La primera reacción del Gobierno se dejó ver dos horas después de la emboscada donde murieron tres carabineros en la provincia de Arauco.
A las 03.15 horas, senadores y diputados de las comisiones de Seguridad y Defensa -del oficialismo y la oposición- recibieron varios llamados del ministro de Segpres, Álvaro Elizalde, para preguntarles si podían acompañar al presidente en un vuelo que se esperaba saliera a las 7 de la mañana a Concepción, idealmente junto a autoridades del Poder Judicial, para que estuvieran los tres poderes del Estado en la visita a Cañete.
Quienes atendieron el llamado en sus celulares o Whatsapp entendieron que había consternación y desconcierto en La Moneda. Según explican, el gabinete político no estaba preparado para evaluar un estado de sitio y la continuidad del general director Ricardo Yañez como una reacción política en la víspera del acto del Día del Carabinero y donde las primeras informaciones el hecho apuntaban -a ojos del Gobierno- a los días previos a conocerse la sentencia contra Héctor Llaitul.
Minutos, después el Presidente Boric pudo comunicarse con el general Yañez, instancia en la cual habrían abordado por primera vez la posibilidad de su continuación en el cargo más allá del 7 de mayo. Ello, luego de que en los últimos días desde Presidencia se estuvieran analizando las opciones para su sucesión en Carabineros.
Paralelamente, Elizalde se comunicó con varios jefes de bancada para abordar otro asunto: postergar la semana distrital y sesionar en comisiones el lunes y martes próximos, y votar el jueves y viernes en sala las Reglas de Uso de la Fuerza y, si se podía, la Ley de Inteligencia. Mientras, indican en el oficialismo, el subsecretario Monsalve se comunicaba con diversas unidades policiales de la Región del Bío Bío para conocer más detalles de la situación y coordinar el viaje.
Según explican cercanos al cetro del poder, en La Moneda había preocupación, porque anticipaban que sectores de la oposición buscarían endurecer su discurso sobre la ineficacia del Mmandatario en la agenda de seguridad, sin alcanzar a reponerse de días que habían sido muy complejos.
En ese contexto, la estrategia del Ejecutivo estaría centrada en buscar formas de postergar la audiencia de formalización en contra de Yañez, con lo cual -con cierta incomodidad- se “soterraría” la doctrina Tohá, acerca de que toda autoridad formalizada debía abandonar su cargo. Aunque se estima que sepultar la instrucción de la ministra del Interior le producía una pérdida de capital político, de no hacerlo, el Gobierno prevee que la oposición levantará la continuidad de Yáñez como una bandera de lucha.
Cercanos a Elizalde y Monsalve explican que, para La Moneda, el triple homicidio es una situación política mucho más complicada que el asesinato de otros carabineros, porque el oficialismo se sitúa en medio de un año electoral, en el pináculo del debate por la seguridad y la presencia del Tren de Aragua, y con una de las más bajas evaluaciones del gabinete en las encuestas. Incluso, algunos dirigentes comienzan a hablar “del fin de la agenda progresista”.
“Este puede ser el comienzo del fin de la era Boric. El comité político va a quedar magullado, porque el crimen ocurre en el Estado de Excepción que el Frente Amplio cuestionó y después debió aceptar en medio de su discurso sobre el Wallmapu, porque es un nuevo homicidio atípico, como el de Ronald Ojeda, que ocurre en medio de una campaña electoral, y esto aumenta la percepción del problema de la delincuencia. Todo indica que se dejará a Yañez para evitar una acusación constitucional contra Tohá. Este tema va a durar hasta las primarias de julio, al menos”, señala un parlamentario a El Mostrador.
Así, La Moneda centró sus esfuerzos en tres áreas: aparecer al lado de Yáñez y no en contra, aprobar esta semana dos leyes significativas en materia de seguridad antes de perder el control de la agenda y, en tercera lugar, tomar la mayor distancia posible de escalar a un Estado de Sitio, el regreso de la pena de muerte y una espiral de propuestas alejadas de la línea política que representa al bloque de gobierno.
“Creo que es complejo sacar al general en este escenario, por lo que la doctrina Tohá va a ser puesta a prueba y su liderazgo también, en medio de esta crisis”, dice un senador oficialista.