Crisis en el PPD; descrédito del Senado; un revés en la testera de la Cámara; disenso para nombrar a tres ministros de la Suprema; y una nueva correlación de fuerzas en el Congreso que dificulta las reformas programáticas, son efectos expansivos de una bomba que le explotó en la cara a La Moneda.
Una debacle en el PPD; pérdida de confianza para acuerdos legislativos; un revés para la testera de la Cámara; disenso para nombrar a tres ministros de la Corte Suprema pendientes; y una nueva correlación de fuerzas en el Congreso que hace difícil la aprobación de las reformas programáticas. Estos son los principales efectos que se vislumbran en la coalición del Presidente Gabriel Boric, después de la derrota de Pedro Araya (PPD) en el Senado.
Luego de que, a través de El Mostrador, el exministro y miembro de la Comisión Política del PPD, Sergio Bitar, le exigiera explicaciones al presidente de la tienda, senador Jaime Quintana, por los errores cometidos, ayer las recriminaciones contra el timonel del partido se incrementaron.
Diversos miembros de la Comisión Política del PPD criticaron que el senador por La Araucanía no asistiera “nunca” a la reunión del Comité Político en La Moneda por estar en su región, y enviara en reemplazo al vicepresidente Cristóbal Barra, a quien atribuyen falta de experiencia política para imponer la posición del partido. Ese era solo uno de los cuestionamientos que dirigentes de la tienda le transmitían por los acalorados chats internos. También se le objetaba haber acordado apoyar con su voto a Pedro Araya como candidato a la mesa del Senado y que, a última hora, cambiara su voto para apoyar finalmente a su contendora Ximena Órdenes (ind-PPD). Por esto hasta recibió un llamado del exsenador Guido Girardi para “reconvenirlo”.
Asimismo, en la directiva no entendían por qué Quintana no había tramitado las papeletas con cambios en las comisiones, luego de que “Araya lograra que Yasna Provoste le cediera la presidencia de Hacienda a la senadora Ximena Rincón”. Incluso, el hasta ayer presidente del Senado, Juan Antonio Coloma (UDI), señaló a El Mostrador que pasado el mediodía del martes recibió un llamado de Quintana, para decirle que Araya sería el candidato oficialista y que le recordó a su par “que el PPD debía entregar todavía los cambios en las papeletas de las comisiones, pero este no lo hizo”.
En el PPD también había molestia con la ministra del Interior, Carolina Tohá, que según los representantes de la colectividad había vetado la llegada del senador Araya a la Corporación, y que, incluso, le manifestó a Quintana que para el Gobierno era mejor Ximena Órdenes o Ricardo Lagos Weber, si este aceptaba. Por lo que –afirman en el PPD– cierta sumisión con La Moneda hizo que se arrastrara al Partido por la Democracia a su peor crisis interna en una década.
“Se pierde la presidencia del Senado para las fuerzas oficialistas. Culpables muchos. En campaña 2022 los candidatos que no quisieron hacer campaña e impidieron mayoría. Ahora un comité político de @GobiernodeChile que sufre su peor traspié. Pero que de seguro se mantendrá intocable”, señaló en Twitter el senador Fidel Espinoza (PS), apuntando al rol de La Moneda en el fracaso.
Desde el retorno a la democracia nunca se había roto el acuerdo administrativo del Senado que permite establecer la presidencia de la testera de la entidad. Según explican en ambos sectores, con ello se sinceró un nuevo equilibrio político en el Congreso y una nueva geografía de gobernabilidad legislativa que se vislumbra compleja.
“El Senado dejó de ser la institución que llegaba a acuerdos y la palabra empeñada se cumplía, y ese es el daño reputacional que se ha hecho, es gigantesco”. Esa era una de las principales reflexiones que 24 horas después de la peor derrota del bloque que respalda al Presidente Gabriel Boric, tras la caída de la reforma tributaria por dos votos en la Cámara, circulaba como un mantra en los pasillos del Congreso.
“Yo lamento mucho lo ocurrido, más que por mi situación personal, porque el Senado dio un triste espectáculo y se quebró una tradición histórica que existía en él y que era que los acuerdos se cumplían, que la palabra empeñada valía. Lamento profundamente que Juan Antonio Coloma termine sus días como parlamentario con esta imagen de una persona que al final demuestra que no es capaz de cumplir los acuerdos respecto de los cuales él se benefició, y la UDI termina demostrando que siempre ha estado en su ADN, como partido, la traición y el engaño”, resumió brevemente el senador Pedro Araya (PPD) como reflexión por lo sucedido.
En el Socialismo Democrático grafican la derrota en el Senado como una bomba que explotó, pero cuya onda expansiva no acaba de propagarse. Ello, porque prevén que el crispado debate del martes en el hemiciclo “va a repercutir fuertemente en ciertos temas de Estado que debe resolver la Cámara Alta”.
Por ejemplo, legisladores explican que “no hay ni una confianza” para lograr un acuerdo con la derecha en los nombramientos de la Corte Suprema, donde se tiene que nombrar a tres jueces.
