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Maximiliano Luksic: la incursión en política de la mayor fortuna de Chile PAÍS Créditos: Agencia Uno.

Maximiliano Luksic: la incursión en política de la mayor fortuna de Chile

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Aunque la candidatura del hijo de Andrónico Luksic por la alcaldía de Huechuraba aún no es oficial, todo indica que su despliegue en terreno ya empezó. Con este paso del exdirector de Canal 13, expertos alertan sobre el riesgo de acumulación excesiva de poder y una oligarquización de la política.


La entrada de millonarios a la política no es una novedad en Chile y menos en el mundo. Donald Trump –quien tiene una fortuna estimada en 7.500 millones de dólares (según Forbes)– fue presidente de Estados Unidos; y en Chile, Sebastián Piñera –quien fuera uno de los empresarios más ricos del país y que detentó un patrimonio cercano a los 3 mil millones de dólares– fue Presidente de la República dos veces. En Argentina también lo fue Mauricio Macri, cuya fortuna es del orden de los 300 millones de dólares, semejante a la que posee el actual senador y presidente de RN, Rodrigo Galilea.

Se trata de montos enormes, que sin embargo palidecen si se los compara con el total de la fortuna de familia Luksic: 27.8 billones de dólares, según Forbes, lo que los posiciona en el lugar 61 dentro de las mayores del mundo. Ahora, uno de los miembros de esta familia tantea su entrada de lleno a la política: se trata de Maximiliano Luksic Lederer, quien abandonó el mundo privado, especialmente la TV abierta, para competir –a menos que cambie a último minuto su decisión– en la elección municipal de Huechuraba, en un cupo de Chile Vamos.

En efecto, el 6 de mayo del 2024, el tercer hijo de Andrónico Luksic Craig –controlador de Quiñenco y otras empresas, entre ellas, medios de comunicación, como Canal 13– publicó un video en sus redes donde contó que “a partir de hoy, cierro mi ciclo como Director Ejecutivo de Canal 13 y así se lo he informado al directorio”. Además, esgrimió una frase que generó a lo menos expectación: “He decidido poner fin a una etapa de trabajo en el mundo privado”.

A esas alturas, Maximiliano Luksic ya había comenzado a reunirse con diversos dirigentes de partidos opositores, desde Demócratas y Amarillos hasta el Partido Republicano. Su candidatura fue mucho más cotizada en Chile Vamos que en el Partido Republicano, advierten conocedores de las negociaciones, debido a que el exdirector de Canal 13 tiene un perfil menos conservador que el de la tienda liderada por José Antonio Kast. En toda la derecha, en todo caso, reconocen que se trata de un candidato interesante, no solo por su experiencia empresarial y posibilidades de financiamiento, sino porque su apellido es una marca reconocible.

Hasta ahora, la candidatura no está totalmente definida, comentan en el círculo de Luksic. Sin embargo, desde los partidos de Chile Vamos, en cambio, aseguran que dicha candidatura ya está en marcha. Al respecto, en la cuenta de X de Luksic hay una pista al respecto, pues el 7 de junio pasado posteó una foto suya, vestido con parka, al interior de una vivienda modesta, donde se le ve conversando con dos personas. Al respecto, escribió: “El desafío de entender en profundidad el territorio y sus comunidades es grande y muy motivador!! Agradecido de todas las personas que nos están abriendo las puertas de sus casas y de sus vidas”.

Desde el oficialismo, en tanto, observan con preocupación la situación, apelando a la asimetría que podría significar para cualquier otra candidatura competir con una como la de Luksic, por el poder económico que hay detrás de él, y también por los posibles conflictos de intereses que podría implicar.

 

El peso familiar

La familia Luksic, de origen croata, posee la mayor fortuna de Chile y una de las mayores del mundo. La principal matriz del Grupo Luksic es Quiñenco, que agrupa a empresas como el Banco de Chile, CCU, CSAV, Enex, SM SAAM y la multinacional francesa Nexans. Por otro lado, a través de Antofagasta PLC, a cargo de Jean-Paul Luksic –tío del eventual candidato por Huechuraba–, participan en el sector minero, donde poseen control o participación en la propiedad de minas como Los Pelambres, Antucoya, Centinela y Zaldívar. Además, son dueños del FCAB.

El caso de Canal 13 es aparte. Andrónico Luksic, sin el resto de su familia, entró a la propiedad de la señal televisiva en 2010, y en 2017 adquirió la totalidad del canal. Está ligado a su family office, donde no participa el Grupo Luksic. Maximiliano Luksic tampoco participa o ha participado mayormente del grupo familiar. La única vez que tuvo algún vínculo laboral con este fue cuando trabajó para el negocio hotelero que tiene su familia en Croacia, en las cadenas Adriatic Luxury Hotels, Playa Laguna e Istraturist.

Al canal de su padre llegó en 2016, y en junio de 2019 asumió la dirección ejecutiva.

Primeras conversaciones

El heredero de Andrónico Luksic sabía que quería dar un paso a lo público y entre sus opciones estaba el adentrarse en el mundo de las fundaciones, en donde su familia tiene varias, pero la política le llamó más la atención. En un comienzo pensó en iniciarse como concejal o asesor en alguna municipalidad. Sin embargo, conocedores de las conversaciones entre Luksic y los dirigentes políticos, aseguran que fueron los mismos partidos los que lo motivaron para presentarse como alcalde.

