Aunque la idea era hablar sobre Visa Waiver, ante una consulta de un legislador, el subsecretario –en presencia de la embajadora de Estados Unidos – abordó el tema en la Comisión de Relaciones Exteriores. *VER AL FINAL NOTA DE LA REDACCIÓN
La tarde del martes, la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputadas y Diputados realizó una sesión secreta. En esta, recibió a la embajadora de Estados Unidos en Chile, Bernadette Meehan, acompañada del subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, y de la subsecretaria de RR.EE., Gloria de la Fuente. Oficialmente, el tema a tratar era el Programa Visa Waiver. No obstante, un tema ineludible de la cita fue la situación de la guerrilla libanesa Hezbollah (o Hizbullah) en el Cono Sur. En la reunión se encontraban la mayoría de los parlamentarios de la comisión, compuesta por siete del oficialismo y seis de oposición. Luego de las presentaciones comenzó la intervención de la embajadora estadounidense.
“Fue súper técnica la intervención de la embajadora. Nos mostró cómo había sido el trabajo entre servicios estadounidenses y chilenos, como el registro civil y la PDI. También nos explicó que había un par de legisladores y sobre todo grupos en ciertos estados de Estados Unidos, que han pedido cortar la Visa Waiver a Chile por ciertos casos donde ha habido robo a casas en lugar no habitado. Son casas millonarias, que no son visitadas regularmente. Sin embargo, los chilenos que se han detectado son casos contados”, sostiene uno de los asistentes a la sesión*. Fuentes cercanas a la embajadora, sostienen, sin embargo, que la diplomática señaló una cosa distinta, ya que los casos no serían contados, sino muchos y en los 50 estados.
Sobre este punto el parlamentario sostiene que dichos grupos -cercanos a Trump y que meten ruido y presión sobre el visado- correspondería a America Great Again, un movimiento político supremacista que ha despertado inquietud en varios diplomáticos de la región y también en las dieciséis agencias de seguridad de Estados Unidos por su ideología nacionalista, donde promueven acusaciones poco fundamentadas y racistas, que van desde que el expresidente Barack Obama no nació en Estados Unidos hasta que las políticas de inmigración de los demócratas quieren reemplazar a los estadounidenses blancos con inmigrantes latinos, además de homofobia, a lo que se suman otras teorías conspirativas y una relación antagónica con los principales medios de comunicación.
También la embajadora abordó el convenio para intercambio de información policial y del registro de antecedentes penales en el marco del Programa Visa Waiver.
Tras su exposición, hicieron comentarios la subsecretaria De la Fuente y luego el subsecretario Monsalve. Fue entonces cuando, durante su intervención, uno de los parlamentarios opositores preguntó sobre la presencia de Hezbollah en el país. La pregunta resultó algo incómoda. Principalmente –explican en el Ejecutivo–, debido a que la embajadora Bernadette Meehan es considerada una de las mejores funcionarias del Departamento de Estado especializada en guerrillas islamistas, al punto de que incluso trabajó en materias reservadas en el Consejo de Seguridad Nacional, uno de los dieciséis organismos de seguridad de la Casa Blanca y que coordina información de inteligencia exterior.
Según cuentan quienes la conocen, durante su destinación en la embajada de Washington en Colombia sobrevivió al asalto y secuestro de grupos paramilitares en Bogotá. Luego de eso se trasladó a Irak, estudió árabe y fue destinada a Dubái, uno de los centros financieros por donde pasan remesas de Hezbollah.
“Ya habíamos terminado de hablar del Visa Waiver, cuando el diputado Stephan Schubert le hizo dos o tres preguntas. Monsalve, algo incómodo, respondió durante unos 5 a 10 minutos, señalando que no había información sobre actividad operativa de Hezbollah, pero el diputado volvió a preguntar más cosas. Monsalve hizo hincapié en que no había actividad operativa de Hezbollah y, como ella además es economista, como que quedó en el aire una pregunta que no se hizo y que era si había alguna actividad no operativa o de financiamiento en la Zona Franca”, cuenta un legislador a El Mostrador. Sobre este punto, fuentes presentes sostienen que la embajadora reiteró que las instituciones de su país se encuentran muy vigilantes a detectar estos grupos en cualquier parte del mundo.
“(Como la sesión es secreta), en general le puedo decir que el subsecretario dijo que no tenían pruebas de que Hezbollah estuviera en operaciones en Chile y que principalmente se abordó el tema de la Visa Waiver”, se limitó a decir el diputado Cristhian Moreira (UDI), uno de los pocos que aceptó hablar sin reserva de su nombre.
“Sabemos que en Latinoamérica hay presencia de grupos transnacionales de ese tipo en la Triple Frontera y hay que estar atentos de que no lleguen a Chile, donde tenemos una Zona Franca, pero no hay una presencia en Chile probada. No hay información ni siquiera en la Comisión Especial de Inteligencia”, comenta otro parlamentario al respecto.
Y es que luego de que en Estados Unidos el senador Marco Rubio (republicano) hiciera una serie de declaraciones acerca de la presencia de Hezbollah en Chile, en una sesión del Subcomité para el Hemisferio Occidental del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, y que posteriormente lo hiciera la ministra de Seguridad de Argentina, mencionando incluso la Zona Franca de Iquique en un programa de televisión, la tensión por la guerrilla chiita libanesa que controla desde el sur de Beirut hasta la frontera israelí estaba en el pináculo del debate.
De hecho, Monsalve –según explican dos fuentes– había solicitado un informe de inteligencia a organismos policiales para conocer con precisión la situación del grupo libanés en el Cono Sur y, así, poder descartar “actividad operativa de Hezbollah” en Iquique y Santiago.
