TVN vende el alma a su competencia directa

TVN cerró el año 2023 con una decisión que no tiene precedentes en la pantalla local. A través de un acuerdo que se mantiene en reserva, el canal público vendió los derechos de adaptación de al menos tres teleseries originales a Mega, su competencia directa. La primera en proceso de producción ya es conocida: se trata de El señor de La Querencia (2008).

Este acuerdo ha generado conmoción en la industria, por lo inédito y porque en 2023 el proyecto era otro. Roberto Cisternas, entonces director de Programación de TVN, quería aprovechar la extensa biblioteca de propiedad intelectual del canal –la mayor parte disponible para el público en la señal TVN3 desde julio del año pasado– y producir nuevas versiones de clásicos, también revisitados con éxito por el público actual en distintos formatos por internet. Con esta idea, el ejecutivo confiaba en levantar la deprimida pantalla del canal público, retomando la tradición de hacer teleseries y aprovechando la buena sintonía que entregaron los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Santiago 2023.

El modelo era de bajo costo para el canal, que solo aportaría el guion original, los estudios y el espacio en pantalla. El resto de la producción iría por cuenta de Rio Estudios. La productora del actor Pablo Díaz se ofreció como inversionista principal y gestor de acuerdos con alguna plataforma OTT, como Netflix o Amazon.

La idea de hacer remakes no es nada nuevo. Actualmente en el streaming pueden encontrarse versiones nuevas de la brasileña Pantanal, o de las mexicanas Pasión de gavilanes y Cuna de lobos, entre otras. El negocio de las adaptaciones tampoco es un misterio para TVN. Desde hace dos décadas, la estación televisiva ha vendido decenas de adaptaciones al extranjero, como ¿Dónde está Elisa, que se ha vendido a 16 países, Amores de mercado y Cómplices,  entre otras.

El negocio “calcado”

En este caso, Rio Estudios mostró los números y firmó con TVN un acuerdo de confidencialidad sobre los detalles y costos para implementar el negocio. En octubre tenían –según colaboradores del proyecto– un borrador de contrato. Pero la gestión de Roberto Cisternas ya tenía poco apoyo en los equipos, en el área comercial y en el directorio, donde esta idea de levantar la pantalla con nuevas versiones de dramas clásicos no estuvo nunca entre las prioridades.

Sí impactaron las cifras del reporte financiero, el que arrojó pérdidas por $4.732 millones en el período enero-septiembre de 2023. En septiembre renunció la gerenta de Finanzas Verena Horst, mientras que Cisternas dejó su cargo el 5 de octubre y fue reemplazado por Eduardo Cabezas, quien se abocó a producir los festivales de verano y el proyecto de remakes quedó en espera. Finalmente, el acuerdo con Mega se firmó en noviembre.

Ahora, la contingencia de tragedias a nivel nacional, y antes la polémica interna por el asunto Peso Pluma, lograron que este negocio quedara relegado de las cosas más importantes. Al interior de la estación pública, el acuerdo con Mega –con el que TVN compite por la torta publicitaria– es bien evaluado, teniendo en cuenta la situación financiera del canal, que requiere liquidez para funcionar. Tampoco el acuerdo significa el fin del proyecto que había con Rio Estudios, puntualizan.

Pero en la productora la relación con TVN está muy distante como para seguir “explorando” alguna asociación en el futuro. Aunque en Rio Estudios están atentos a que el negocio no sea “calcado” al que ellos diseñaron para la estación pública y que estaba detallado en los acuerdos de confidencialidad. Entre otros, que se evaluó a Alguien te mira como otra posible adaptación.

Vender la receta

Conocedores del acuerdo con Mega –que la estación del grupo Bethia mantiene en reserva– afirman que entre los títulos vendidos a la competencia hay grandes clásicos de la era Sabatini-Rencoret, como La Fiera o Amores de mercado. Estas fuentes estiman el precio de cada título en US$ 200 mil, por lo que tampoco es un acuerdo que pueda impactar en las finanzas del canal público. Pero sí tiene un efecto reputacional, contrario al despliegue que ha encabezado Francisco Vidal, el presidente del directorio, que anunció cambios y destacó el rol social de la estación en el conflicto por el evento para los damnificados de los incendios.

“Un canal que vende su propiedad intelectual a la competencia, le está vendiendo la receta a la competencia. Es vender el corazón”, sostiene un dirigente sindical que pide reserva. La decisión de TVN es una alerta encendida. “Es un negocio que muestra un canal a la deriva, buscando plata fácil, sin estrategia ni visión de futuro”, complementa el dirigente.

Entre los los escritores de drama para televisión, ven la adaptación de El señor de La Querencia, y otras que Mega pueda hacer en el futuro, como un posible flanco de conflicto. Ya hubo uno similar en 2021, cuando Pablo Illanes y otros guionistas demandaron a TVN por no cumplir con el pago del 4,5% de la venta de derechos al extranjero, que estaba estipulado en los contratos. El 1° Juzgado Civil de Santiago ordenó un arbitraje entre las partes. En este caso, los autores consultados no descartan acciones legales para cautelar su propiedad intelectual.

Paralelamente, TVN a fines de enero firmó un acuerdo con la Corporación de Directores y Guionistas Audiovisuales (DYGA), presidida por Vicente Sabatini, para regular “las tarifas y condiciones de pago por la comunicación pública en nuestro país de obras audiovisuales cuyo repertorio es administrado por dicha entidad de gestión colectiva”, según consigna el acuerdo, que no contempla las adaptaciones en el extranjero, ni menos en la pantalla de la competencia.

En Mega toman en serio la nueva versión de El señor de La Querencia y ya tendrían a Gabriel Cañas –la estrella de Generación 98, su éxito actualmente al aire– como actor para el rol protagónico y, además, habría negociaciones avanzadas con una plataforma de streaming.