político del concepto “cómplices pasivos” en la conmemoración de los 40 años del Golpe de Estado (2013), así como el recibimiento del fallo adverso de la Corte de La Haya sobre la delimitación marítima entre Chile y Perú (2014).
En 2016, El Mostrador informaba que, en medio del juicio de Perú contra Chile por los límites marítimos ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, Piñera realizó una inversión relevante en la Empresa Pesquera Exalmar S.A., una de las más grandes del Perú, la que resultó favorecida en sus derechos de pesca por la sentencia emitida el 27 de enero del 2014 por el referido tribunal internacional. Es decir; en términos gruesos, parte de lo que Chile perdió a manos de Perú en ese juicio lo ganaron el exmandatario y sus dos socios chilenos (Rodrigo Sarquis y Juan José Cueto) con sus inversiones en esa compañía peruana. Desde Bancard hicieron hincapié en que la mayor parte de la participación de la sociedad de Piñera en la pesquera peruana fue adquirida con posterioridad al periodo presidencial y al fallo de la Corte Internacional de La Haya, e insisten en que ni ese juicio internacional ni sus resultados fueron factores a considerar, como tampoco incidieron en la decisión de inversión en dicha empresa.
Una investigación publicada por Ciper en 2017 reveló el caso de las llamadas empresas zombies,
En 2017 el expresidente Piñera apareció en la revista Forbes con una fortuna total de 2.700 millones de dólares. Sin embargo, como parte de su candidatura presidencial, debió declarar su patrimonio, lo que hizo por un monto total de 600 millones. Entonces Ciper reveló que el candidato tenía una suma no declarada en el paraíso fiscal de Islas Vírgenes Británicas, donde en 2004 había creado la sociedad Piñera Asociados, que dos años después rebautizó como Inversiones Odisea Limitada, siendo acusado de realizar una evasión fiscal internacional.
A través de Bancard Inversiones Limitada- empresa que el fallecido exmandatario controlaba con el 66% de la propiedad- Piñera comenzó a inicios de 2015 a transferir recursos desde Chile a las compañías de sus hijos en el extranjero. En efecto, Sebastián Piñera Echenique reformuló su grupo empresarial y traspasó más de US$500 millones a sociedades de sus hijos en Islas Vírgenes Británicas (IVB) y Luxemburgo, ambos considerados paraísos tributarios según el Servicio de Impuestos Internos.
Pero los traspasos no fueron hechos como lo establece la ley, por lo que el Servicio de Impuestos Internos (SII) inició una fiscalización en su contra y detectó irregularidades en una operación de financiamiento a sus hijos y el no pago de impuestos por la misma durante dos años, impuestos que incluyó -durante su segundo mandato presidencial- una condonación de las multas por parte del Estado.
Según consta en un documento ingresado por el entonces diputado comunista, Daniel Núñez (hoy senador) para solicitar una comisión investigadora, el año 2015 se realizó “una transferencia por parte de Bancard Inversiones Limitada, empresa controlada por el entonces candidato a la presidencia de la República Sebastián Piñera y su familia, de US 96 millones a la empresa relacionada Bancard Investment con sede en las Islas Vírgenes Británicas, territorio incluido en la lista de países considerados paraísos fiscales”.
La solicitud también detalla que “esta operación fue fiscalizada por el Servicio de Impuestos Internos, que determinó la existencia de una transgresión a las normas de la Ley de Impuesto a la Renta, que implicó el no pago de impuestos entre los años 2016 y 2017”.
De acuerdo a estos antecedentes “en el mismo periodo, Bancard Inversiones transfirió otros US $400 millones a empresas relacionadas en las Islas Vírgenes Británicas y Luxemburgo, operaciones en donde no existe constancia del pago de impuestos o de fiscalización por parte del SII”.
De la contabilidad de los años 2015 y 2016 del Grupo Bancard -con efectos tributarios para los años 2016 y 2017-, la indagatoria del SII reveló que el traspaso de $68 mil millones que hizo Piñera Echenique en 2015 desde Bancard Inversiones Limitada a Bancard International Investment, controlada por sus hijos en las Islas Vírgenes Británicas, fue irregular.
