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Filósofo francés Pierre Dardot: “Es necesario cambiar completamente la forma de hacer política” PAÍS

Filósofo francés Pierre Dardot: “Es necesario cambiar completamente la forma de hacer política”

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María José Quesada Arancibia
Por : María José Quesada Arancibia Licenciada en Filosofía. Coordinadora general en El Mostrador
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De visita en Chile, el filósofo analiza el actual momento político, luego de dos procesos constituyentes fallidos. Lo que no se puede borrar –remarca Dardot– es que con el primer proceso se vivió una “democracia más radical, con la experiencia de la deliberación colectiva”.


Miembro del laboratorio Sophiapol de la Universidad de París-Nanterre y encargado del Groupe d’études du néolibéralisme et des alternatives (GENA), Pierre Dardot ha dedicado parte de su trabajo al estudio del neoliberalismo, por lo que Chile tiene especial relevancia en sus análisis. 

De visita en el sur del país, invitado por el Doctorado en Comunicación de la Universidad Austral de Chile y la Universidad de La Frontera, el intelectual francés conversó con El Mostrador sobre lo que él llama “la experiencia del peso neoliberal”. Asimismo, abordó los desafíos que impone esta nueva forma de comunicación en el metaverso, la influencia de las redes sociales, las fake news y el uso de la inteligencia artificial (IA) en las campañas políticas. Además de ello, Dardot entró también en el análisis profundo del estallido social y el Gobierno del Presidente Gabriel Boric.

“La experiencia del peso neoliberal” 

El autor de La memoria del futuro, Chile 2019-2022 afirma que una buena definición de neoliberalismo es que es un modo de vida. Señala que “la principal característica de este modo de vida es la manera en que la norma impone la competencia entre los individuos”. Y pone como ejemplo la reforma a las universidades. En tal sentido, explica que se “va a imponer la competencia entre las universidades y, por lo tanto, esto va a conducir a que se habitúen estudiantes y profesores a esta norma de vida, sin imaginar los alcances de esto en un tiempo largo”. Agregando que “por eso es que es muy justo hablar de un modo de vida. Yo sé que se insiste mucho en responder que la principal característica de este modo de vida sería el consumo. La relación con el consumismo es innegable, pero si se ha visto incrementado esto es por la norma de vida de la competencia”. 

-“Chile despertó”, “No son 30 pesos, son 30 años”, “No era depresión, era capitalismo” y “El neoliberalismo nace y muere en Chile”, son algunas de las consignas que se escuchaban en octubre de 2019, ¿qué pasó con ese despertar? ¿Cuál es el balance que hace en su libro La memoria del futuro?
-Es muy difícil hacer un balance de lo que pasó durante tres años, porque esto comienza el 18 de octubre de 2019 y podemos decir que la secuencia política se restringe, se cierra sobre sí misma con el voto del Rechazo de 2022. Pero yo pienso que hay algo que ocurrió que no se puede borrar. Esto es importante, porque cuando tuvo lugar el segundo “proceso constituyente” –recalco las comillas de “proceso constituyente”, porque no es en sentido estricto un proceso constituyente como lo fue el primero–, el segundo fue un proceso completamente monopolizado por la burocracia parlamentaria, los partidos dominantes al interior del Congreso, que la mayoría de ellos eran partidos de derecha y de extrema derecha. Y hubo una campaña de parte de la derecha y de la extrema derecha a borrar, a anular, porque la derecha parte frecuentemente de la cancelación, la cultura de la anulación.

Esto lo sé porque había chilenos que me contaban esto. Durante un mes o dos después del Rechazo, se preguntaban si era verdad lo que habían vivido: ¿qué fue lo que pasó?, ¿qué fue lo que ocurrió? La campaña de la derecha consistía en hacer ingresar la duda. Ustedes soñaron, esto que aconteció no tuvo lugar… y de esto se trata la tentativa de la anulación. Y yo pienso que estaba destinada al fracaso, y afortunadamente condenada al fracaso. Pero lo que no se puede borrar ni anular es el hecho de que durante tres años hubo una parte importante de la población que experimentó otra vía, una vía democrática. Una vía democrática mucho más radical que una democracia parlamentaria, con la experiencia de la deliberación colectiva. 

El balance es muy compartido: por un lado el fracaso, pero al mismo tiempo hay algo que pasó que jamás se va a olvidar y no se puede anular. 

