Fundador del Tren de Aragua figura como uno de varios sujetos que pagaban el arriendo del departamento del grupo. Otro delincuente que cancelaba ese monto era Walter Rodríguez, jefe del equipo que secuestró al exoficial venezolano.
Uno de los enigmas aún no resueltos en la investigación relativa al secuestro y homicidio del teniente venezolano Ronald Ojeda, en febrero pasado, es si en este hecho tuvo alguna participación Larry Amaury Álvarez Núñez, más conocido como “Larry Changa”, quien fue detenido la semana pasada en Colombia.
Álvarez es uno de los tres “papas”, como llaman a los fundadores del TDA, y llegó en 2018 a establecer las operaciones de dicha organización criminal en Chile, para lo cual se estableció en Santiago.
Junto con arrendar una casa en Renca, por medio de testaferros instaló un café al interior del “Jockey Club” de calle Teatinos, a escasas cuatro cuadras del Palacio de La Moneda. Pese a ello, inexplicablemente utilizó su propio nombre para comprar al menos tres vehículos, que utilizaban miembros del TDA.
Como informó El Mostrador, uno de esos móviles apareció vinculado a los homicidios de conciudadanos suyos: el de Luis Fernando Segura Caicedo, asesinado en Quinta Normal el 14 de junio de 2021, y el de David Alberto Maduro Díaz, muerto a balazos el 28 de octubre del mismo año. En el primer caso, además del SUV en que secuestraron a la víctima, apareció también en escena un KIA Morning que había sido comprado por Álvarez.
En el crimen de Maduro, cuyo cuerpo fue encontrado con un balazo en la cabeza al interior de un Nissan que fue abandonado en la calle Olivos, un testigo dijo a la policía que Álvarez estaba implicado.
Por ello, a mediados de 2022, la Brigada de Homicidios metropolitana llevó hasta su cuartel a un confiado “Larry Changa”, quien prestó una declaración voluntaria, en la cual dijo sin ambages que en Venezuela había pertenecido al Tren de Aragua, aunque aseguró que en Chile se ganaba la vida en forma honesta.
En el mismo sentido, agregó que no tenía nada que ver con el homicidio de Segura (quien, como se estableció después, fue asesinado por vender drogas sin pagar el tributo correspondiente al TDA) y para probarlo dijo que, pese a estar en prenda, el KIA lo había vendido antes del homicidio, mostrando un poder notarial en que lo entregaba a un peruano, documento fechado cuatro días antes del asesinato.
En lo relativo a la muerte de Maduro, que también fue acusado por el TDA de no estar “alineado” con la organización, la BH informó a la fiscal Pamela Contreras Matus que el testigo era a la vez un sujeto que aparecía como imputado en otra causa de homicidio, por lo cual su testimonio perdía credibilidad, frente a lo cual la persecutora estimó que no había suficientes elementos como para pedir la detención de Álvarez y así fue como uno de los fundadores del Tren de Aragua –grupo que acaba de ser designado como organización criminal transnacional por parte de Estados Unidos– salió caminando tranquilamente desde el cuartel policial.
Tras ello, “Larry Changa” se fue a Colombia y, aunque muchas autoridades han dado a entender que desde entonces (hasta su captura, hace 10 días) estuvo siempre allá, múltiples antecedentes investigativos lo sitúan en Chile, en distintos momentos, incluso hasta fines del año pasado.
También después de su desaparición formal se conocieron nuevos antecedentes acerca de su real importancia en el grupo. Uno de dichos datos quedó en evidencia en un juicio que se efectuó en agosto de 2023 ante el Segundo Tribunal de Juicio Oral de Santiago, en el cual varios miembros del TDA (Carlos Heredia, Nixon Monsalve y Carlos Osorio) fueron acusados por tráfico de drogas y uno de ellos (Osorio), por tenencia ilegal de arma de fuego.
Durante el desarrollo del proceso, el oficial de la Brigada Investigadora del Crimen Organizado (Brico) de la PDI que investigó el caso explicó al tribunal que, durante una escucha telefónica efectuada en 2022, se oyó a dos sujetos vinculados con el TDA hablando acerca de una “quitada” de droga que había sucedido en la avenida Ecuador, en Estación Central, en la cual habían robado robado “agua” (ketamina, en el lenguaje del Tren de Aragua) que pertenecía al “viejo Larry”.
La sentencia agrega que –según dijo el policía– con dicho apodo se refería a “Larry Álvarez Núñez, ‘Larry Changa’”, de quien indicó que tiene la “jerarquía más alta dentro del Tren de Aragua”, por lo que era conocido como “uno de los papas”. El agente señaló, también, que las comunicaciones de este se encontraban intervenidas.