El SII dio cuenta de que en esa transferencia de Piñera Echenique a sus hijos, no se pactaron tasas de retribución, por lo que no se pagaron los impuestos respectivos. Es decir, en la operación, no hubo pago de intereses de los hijos al padre, por lo que no se pudo cobrar el impuesto respectivo en dos años: 2016 y 2017.
En total, se trataría de unos US$542 millones que salieron de Chile hacia esos paraísos tributarios. Entre los destinos figura Inversiones Odisea.
Entre los muchos conflictos de interés que le reprocharon en vida, figura el caso de los casinos Enjoy, en el cual, según reveló la periodista Alejandra Matus, Piñera habría firmado un decreto para salvar a la empresa de la quiebra, siendo que en 2015 su hijo Sebastián Piñera Morel y José Miguel Bulnes, a través de su empresa BP Capital, compraron el 36,8% de Inversiones Inmobiliarias Enjoy SpA para desarrollar proyectos inmobiliarios. Asimismo, BP Capital recaudó grandes sumas de dinero en 2017, a través de bonos poco transparentes.
En el contexto de la investigación global Pandora Papers, además, salió a la luz la millonaria compra venta de la minera Dominga, entre Sebastián Piñera y Carlos Alberto Délano, en las Islas Vírgenes. Los Piñera Morel fueron los accionistas principales del proyecto Dominga, pero en diciembre de 2010 Délano compró la participación de todos los otros socios en 152 millones de dólares, pagadera en tres cuotas. La última, sujeta a que no hubiera cambios regulatorios que obstaculizaran la instalación de la mina y su puerto, lo que dependía del gobierno de Piñera. La entonces familia presidencial habría obtenido una ganancia de 1.000% en 18 meses.
Fue electo presidente nuevamente a fines de 2017, luego de una campaña en la que puso un fuerte acento en el tema de la seguridad ciudadana. Durante su segundo mandato destacan, no sin polémica por gastos y concesiones, la gestión de la pandemia del COVID-19, la promulgación de la ley de Pensión Garantizada Universal (2021), que complementa la Pensión Básica Solidaria, creada por la ex presidenta Bachelet; así como la ley de identidad de género (2021). No firmó el Tratado de Escazú que había quedado tramitado por el gobierno de Bachelet y asimismo “archivó” la propuesta de reforma constitucional trabajada en el gobierno de Michelle Bachelet.
Sin duda, la prueba más fuerte que enfrentó fue el estallido social, durante el cual pronunció la famosa frase: “estamos en guerra contra un enemigo poderoso”. Posteriormente, aseguró que las movilizaciones que se registraron desde el 19 de octubre de 2019 en todo el país buscaron afectar “las bases mismas de la democracia” y que fue “un (intento de) golpe de Estado no tradicional, porque no fueron las Fuerzas Armadas”.
Durante este periodo llegó a tener un 82% de rechazo y una aprobación solo del 6%, según la encuesta CEP. A raíz del combate a las manifestaciones se produjeron masivas violaciones a los Derechos Humanos, donde centenares de personas resultaron afectadas y decenas de ellos perdieron sus ojos en manos de Carabineros. Producto de estas acciones, integrantes del alto mando de Carabineros y otros agentes del Estado y exautoridades de gobierno de Piñera enfrentan querellas por violaciones a los derechos humanos. De hecho, la Comisión Chilena de Derechos Humanos (CCHDH) envió a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional una denuncia ingresada en contra del expresidente Sebastián Piñera y de exautoridades que integraron su gabinete, acusándolo de haber cometido crímenes de lesa humanidad. El libelo busca “radicar las responsabilidades de autoridades civiles y militares en la violación generalizada y sistemática de derechos humanos” a partir del estallido social.
Las acciones penales se extinguen definitivamente, de acuerdo a la ley, con la muerte del imputado Sebastián Piñera Echenique.