El representante de Javier Milei entregó su versión del impasse diplomático con Chile en el Cristo Redentor y señaló que no recuerda esas expresiones. “Están extralimitados los comentarios”, sostuvo. Faurie da cuenta de su parecer sobre las orgías en tiempos de Spinoza Melo. “Hay mucho de mito”.
El embajador de Argentina en Chile, Jorge Marcelo Faurie, parece un hombre amable y de tono diplomático. Al menos telefónicamente. En conversación con El Mostrador, el representante trasandino en Chile, nombrado en diciembre pasado por el presidente Javier Milei, entregó su versión ante el reclamo de las autoridades chilenas por lo que consideraron de su parte una conducta “irrespetuosa”, “ofensiva” y “denostación” con Chile. Lo cual quedó registrado en una serie de oficios que reveló este medio en su edición de esta mañana.
De acuerdo con los oficios emitidos por autoridades diplomáticas del Ministerio del Interior y de la Cancillería, en una visita técnica bilateral al Área de Control Integrado fronterizo del Complejo Internacional Cristo Redentor –también conocido como Paso Los Libertadores–, el 15 de marzo pasado, el embajador argentino emitió una serie de declaraciones que causaron molestia en el gobierno chileno.
“Mi país ya era potencia agrícola mientras ustedes recién aprendían a comer”, fue una de las expresiones “irrespetuosas” del embajador Faurie, registradas en los oficios, que mayor molestia generaron entre las autoridades chilenas.
Sin embargo, el diplomático argentino manifiesta que, para él, “la idea no es dificultar el relacionamiento bilateral, es lo más importante” y que los relatos del incidente diplomático “están un poco extralimitados” ya que “no hubo un momento tan marcado”.
El embajador Jorge Marcelo Faurie, fue ministro de Relaciones Exteriores de Mauricio Macri; ministro consejero en la administración de Carlos Menem y llegó a ser el número 2 de la embajada de Argentina en Chile en 1989, cuando era dirigida por el controvertido embajador Óscar Spinosa Melo, uno de los protagonistas del libro Impunidad Diplomática, del periodista Francisco Martorell, donde se relatan una serie de fiestas desenfrenadas, satiriasis y escándalos. Cargos que recuerda en esta entrevista. Y aunque advierte que “Spinosa Melo tenía un perfil peculiar”, desmitifica las fiestas.
– ¿Cuál es su versión del impasse en el Complejo Internacional Cristo Redentor el viernes pasado y particularmente del reclamo de las autoridades chilenas por un trato irrespetuoso de su parte?
– Usted me consulta algo relativo a la reunión que tuvimos con distintos representantes de la Cancillería y de algún otro sector que estaba presente. Me parece que están un poco extralimitados los comentarios que me dieron, que me leyeron. No hubo un momento tan marcado, así como lo que escribieron.
-¿Usted no señaló que Argentina era una potencia agrícola, mientras Chile recién aprendía a comer, por ejemplo?
– No. La primera parte es correcta, la otra es un agregado, me parece. Argentina es un país con una larga experiencia agrícola. No lo que me dicen de algo de lo que Chile come, o no sé cómo es (ese texto) entero.
– Otro elemento mencionado, es una expresión suya en relación con la figura del delegado presidencial. ¿Usted señaló que el Gobierno de Argentina no reconoce el cargo de delegado presidencial?
-No. Nosotros no tenemos un cargo de delegado presidencial, en Argentina.
-¿Pero usted lo conocía, el de Chile?
-A ver. Me lo presentaron, en esta reunión allá. Nosotros no tenemos un delegado presidencial en el mecanismo bilateral. Quien encabezaba la reunión por el lado chileno era el delegado presidencial.
– ¿Y es efectivo que usted se molestó con el representante chileno de la Dirección de Fronteras y Límites Pedro Pablo Silva, manifestando a él que usted “tenía años de experiencia y que no le iban a venir con cuentos”, cuando se le dijo que no se podían levantar las revisiones de control que hace el Servicio Agrícola Ganadero en la frontera?
-No. No recuerdo haber tenido ninguna expresión respecto de esto. No, no recuerdo esa parte del diálogo. Hablamos de la relación bilateral y de nuestra inquietud sobre cómo trabajar con el SAG de una manera que no se convierta en un factor que obstaculice el cruce de fronteras.
-¿Entonces diría usted que el encuentro bilateral fue positivo?
– Yo creo que sí. Todo lo que hagamos para asegurar que, digamos, de los muchos pasos que tenemos, los, por lo menos, los cinco o seis pasos, que son los que trabajan más activamente o con horario más extendido, funcionen a pleno, es sumamente importante para nosotros. Especialmente en etapas o periodos como el que viene ahora, que es el de la Semana Santa, y otros feriados similares. Nos parece que debemos hacerlo mejor, para que esta realidad de integración la concretemos. No hay ninguna normativa que dificulte, sino simplemente que los organismos de aplicación tienen que estar trabajando todo lo que puedan en frontera, la mayor cantidad de tiempo posible, si es posible las 24 horas del día.
-Usted tiene una larga trayectoria diplomática en el servicio exterior de Argentina. ¿Es correcto que también fue la segunda autoridad diplomática en la Embajada de Argentina en Chile cuando el embajador era Óscar Spinoza Melo?
-Sí. Yo era el segundo de la Embajada acá en Santiago a finales de 1989, el año 90 y 91. Después ya terminé mi misión y volví a Buenos Aires. Y bueno, Spinoza Melo se devolvió también a Argentina.
-¿Es efectivo que en la Embajada de Argentina y en la residencia diplomática se hacían unas fiestas muy particulares, por llamarlo de algún modo, que se describen en el libro Impunidad Diplomática?
– ¿Perdón, qué qué?
-Se publicó en Chile un libro muy comentado donde se detalla que en la Embajada se realizaban unas fiestas desenfrenadas donde había prostitución y consumo de drogas.
-Hay mucho de… En ese entonces el embajador Oscar Spinoza Melo era un personaje que… o una persona que, lamentablemente falleció ya, pero que tenía perfiles muy peculiares él, pero eso de las fiestas, más allá de alguna cosa personal de él, que él pudiera haber hecho, no es tan así. O sea, se ha generado un mito en torno a aquella etapa, hace 30 años atrás.