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Los organizadores de la protesta buscan aumentar la conciencia sobre las atrocidades cometidas en la Esmeralda y exigir justicia para las víctimas. Criticaron a las autoridades locales y al gobierno chileno por permitir la visita del buque.
La llegada de la fragata chilena CNS Esmeralda a Portsmouth ha desatado protestas debido a su controvertido pasado durante la dictadura de Augusto Pinochet. Grupos de derechos humanos y activistas se congregaron para condenar el uso histórico de la nave como centro de detención y tortura en los años 70 y 80.
Los organizadores de la protesta buscan aumentar la conciencia sobre las atrocidades cometidas en la Esmeralda y exigir justicia para las víctimas. Criticaron a las autoridades locales y al gobierno chileno por permitir la visita del buque.
Los manifestantes desplegaron pancartas y corearon consignas, subrayando la necesidad de recordar y reconocer a las víctimas del régimen. Las protestas resaltan la lucha continua por los derechos humanos y la responsabilidad en Chile.
Los activistas argumentan que la presencia del barco en Portsmouth es un recordatorio de los problemas no resueltos del periodo de Pinochet. Hicieron un llamado a la comunidad internacional para apoyar los esfuerzos por llevar a los responsables de violaciones de derechos humanos ante la justicia.
La Esmeralda, un buque escuela de la Armada de Chile, ha enfrentado protestas similares en otras visitas internacionales. Los críticos afirman que la historia del barco mancha su papel actual y simboliza el oscuro pasado militar de Chile.
En respuesta a las protestas, algunos funcionarios han expresado simpatía por las preocupaciones de los manifestantes, pero mantuvieron que la visita formaba parte de ejercicios navales rutinarios y cooperación internacional.
La llegada de la CNS Esmeralda sigue evocando fuertes emociones y debates sobre la memoria histórica, la justicia y la reconciliación, ilustrando el impacto duradero de los abusos de derechos humanos del pasado.
