PAÍS
Según el sheriff Mike Bouchard, del condado de Oakland, Michigan, parte del problema es del gobierno estadounidense y al programa Visa Waiver, el que facilita que algunas bandas internacionales entren al país y permanezcan en EE.UU. “No han mostrado ninguna inclinación a cerrar ese programa”, dijo.
Estados Unidos vuelve a estar en alerta con la llegada de bandas delictuales chilenas que están realizando un número indeterminado de delitos en casas de lujo, lo que pone en tela de juicio el programa Visa Waiver.
La información la dio a conocer el sheriff Mike Bouchard, del condado de Oakland, Michigan, quien atribuyó parte del problema al gobierno estadounidense y al mencionado programa, el que facilita que algunas bandas internacionales entren al país y permanezcan en EE.UU.
Según el medio News Nation, Bouchard remarcó que los delincuentes reciben un entrenamiento sofisticado, aprendiendo “técnicas de robo orquestadas profesionalmente” para así hacerse de dinero en efectivo, joyas, cajas fuertes y bolsos de lujo.
En ese sentido, estas bandas buscan casas adineradas, como las de altos ejecutivos y de directores vinculados a los tres grandes fabricantes de automóviles. Dichas bandas, según el sheriff, provienen de Chile porque es el único país de Sudamérica que cuenta con el programa Visa Waiver.
Por lo mismo, pidió ayuda al gobierno federal para detener esta ola delictual: “No vamos a detenerlo como agencia local o incluso con socios estatales y federales. Tiene que ser detenido por una política nacional”, mencionó.
En cuanto al gobierno estadounidense, dijo que no han tomado las medidas adecuadas. “En este punto, no han mostrado ninguna inclinación a cerrar ese programa o incluso pausarlo”, sostuvo.
“Por lo general, emiten una declaración estándar diciendo que están conscientes y que están trabajando estrechamente con el gobierno chileno para tratar de aumentar la cooperación en materia de información”, añadió. “Eso no nos ayuda”, puntualizó
De acuerdo a los datos mostrados por el sheriff, hay más de 100 bandas delictuales “made in Chile”, las que operan en al menos ocho estados de Estados Unidos, desde Nueva York hasta California. También hay evidencia de que no sólo vienen de Chile sino también de Venezuela y Colombia .
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