Con pasos por comisarías judiciales y unidades administrativas, entre ellas del área de la educación y la logística, el sucesor de Sergio Muñoz fue jefe de la Brigada de Reacción Táctica, la unidad de choque que posee la PDI.
La elección del nuevo director general de la PDI, Eduardo Cerna Lozano, fue muy bien recibida al interior de la institución, donde anoche distintos detectives expresaron su satisfacción por la decisión del Presidente, dado el perfil del sucesor de Sergio Muñoz, que mezcla operatividad y academia, que era justamente lo que buscaba el Gobierno, donde existía la convicción de que el nuevo director debía, además, estar lejos de los círculos de poder internos. Distintas fuentes policiales consultadas al respecto coincidieron en señalar que Cerna “es un caballero” en su trato y que, por lo mismo, siempre ha gozado de mucho respeto en la institución, sobre todo de parte de sus subalternos. Ese trato, dicen, también le ha permitido relacionarse siempre de buena forma con las autoridades del Poder Ejecutivo.
Antes de ingresar a la PDI, Cerna estudió varios años de Ingeniería Civil en la Universidad de Concepción, de donde es originario, y durante su carrera realizó una serie de estudios de nivel superior, entre ellos un magíster en Inteligencia Estratégica en la Anepe. Además, recientemente terminó sus estudios de magíster en Dirección Superior de la Universidad de Barcelona, aunque le falta rendir el grado. Posee seis diplomados, realizados en Chile y el extranjero, entre los cuales se cuenta uno sobre crimen organizado, que también era una de las materias que importaba mucho en La Moneda que estuviera dentro del ámbito de manejos de quien asumiera a la cabeza de la PDI.
Como policía “de calle”, su currículo registra trabajos en las comisarías judiciales (actuales Brigadas de Investigación Criminal) de San Miguel y Concepción, además de la Bicrim de Santiago, donde asumió en 2015, por lo cual le correspondió participar en varias mesas de trabajo con la entonces alcaldesa de la capital, la actual ministra del Interior y Seguridad Pública, Carolina Tohá.
Le tocó investigar crimen organizado en las poblaciones La Legua y La Victoria, cuando formó parte de la Fuerza de Tareas Sur, pero a la formación policial clásica –por así decirlo– se suma una especialidad poco común en la policía civil: la de operaciones tácticas.
Con varios cursos SWAT (Special Weapons and Tactics) en el cuerpo, durante un tiempo estuvo en la escolta del exdirector Arturo Herrera y posteriormente pasó a ser parte de una de las unidades más nuevas de la PDI, la Brigada de Reacción Táctica metropolitana (BRTA) y, luego, fue jefe de la Prefectura de Operaciones Especiales, de la cual depende la BRTA. De hecho, la fotografía que encabeza esta nota lo muestra de pie, cuando era prefecto de Operaciones Especiales.
Quienes lo conocen relatan que en su escritorio tiene una figura de acrílico de un detective enfundado en el traje negro que usa la BRTA, que es la unidad que hoy encabeza todas las operaciones de riesgo que efectúa la PDI, y que se enorgullece de haber sido el gestor de lo que hoy es el Departamento de Operaciones Subacuáticas, la misma unidad que –entre otras cosas– realizó los peritajes subacuáticos en el Lago Ranco, luego del accidente que le costó la vida al expresidente Sebastián Piñera.
Su carrera policial, sin embargo, se fue mezclando con funciones de otro tipo. Fue subdirector de la Escuela de Investigaciones Policiales y director del Centro de Capacitación Profesional y, posteriormente, asumió un “fierro caliente”: la Dirección Nacional de Logística y Grandes Compras, un lugar muy sensible, dado el volumen de dinero que se transa, las especiales características de los proveedores con que se relaciona la PDI y el tipo de “commodities” que se adquieren, entre ellos, armas y municiones.
Dentro de la PDI, Cerna es percibido como alguien alejado de los “lotes” internos. Pese a ser parte de su Alto Mando, no era cercano a Muñoz, y no se le conoce ninguna sensibilidad política. Esta mañana será recibido a las 8:30 horas por la ministra Tohá y el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve.
La designación de Eduardo Cerna significa, además, el pase a retiro automático de los tres oficiales que estaban sobre él en antigüedad: Claudio González Hofstetter, Lautaro Arias y César Cortés.
En orden jerárquico, entonces, a Cerna le siguen ahora el prefecto general Jorge Sánchez y los prefectos inspectores Alex Schwarzenberg, Paulo Contreras, Ricardo Gatica, Consuelo Peña, Jorge Valdés, Hugo Haeger, Erwin Clerc, Leonel Fuentes, Maricela Gárate, Rodrigo Fuentes y Cristian Lobos, en las primeras 12 antigüedades de la institución.