En un giro significativo en el manejo de la controversia suscitada por la muerte del joven conscripto Franco Vargas, el General Javier Iturriaga, Comandante en Jefe del Ejército de Chile, admitió esta tarde “falta de diligencia” en la divulgación inicial de los hechos ocurridos durante una marcha instructiva en Putre el pasado 27 de abril.
En un punto de prensa, el General Iturriaga expresó que la investigación inicial sufrió de omisiones significativas que no permitieron “pesquisar adecuadamente y en un tiempo prudente” las circunstancias que rodearon el incidente, apuntando a “falsedades y tergiversaciones” en los informes preliminares que implican directamente a las autoridades de mando en la zona.
Dicho punto no contó con la presencia de autoridades gubernamentales, tal como había sido la tónica hasta el sábado pasado. Es más, a nivel público, en su segunda visita a la región para supervisar la crisis desde este lunes, el subsecretario para las Fuerzas Armadas, Galo Eidelstein, optó por no participar en acciones conjuntas con el general Iturriaga y tampoco el Delegado Presidencial Regional, Ricardo Sanzana, lo que reveló un cambio de diseño en la estrategia gubernamental al separar aguas del Ejército dados los cuestionamientos que surgieron de los partidos oficialistas por el manejo de la institución a la crisis.
Como resultado de estas investigaciones, el Comandante en Jefe anunció el relevo del Comandante de la Brigada Huamachuco Sebastián Silva y del Comandante en Jefe de la Sexta División del Ejército, Rubén Castillo. Por lo anterior, Iturriaga anunció que irá a “proponer su retiro de la institución, por su responsabilidad de mando, al Presidente de la República”.
El General Iturriaga detalló que la información preliminar se basó en los antecedentes proporcionados por el personal a cargo del periodo de instrucción, pero reconoció que “la información inicial adoleció de falta de precisión”, lo que generó múltiples contradicciones que se hicieron públicas.
Esto quedó al descubierto cuando el jefe del Centro de Salud Familiar (Cesfam) de Putre, Aldo Rivera, ofreció un testimonio que contrasta con declaraciones anteriores de otros funcionarios militares. Según Rivera, el conscripto Vargas fue ingresado al centro médico “sin signos vitales y sin respuesta a estímulos verbales o físicos”, a diferencia de lo afirmado anteriormente por el General Rodrigo Pino, Jefe del Estado Mayor del Ejército, quien sostuvo que Vargas aún mostraba signos vitales al momento de ser atendido.
Este incidente ha reavivado debates sobre las condiciones y supervisión durante las marchas instructivas en el Ejército, y ha puesto en relieve la importancia de la transparencia y precisión en la comunicación dentro de las fuerzas armadas. El Ejército continúa investigando los detalles del caso para esclarecer posibles ocultamientos de información o inexactitudes en los reportes iniciales.
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