La iniciativa, de investigadores de la UCSC, analiza aguas residuales de 30 comunas de la región del Bío Bío, entregando insumos clave para la toma de decisiones oportunas, así como para prevenir y evitar crisis sanitarias.
Contrario a lo que muchos piensan, en la era de la información no todos los datos relevantes se encuentran en los discos duros, historiales de navegación o en el uso de tarjetas de créditos. Las redes de alcantarillados también pueden ser una extraordinaria fuente de información sanitaria, en particular para la detección de virus y enfermedades antes de que se transformen en un peligro para la población, o para conocer los patrones de consumo de drogas.
Así lo ha demostrado el Centro de Vigilancia de Aguas Residuales Centinela Biobío, responsabilidad de investigadores de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) quienes por medio de un laboratorio especializado vigilan las redes de alcantarillas en 30 de las 33 comunas de la región del Bío Bío, para la detección temprana de patógenos, enteropatógenos (que provocan enfermedades estomacales), virus respiratorios y consumo de sustancias lícitas e ilícitas.
Al respecto, el director de Centinela Biobío, Matías Hepp, Dr. en Ciencias Biológicas, explica que el foco del proyecto es contar con un sistema de alerta que permita conocer qué virus están circulando antes de que existan brotes. “Toda la información que recogemos semana a semana la ponemos a disposición de las autoridades sanitarias, regionales y municipales, de tal manera que puedan tomar decisiones oportunas y adoptar medidas de prevención en materias de salud y abuso de sustancias”.
En más de un año de funcionamiento han podido anticipar el inicio de brotes respiratorios anómalos (como el ocurrido en marzo de 2023, casi dos meses antes de lo habitual), o incluso establecer cómo la droga denominada “Tussi” se ha ido instalando en las comunas de la Región del Biobío, y con mayor énfasis en verano. “Hemos detectado que drogas como el ‘Tussi’ tienen un mayor consumo estacional, en especial en las vacaciones de verano, mientras que hay otras donde el consumo es estable durante todo el año, como la marihuana y la cocaína, tanto la concentrada como en pasta base”, detalla la doctora Andressa Reis, directora alterna del proyecto.
En materia viral, la gerenta, Nicole Valenzuela, explica que durante enero han detectado un alza significativa de contagios Covid en las comunas de Hualpén, Chiguayante, Hualqui, Coronel, Cabrero, Los Ángeles, Los Álamos, Arauco y Cañete. “En este minuto estamos analizando las muestras para determinar cuáles son las variantes que se está propagando con más fuerza en esta temporada, información que traspasaremos al área epidemiológica de la Seremi de Salud”, precisa.
El sistema de alerta testea las aguas residuales a través de la toma de muestras de plantas de tratamiento o elevadoras, una vez a la semana, y de alcantarillado en las capitales provinciales, tres veces por semana. “El proceso de toma de muestras está a cargo de Biodiversa, y se realiza a través de un robot que realiza una toma compuesta durante 24 horas en cada punto, lo que permite establecer que es una muestra significativa para un día completo”, detalla Hepp.
Los informes se entregan mensualmente al Gobierno Regional del Biobío y la Seremi de Salud, aunque en caso de la aparición de un nuevo virus circulante, se informa de manera inmediata, de forma excepcional.
De esta forma, y tal como explica Reis, Centinela Biobío es el observatorio de aguas residuales más grande a nivel nacional y el único que detecta sustancias de abuso con la colaboración del laboratorio Corthorn Health, por lo que apunta a convertirse en un modelo para otras regiones. Para ello, ya se trabaja en la conformación del “Consorcio de Laboratorios Universitarios de Aguas Residuales” que, sumado a la colaboración de académicos de distintas áreas, busca implementar un sistema nacional para la toma de decisiones sanitarias, tal como ocurre en países como Inglaterra, Australia, Holanda, España y Estados Unidos, entre otros.
El proyecto tuvo su génesis en pandemia, con el monitoreo del Covid-19, pero en 2022 pudo relanzarse gracias al apoyo del Gobierno Regional del Biobío y la aprobación de un Fondo Nacional de Desarrollo Regional por $2.500 millones. Blas Araneda, Jefe de la División de Planificación y de Desarrollo del Gobierno Regional comenta al respecto que “es vital contar con información oportuna, que permita tomar decisiones bien fundadas y más eficientes. Este proyecto nos ayudará a ser pioneros en el monitoreo de aguas residuales en Chile y Latinoamérica, y a estar más y mejor preparados para enfrentar situaciones tan complejas como una pandemia”.