La salida del general director Ricardo Yáñez era un tema conversado entre el uniformado y La Moneda. El día D: el 27 de abril, Día del Carabinero. Y se discutía un sucesor y nuevo Alto Mando. Pero la caída de su par de la PDI en el caso Audios cambió el diseño: su renuncia sería inminente.
Conmemorar su último Día del Carabinero, el 27 de abril, al mando de la institución y presentar su renuncia. Ese era el plan del general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, y había sido conversado con las autoridades de La Moneda, que se abrieron a esa opción. La idea, hasta el domingo por la mañana, era que pudiera despedirse de los carabineros más cercanos y realizar algunas giras y actos emblemáticos durante ese mes y dar un paso al costado antes de su audiencia de formalización fijada para el 7 de mayo, por el eventual delito de omisión –o responsabilidad de mando– en apremios ilegítimos cometidos durante el estallido social.
Sin embargo, el plan se derrumbó cuando el jueves por la tarde el Gobierno fue informado de que, a primera hora del viernes, el OS-7 allanaría las oficinas y la casa del director general de la PDI, Sergio Muñoz, por revelación de secretos y otras figuras penales semejantes, contempladas en la Ley de Lavado de Activos, derivadas de una “estrecha colaboración” con el abogado Luis Hermosilla, investigado por el Ministerio Público en el caso Audios.
Según una fuente del Ejecutivo, el fin de semana autoridades del Ministerio del Interior abordaron el tema con Yáñez, con el objetivo de que anticipara su salida y se buscara su sucesor. No obstante, Yáñez no se habría mostrado “muy receptivo a renunciar el martes”.
En esa trastienda, la entrevista del domingo al ministro de Justicia y Derechos Humanos, Luis Cordero, en el programa “Tolerancia Cero”, puso presión sobre Yáñez.
“Yo esperaría que el general director evaluara su renuncia antes de ser formalizado”, espetó el ministro de Justicia, Luis Cordero, sorprendiendo a todos los panelistas del late político. Luego de esa frase dominical y nocturna, el lunes amaneció envuelto en una serie de interrogantes sobre la súbita ofensiva del ministro en contra del general director de Carabineros, Ricardo Yáñez.
Por un lado, no había total claridad acerca de si el ministro habló a nombre del Ejecutivo y, por otro, de ser así, qué había ocurrido durante el fin de semana que hizo al Gobierno poner esa presión a la máxima autoridad de la policía uniformada.
Desde la institución policial confirman que los contactos entre el Ejecutivo y Yáñez existieron y que el emplazamiento del ministro Cordero respondió a una presión mediática para “instarlo” a renunciar.
Según explicaron a El Mostrador algunos asistentes al Comité Político, el caso Yáñez fue abordado en la cita. Aunque la ministra del Interior, Carolina Tohá, no entregó información adicional, justificó las declaraciones de Cordero y sostuvo que el criterio será que toda autoridad formalizada debe renunciar a su cargo, en vez de esperar a ser removido. A la mayoría de los presidentes de los partidos oficialistas les pareció un argumento político “bastante interpretable”, pero “el tema se abordó brevemente y ninguno quiso hacer preguntas”.
De hecho, el viernes pasado, con la renuncia del ahora exdirector de la Policía de Investigaciones, Sergio Muñoz, el Gobierno estableció un criterio para tratar con altos cargos involucrados en formalizaciones. Ese día, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, explicó que “la formalización en una causa que está siendo investigada, para el Gobierno siempre constituye un punto de inflexión respecto a los cuales tomar decisiones”.
Muñoz terminó renunciando ese día, pero las esquirlas del episodio impactaron al general Yáñez en su caso judicial, “pese a que se trata de figuras penales de muy distinta gravosidad”.
Según información que pudo recabar El Mostrador, como se detalla al inicio de esta nota, la renuncia de Yáñez para el 27 de abril era un tema ya conversado entre el uniformado y La Moneda, pero la salida de Muñoz cambió todo el diseño.
Desde el Ministerio del Interior se habrían comunicado con el general Yáñez durante el fin de semana para informarle que el Ejecutivo no estaba en posición de esperar mucho más tiempo su renuncia, debido a que su permanencia abría un flanco político que “no le convenía ni al Gobierno ni a la institución de Carabineros”.
De ahí, aparece la narrativa que ayer se hizo pública por parte de los presidentes de partidos que asistieron al Comité Político ampliado. Marco Velarde, presidente de Comunes, reconoció que “hay una complicación cuando hay ambos, un general y un director de policía, que están siendo investigados”. Sobre eso, agregó que “en un momento tan delicado para la seguridad del país como en el que estamos, las instituciones no pueden ser cuestionadas (prolongadamente por un caso)”.
El presidente del Partido Comunista, Lautaro Carmona, fue un poco más lejos: manifestó su inquietud por el funcionamiento de Carabineros y subrayó esa “evaluación” que debería hacer Yáñez de su retiro.
“Si esto empieza a afectar el funcionamiento eficaz de una de las policías, que además tiene una misión histórica de participar en batallas, ojalá con la máxima eficiencia y eficacia, para terminar con el crimen organizado, yo creo que tendrá que tomarlo muy en cuenta”, señaló Carmona.
Además, reiteró el criterio del Gobierno, respecto a que la permanencia del general director de Carabineros es una cosa de tiempo. “El Gobierno ya ha manifestado una política para ejercer la autoridad que es, en tanto formalizado, no da lugar, digamos, para que pueda seguir ejerciendo una tarea de esa dimensión”, aclaró el timonel comunista.
En este diálogo que habría sostenido Interior con Yáñez, el general de Carabineros habría solicitado un plazo para despedirse, fijando su renuncia para antes de abril, con la esperanza de realizar alguna actividad simbólica para que su retiro no esté teñido con el manto de corrupción que ensombrece al ahora exdirector general de la PDI, Sergio Muñoz.
Sin embargo, dentro del Gobierno tampoco les pareció una fecha prudente y, a modo de respuesta, se le habría solicitado al ministro Cordero que emplazara al jefe de Carabineros para poner un foco mediático en su renuncia. Desde el oficialismo creen que la salida de Yáñez es inminente y que lo más conveniente para la institución es que presente su renuncia durante esta semana. Además, fuentes bien informadas sostienen que se comenzó a conversar con el general sobre las cartas de sucesión, donde el uniformado y el Ejecutivo tienen candidatos distintos.
El encuentro entre el Presidente Gabriel Boric y el general Ricardo Yáñez fue antes de lo esperado y ocurrió ayer en una actividad en Maipú, en la que se reiniciaron las obras de una comisaría, donde hubo expectación por la presencia del uniformado, luego de las frases del ministro Cordero. El saludo entre el Mandatario y el general fue más distante que el de otras veces e, incluso, los asientos entre uno y otro no estaban cerca como se había hecho costumbre.
En la actividad, sin embargo, Yáñez no fue dejado solo, sino que el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara (PPD), un hombre cercano a Tohá, fue el encargado de intercambiar palabras de cortesía con él, en la idea de dar la apariencia de “cierta normalidad”. No obstante, en toda la ceremonia, Boric permaneció lejos del general. “Ni siquiera lo miró”, comenta un testigo.