Jonathan Peled, de la división del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel para América Latina, denunció declaraciones de líderes latinoamericanos como antisemitismo, especialmente tras los dichos de Lula da Silva. En ese sentido, sostuvo que el Presidente Boric también cruzó la “línea roja”.
El director general adjunto para América Latina de la cancillería israelí, Jonathan Peled, emitió una firme declaración respecto a las recientes declaraciones de líderes políticos de la región sobre Israel, denunciándolas como manifestaciones de antisemitismo.
El diplomático, embajador de Israel en México entre 2015 y 2019, se centró especialmente en las palabras del presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, quien comparó la respuesta israelí a los ataques de Hamás con el Holocausto, evento que cobró la vida de seis millones de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
Peled hizo hincapié en la distinción entre la crítica legítima hacia Israel y poner en entredicho la legitimidad misma del Estado de Israel. “Una cosa es criticar a Israel, al gobierno de Israel, las políticas de Israel. Otra cosa es poner en duda la legitimidad del Estado de Israel de existir. Y, por supuesto, hacer comparaciones con el período del nazismo. Para nosotros, son declaraciones antisemitas y ponemos una línea roja muy clara hasta donde la crítica es legítima para nosotros”, afirmó, en conversación con Radio Biobío.
Consultado sobre si el Presidente Gabriel Boric también había cruzado esta “línea roja”, Peled respondió afirmativamente, aunque sin entrar en detalles específicos. “Cuando el Presidente Boric se ha expresado de una manera que a nosotros nos parece equivocada, condenamos eso”, aseguró.
El funcionario de la cancillería israelí relató que hace un año tuvo un “diálogo crítico, pero constructivo” en Santiago, en el que afirmó que acordaron “estar en desacuerdo en ocasiones y expresar nuestras opiniones, nuestras críticas, pero siempre manteniendo algún tipo de diálogo”.
“Israel es un país que quiere tener relaciones con todos los países en el mundo que están dispuestos a tener relaciones con Israel. No queremos ser un país aislado y, por lo tanto, así dirigimos nuestra política exterior. Y, cuando un presidente hace una declaración que nos parece que ha pasado o ha cruzado la línea roja, nos expresamos”, concluyó Peled.
Las tensiones entre Chile e Israel se han intensificado en los últimos meses, especialmente después de que el Presidente Boric llamara a consultas al embajador chileno en Tel Aviv, Jorge Carvajal, en protesta por lo que consideró “inaceptables violaciones del Derecho Internacional Humanitario” por parte de Israel en la Franja de Gaza.
“Chile condena enérgicamente y observa con gran preocupación que dichas operaciones militares –que a estas alturas de su desarrollo comportan un castigo colectivo a la población civil palestina en Gaza– no respetan normas fundamentales del Derecho Internacional”, declaró Boric en dicha oportunidad.
Recientemente, en una audiencia en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya, Chile acusó a Israel de ignorar las resoluciones de organismos internacionales y de violar sistemáticamente el derecho internacional en su relación con la población palestina. La representante chilena, Ximena Fuentes, destacó que Israel ha demostrado su intención de controlar indefinidamente el territorio palestino ocupado a través de diversas políticas, convirtiendo la ocupación en una anexión de facto.
También hubo un impasse diplomático después de que el Presidente Boric declinara a último momento una reunión con el embajador de Israel en Chile, Gil Artzyeli, luego de tomar conocimiento de la muerte de un joven de 17 años por ofensivas de las fuerzas armadas de aquel país en Cisjordania. Eso fue superado y el Mandatario finalmente recibió las cartas credenciales del embajador.
Cabe mencionar que Belice pidió ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la ONU poner fin a la “impunidad flagrante” de Israel para que no continúe “infligiendo cicatrices por generaciones a quienes sobrevivan a este Holocausto” en Gaza, y exigió su retirada “inmediata, incondicional y total de todo” el territorio palestino.
El diplomático beliceño Assad Shoman apuntó a la situación en la Franja de Gaza, donde, dijo, “la población entera, de más de 2 millones de personas, está en crisis, enfrentando los peores niveles de inseguridad alimentaria aguda” y consideró que “esta hambruna no es un accidente”, sino parte de un “borrado planificado” por Israel.