Otro de los parlamentarios agrega: “La sesión fue larga, duró unas dos horas, y al final el tema se abordó. Monsalve efectivamente respondió un par de preguntas durante un buen rato, algo incómodo porque no era el tema de la sesión, y señaló que sí había presencia de la guerrilla en la Triple Frontera de Paraguay, Argentina y Brasil, tal como indican algunos libros especializados en terrorismo islámico (…). No se refirió al caso de 2002, del empresario detenido en Brasil, ni a su sobrino”.
Efectivamente, como informó El Mostrador, en una nota el domingo pasado, el empresario libanés Assad Ahmad Barakat, avecindado desde julio de 2000 en Iquique, fue sindicado en 2001 por la CIA como cabecilla de una antigua estructura financiera de Hezbollah, en la Triple Frontera.
Barakat llegó a Paraguay en 1985, siendo un adolescente, tras huir de la guerra civil del Líbano junto a su padre, quien era asistente de un político en Beirut. Barakat preparó una gran red de negocios en Ciudad del Este, en la que estaba involucrada la recaudación de fondos y que comenzó a ampliarse desde 1996.
Assad Ahmad Barakat apareció un año más tarde en Chile, en la norteña ciudad de Iquique. Pese a que su estadía se prolongó por cerca de 14 meses, formó tres empresas, compró dos departamentos y utilizó los servicios de un abogado integrante de una Corte de esa ciudad, pocos antecedentes suyos existen en nuestro país, y los pocos que tiene, se reservan. Se sabe que durante su estadía en Iquique –pese a sus adquisiciones– arrendaba un departamento en el noveno piso del lujoso edificio Arrecife, en avenida Arturo Prat, frente al cuartel general de la VI División de Ejército.
Sus contactos al exterior los hacía por teléfono y en un raro dialecto sarraceno, por lo que los “pinchazos” de poco servían y, como un “dealer”, portaba varios celulares de avanzada tecnología de encriptación. Los propios socios del libanés afirman haberlo visto no más de cinco veces en un año.
A inicios de 2001, la CIA entregó una serie de antecedentes a la PDI respecto de las actividades de tres ciudadanos libaneses (Assad Mohamed Barakat, Ismail Arafat y Khalil Saleh), quienes operaban en la Zona Franca de Iquique con varias sociedades comerciales, la principal de las cuales era Saleh Trading Ltda.
Arafat y Saleh tenían vínculos con la inteligencia libanesa y la CIA sospechaba que la empresa la crearon para lavar dinero de Hezbollah, a partir de las actividades del grupo en la Triple Frontera. El asunto escaló cuando se abrió una investigación en la Corte de Apelaciones de Iquique, por el delito de financiación del terrorismo, la cual comenzó a ser investigada por la Brigada de Inteligencia Policial (Bipol) de dicha ciudad, en conjunto con un grupo de oficiales de la PDI agrupados en lo que posteriormente sería llamado el Departamento de Asuntos Extranjeros (DAEX), de la misma institución.
Después del 11 de septiembre del 2001, Paraguay padeció el rigor de una intensa presión norteamericana para eliminar la red de finanzas de Hezbollah de sus fronteras. A los 10 días del ataque a las Torres Gemelas, fueron arrestados 16 libaneses que habían entrado en Ciudad del Este ilegalmente, y debieron pedir disculpas. Un mes después, en octubre, la policía hizo una redada en una tienda mayorista de electrónica, propiedad de Barakat.
En el decomiso del allanamiento se incluyeron disquetes, cintas de video y discos compactos. Las grabaciones en videos y CD totalizaban más de 60 horas de discursos de Hassan Nasrallah, líder de Hezbollah.
La policía encontró también una carta de Nasrallah dirigida a Barakat, manifestándose profundamente agradecido por las contribuciones monetarias enviadas a su organización desde la Triple Frontera.
Luego de los atentados de 2001 en Nueva York y Washington, la presión de la CIA sobre la PDI creció, argumentando que Barakat estaba vinculado también con Al Qaeda, algo que no tenía mucho sentido, dadas las encontradas vertientes a las cuales pertenecen ambos grupos: mientras Hezbollah es chiita, como ya está indicado, Al Qaeda (al igual que ISIS) no solo pertenece al ala sunita del islam, sino que, dentro de esta, forma parte de la corriente salafista del islamismo radical, que considera que cualquiera que no sea salafí (por ejemplo, los chiitas) es un apóstata.
A inicios de 2002, la CIA pidió algo insólito a la Policía de Investigaciones de Chile: que les ayudaran a “extraer” desde la misma Zofri iquiqueña a Arafat, quien era estrechamente vigilado por los agentes de la agencia estadounidense, que por esas fechas ya ocupaban dos departamentos que operaban como casas de seguridad en Iquique. Pero la PDI se negó.
Barakat, quien también tiene nacionalidad paraguaya, documentos de identidad de Brasil, Líbano e Irán, escapó hacia Brasil en 2002, país en el cual fue detenido en 2019, acusado de múltiples delitos, incluyendo el de financiación de actividades terroristas.
*NOTA DE LA REDACCIÓN: Este artículo fue modificado con posterioridad a su publicación, dado que el parlamentario que dio la declaración que se puso en entrecomillas y que sostenía que la embajadora de Estados Unidos en Chile había hablado de America Great Again (Maga), luego matizó y corrigió sus dichos, asegurando que la diplomática estadounidense nunca lo dijo explícitamente, sino que había sido una inferencia suya.