Los encuentros fueron con diferentes partidos de la oposición y, según publicó La Tercera, Luksic competiría como independiente en un cupo UDI. Otros partidos de Chile Vamos afirman que eso no está totalmente definido, pero que es lo más probable. Estos diálogos no han terminado. De hecho, el martes recién pasado se reunió con la secretaria general de RN, Andrea Balladares.

Al interior de Chile Vamos aseguran que la tienda por la que compita no es un problema, siempre que pertenezca a alguno de los partidos de la coalición.

Su competencia y la narrativa contraria

En la vereda de enfrente, en el oficialismo, existe preocupación por la candidatura de Luksic, por los recursos con los que cuenta y porque, además, reconocen que el apellido pesa en una elección con voto obligatorio.

Sin embargo, hay confianza en que la candidata oficialista por Huechuraba tiene grandes posibilidades. Carolina Rojas es concejala del PPD y es la cara de continuidad del actual alcalde Carlos Cuadrado, del mismo partido. Rojas ahora transita por su segundo periodo como concejala. En su primera elección obtuvo la segunda mayoría y en la última amasó más sufragios y hoy ostenta la mayor cantidad de votos entre los concejales de la comuna.

El ethos de la narrativa de su campaña es justamente el contrario al de Luksic. Rojas vivió sus primeros años en la comuna de Las Condes, una de las más ricas del país, pero no porque tenga un origen acomodado, sino porque es hija de una asesora del hogar de ascendencia aymara, que en la adolescencia viajó a la capital para trabajar. Cuando nació, su madre trabajaba en una casa particular “puertas adentro”.

Una vez terminada su escolaridad, a los 17 años, estudió técnico en Administración de Empresas y hoy cursa sus estudios en Ingeniería sobre la misma área.

Rojas, en contacto con El Mostrador, indicó que en esta elección “está en juego la continuación de un proyecto ejemplar, que ha entregado condiciones de vida y desarrollo a la comunidad. Yo esto lo he visto como vecina y concejala de Huechuraba durante todo este tiempo, pero también está en juego una señal política profunda”.

Sobre esto último, aclaró que la disyuntiva está en “si ser representante de la comunidad debe ser el resultado de un trabajo de décadas, de preocupación real por la gente y del mérito que da la legitimidad o es, por otra parte, el resultado del apellido, el dinero y la influencia de alguien que pisó por primera vez la comuna para ser candidato, sin ningún tipo de rol público anterior”.

La concejala sentencia: “Más que pesar un apellido, lo que realmente pesa es la experiencia en el territorio, y eso no tiene precio”.

El ojo académico sobre el poder

El investigador del IES y profesor asociado a Faro UDD, Rodrigo Pérez de Arce, destaca un par de elementos respecto de la candidatura de Maximiliano Luksic. “El primero, es que creo que estamos en un momento particularmente crítico de nuestra historia, en el cual se requiere que haya nuevos liderazgos, nuevas formas de hacer política, nuevos actores, y me parece en algún sentido natural que alguien que ha tenido cierto liderazgo en un área específica, quiera trasladarse a la política”.

Entendiendo eso, le parece que Luksic está en una edad razonable para entrar en política (tiene 36 años), pero la gran pregunta –dice– es “por qué alguien que hasta ahora no ha manifestado su opinión públicamente respecto de casi ningún asunto, decide hacerlo”.

Sobre la acumulación de poder como riesgo, el académico estima que “en Chile ser político es más bien un lastre” y, en ese sentido, no cree que Luksic “esté entrando a una actividad particularmente glamorosa”. Además, asegura que no tiene motivos “para desconfiar de las intenciones de Luksic”, sin embargo, “ciertamente existe un riesgo de que se junte demasiado poder en una sola persona”.

Marco Moreno, cientista político y director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central, es más crítico con esta ofensiva de Luksic en el terreno político de primera línea. “Nuestra democracia tiene varios problemas, pero sin duda que uno de ellos tiene que ver con el fenómeno de oligarquización de la política, lo que tiene que ver con un fenómeno que concentra el poder en manos de una élite reducida y esto debilita la democracia, aumenta la desigualdad y reduce la representatividad y la capacidad de respuesta del sistema político”, afirma.

Pese a ello, destaca el derecho de cualquier persona a postular a un cargo político, pero se remonta al estallido social y recuerda que hubo una fuerte impugnación a la elite. Entonces, señala que “uno de los mecanismos de reproducción de las élites en Chile es este fenómeno de oligarquización. A eso agregamos además el tema de la plutocracia, es decir, de que pueden llegar a obtener el poder por la vía de los recursos económicos, especialmente quienes no han tenido una trayectoria política”, y asegura que la impugnación a ello es una de las bases del estallido social de 2019.

El caso, agrega, es distinto del de Sebastián Piñera, pues afirma que este “se dedicó a los negocios, después se dedicó a la política y se dedicó a la política en serio”, indica, agregando que su fortuna “la puso a disposición de la política”.

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