-En su último libro, La opción por la guerra civil: otra historia del neoliberalismo, hay un capítulo dedicado a Chile. ¿Cuáles son las principales lecciones que deja la experiencia chilena? 
-El primer capítulo es el que está consagrado a la experiencia chilena. No voy a decir ningún secreto diciendo que soy yo el que lo escribió. El libro fue escrito por muchas personas, pero fui yo el que redactó el capítulo sobre Chile y es porque obedece a mi relación muy fuerte con este país, con Chile, desde hace mucho.

En este caso, lo que me interesaba verdaderamente exponer son las lecciones de la experiencia chilena como la primera experiencia de un gobierno neoliberal. Es decir, que a partir de 1975 se impuso la experiencia neoliberal, porque hay una incitación de Pinochet. Encontramos entonces a los radicales Chicago Boys y, luego, estaban los nacionales desarrollistas de la Democracia Cristiana, que eran partidarios entonces de hacer retorno a lo que precedía el año 1970.

La experiencia de Pinochet es una ruptura completa. En 1974 hay un texto que creo que también fue redactado por Jaime Guzmán, que es un texto que se llama Principios políticos, donde uno puede encontrar todas las cosas que fueron sucediendo paso a paso en el período posterior al año 1975. En ese momento, ya Guzmán anticipa esto y hay una incitación sobre el Estado que va a ser muy rápidamente solucionada por la vía del Estado subsidiario.

Hay otro texto de Jaime Guzmán que se llama El camino político, de 1979, en el cual él menciona cuál es su proyecto. No comparto el contenido de ese texto, él canta o declara el fondo íntimo de su pensamiento, de que es necesario que los individuos se transformen subjetivamente de manera radical, de tal manera que no pueda haber por ningún medio un nuevo empuje de la izquierda socialista. En esta experiencia chilena, lo que es importante es la manera en que el Estado interviene, no la manera en que el Estado se abstiene. Es más bien un Estado que va a construir las condiciones de la sociedad de mercado. 

Irrupción de nuevas subjetividades en la era digital 

Por último, le pedimos a Pierre Dardot que abordara el fenómeno del llamado metaverso, principalmente de la influencia de las redes sociales, el manejo de la inteligencia artificial que moldea nuevas subjetividades, y si en ese espacio puede haber deliberación y forjar lo común. 

Responde que,afortunadamente, hay un lugar para la deliberación y lo común, pero es verdad que la cuestión de la influencia de las redes sociales es una forma de comunicación completamente distinta de las que pudieron haber existido antes y que debemos tener en cuenta”. 

En palabras del filósofo, surge “una forma de comunicación que debe ser tomada en cuenta y que no es neutra”. Para explicar esto pone el ejemplo de la campaña del Rechazo en 2022, donde hubo una inversión económica importante en las redes sociales, que podía generar un desequilibrio e inclinaciones a favor de partidarios de dicha opción. Sin embargo, los inversores “eran personas que no aparecían de manera pública, sino que abiertamente no se mostraban”. En relación con ello, subraya que “es algo muy importante, porque marca una ruptura”. 

Y, al respecto, añade: “Observen las campañas electorales que se han desarrollado desde el 2016, con Trump de un lado, la campaña del Brexit, con (Dominic) Cummings, que fue el maestro de la campaña. En este momento, como ven, hay una utilización por la derecha y por la extrema derecha populista de las redes sociales. Porque las redes sociales ofrecen por primera vez la posibilidad de alcanzar blancos bien diferenciados, cifras. Entonces, así se podía uno dirigir a estos blancos sin que los interesados se pudieran dar cuenta y así se podía crear una lógica de polarización, que era una lógica de polarización por los extremos y no una lógica de convergencia por el centro, porque frecuentemente la habitud era por medio de las redes sociales y ahora es muy distinto, que el que gana no es justamente el que trata de buscar la convergencia, sino que más bien multiplica el disenso. De este modo puede llegar a hacer un movimiento de báscula con una parte de la población”.

“Esto es lo que el pensador italiano Giuliano da Empoli llama ‘la política de los físicos’, porque él hace referencia en su libro Les ingénieurs du chaos a la física cuántica, diciendo que hay una indeterminación por la física cuántica. Hay una lógica de la agregación y esta lógica de la agregación a partir del momento que ustedes tienen los instrumentos, por ejemplo, los datos estadísticos, ustedes pueden provocar este movimiento de báscula, esta ruptura. Y esto es algo que va en beneficio de los que desean ganar. Es como una noticia falsa, puede ser algo que puede conducir a este movimiento de báscula. No podemos prever el comportamiento de un individuo, pero sí lo podemos prever del conjunto de la población. Yo encuentro que esta noción de política cuántica es fuerte”, concluye. 

 

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