“Yo no tengo ninguna certeza de que la derecha va a respetar mañana que el cupo –que es de centroizquierda– sea un ministro efectivamente de perfil progresista. Esto en un año en que tienes que nombrar contralor, tres ministros de la Corte Suprema, un fiscal judicial, entre otros cargos. Entonces hay un problema de marca mayor, porque en el fondo se quebró la confianza republicana en el Senado”, sostiene un legislador oficialista.
Un escenario más sombrío se vislumbra para la aprobación de las reformas emblemáticas prometidas por Boric: la de pensiones y la tributaria.
“Esto es un golpe nuevo a la línea de flotación del Gobierno. La derecha bloqueará con más fuerza las principales reformas. El Gobierno no podrá cumplir sus principales compromisos de campaña”, recalcó el senador socialista Fidel Espinoza.
Uno de sus pares del PS señaló a El Mostrador que La Moneda tendrá una dificultad mayor respecto de las prioridades y urgencias de los proyectos de ley en el Senado: “Teniendo en manos de la derecha la testera, eso les da una capacidad resolutoria amplia. Y en lo político se tendrá que negociar todo con mucha prolijidad y una mayor necesidad de entendimiento. Y al interior del Socialismo Democrático tendrá que haber una fuerte autocrítica de corrección y orden frente al tremendo desastre”, asegura un parlamentario.
Para otros dirigentes oficialistas la nueva mayoría de derecha –en lo que parece un nuevo pacto opositor– se torna peligrosa para zanjar eventuales acusaciones constitucionales contra ministros.
“El año 2008 Adolfo Zaldívar y Fernando Flores también se salieron de sus partidos (la DC y el PPD) y le otorgaron mayoría a la derecha en el Senado. Poco después prosperó la acusación constitucional contra Yasna Provoste, un hito en el inicio del deterioro institucional del país. El destino de ambos en la derecha fue muy pobre, lejos de la influencia que esperaron tener. Leyeron mal a la derecha. Creo que Rincón y Walker cometen el mismo error… y van a terminar mal”, señaló en Twitter el exdiputado Jorge Insunza (PPD) y miembro de la comisión política de la tienda.
En el Gobierno recién ayer en la tarde comenzaron a calibrar el golpe recibido. La ministra vocera, Camila Vallejo, dijo que lo sucedido en la Cámara Alta preocupa al Gobierno, “porque no solo da cuenta y devela la minoría política que el Ejecutivo y el oficialismo tienen en el Congreso (…), sino porque la pregunta que uno se hace es cómo generar acuerdos para reformas que sí son mucho más importantes, si es que los acuerdos son tan débiles”.
No solo la relación entre los senadores del PPD quedó resentida. También las relaciones del Socialismo Democrático con la DC, ante la dilación para aceptar dar la Comisión de Hacienda a la senadora Ximena Rincón (ex-DC).
“Los senadores oficialistas, en general, no lograron intervenir en la reyerta de Yasna Provoste y Ximena Rincón. De esta manera, pues, entonces, al final el oficialismo le dio las excusas a la derecha para facilitar la ruptura del acuerdo. Y ahora se hace peligrar que suceda lo mismo en la Cámara”, explica un parlamentario.
En la Corporación sostienen que tampoco fue bien evaluado entre los senadores oficialistas el rol de la jefa de gabinete Carolina Tohá, ni el de Álvaro Elizalde, a pesar de que este último les advirtió a Quintana y Lagos Weber que el PPD estaba demorando el acuerdo y el cambio de papeletas.
Mientras que las críticas en el Socialismo Democrático comienzan a recrudecer contra la ministra Tohá y el Comité Político.
“Tohá, que en la cocina presionó a Quintana para que no fuera Araya, ahora saca la voz en público para decir que se ha hecho un daño al Senado y que ella no va a permitir que suceda (…). Si ella fue parte”, dice una legisladora, que hace alusión a las declaraciones de la ministra, donde expresó: “Lo que pasó ayer en el Senado es extremadamente grave, no tiene precedentes. Nunca había pasado que, habiendo un compromiso, se beneficia un sector de la parte que le conviene y cuando le toque cumplir no lo haga (…). Lo que hicieron el día de ayer es un daño al futuro del país y nosotros no vamos a permitir que eso suceda”.
Varios senadores expresaron su molestia con el rol de la ministra y del Comité Político. “En cualquier Gobierno del mundo, en cualquier democracia, el Comité Político, tras una debacle como esta, debe pagar costos. La derecha se aprovechó de la indefinición del PPD, pero también del poco compromiso del Gobierno para ayudar a resolver este conflicto el viernes pasado”, dijo el senador Fidel Espinoza a El Mostrador.
“Elizalde llegó con la promesa de que podía resolver estas cosas, y que venía, hueón, de construir acuerdos en el Senado, y todo esto se le cayó. Cómo no pudo parar a la Carolina, o es que ahí la coordinación no anda bien”, sostienen desde la mesa del PPD.