De ese modo fue como la PDI pudo ir determinando la estructura interna del TDA en Chile, estableciendo que por debajo de Álvarez se encontraba un sujeto conocido como “Bobby de Cagua”, cuya identidad real sería Carlos Gómez Moreno. En escalafones inferiores a este, a su vez, se encuentra otro individuo conocido como “El Turco”.
Tanto “Bobby de Cagua” como “El Turco” y un sujeto llamado “El Gordo Ale”, son apodos que se repiten en distintos secuestros.
Según las indagaciones de la Fiscalía y la PDI, “Bobby de Cagua” se vinculaba a su vez con otro de los lugartenientes de “Larry Changa”, Edwards Nava (actualmente recluido en el Recinto Especial Penitenciario de Alta Seguridad, Repas), pero hay más acerca de Gómez, pues respecto de él se sabe que lleva a lo menos un par de años residiendo en Colombia, específicamente en el balneario de Santa Marta, fronterizo con Venezuela.
Se cree que “Bobby de Cagua” también está directamente vinculado a dos secuestros ocurridos en junio pasado en Chile, cuando un colombiano fue asesinado en Talagante, luego de haber estado en cautiverio, suerte que también pudo haber sufrido una mujer que fue secuestrada en Estación Central, pero que fue rescatada por la PDI en la misma comuna, donde funcionaba una casa de seguridad del TDA, en la cual las instrucciones eran impartidas vía WhatsApp desde Colombia.
“Larry Changa”, en tanto, aparece implicado en varios secuestros acaecidos en distintas regiones de Chile y, de hecho, según la Fiscalía de Los Vilos, fue el líder del grupo que mantuvo secuestrada por 13 días a una víctima que fue finalmente liberada en la Región de Valparaíso.
Los imputados en ese caso son los mismos sujetos que recientemente quedaron en libertad tras el pago de una fianza de 5 millones de pesos, luego de la polémica audiencia efectuada en el Juzgado de Garantía de esa ciudad, en la que un ahora exasistente de fiscal fue severamente reprendido por la magistrada, por no conocer los antecedentes de la causa.
Hasta ahora hay solo tres sujetos plenamente identificados en la investigación por el secuestro y el homicidio del teniente Ojeda, todos venezolanos. Se trata de un joven que dice tener 17 años y dos mayores de edad, Walter Rodríguez Pérez y Maickol Villegas Rodríguez, quienes salieron desde el país horas después del crimen. Ayer, como informó El Mostrador, la policía de Costa Rica detuvo a Villegas en la frontera con Panamá, por lo cual la Fiscalía inició de inmediato los trámites de extradición.
Walter Rodríguez Pérez es el sucesor de Wilken Rondón, más conocido como “Caracas” (también recluido en el Repas), como líder del grupo de secuestradores del TDA que opera en la zona central del país y, en dicho sentido, es uno de los sujetos que ingresó la madrugada del 21 de febrero pasado al departamento del teniente Ronald Ojeda, haciéndose pasar por funcionarios de la PDI, para llevárselo desde allí.
Previo a ese crimen, Rodríguez aparece vinculado a varios otros secuestros, incluyendo el de tres hombres cuyos cadáveres fueron abandonados en el camino a Valparaíso (donde los descubrió la PDI en 2023), los que previamente habían sido secuestrados por el grupo que en ese tiempo encabezaba Rondón.
La mayoría de los integrantes de esa célula fueron detenidos en noviembre de 2022 por la PDI, en varias diligencias realizadas en el centro de la capital del país, debido a la investigación de cinco secuestros que afectaron a víctimas venezolanas, chilenas y un ciudadano chino.
Otro secuestro en que participó Rodríguez fue el ocurrido en junio de 2022 en la esquina de calles Serrano y Cóndor, en Santiago, donde este, junto a otros sujetos, movilizándose en dos vehículos, secuestraron a otros tres venezolanos que iban en otro auto, luego de hacerles una “encerrona”. Las víctimas eran Denny Rincón Villalobos y otros dos sujetos, a quienes trasladaron hasta la Autopista Central con Américo Vespucio (muy cerca de donde casi dos años más tarde cambiaron de auto a Ojeda). Luego de abandonar a los otros dos, se llevaron a Rincón hasta una casa de torturas ubicada en Lampa. La víctima era el líder del grupo de motochorros conocido como “El Enjambre”, que actuaba en Providencia, y luego de retenerlo por 38 horas sus familiares pagaron una suma no determinada de dinero y joyas. Meses más tarde, lo secuestraron de nuevo y esta vez el pago fue de 120 millones de pesos, lo que lograron luego de llevarlo al camino a Valparaíso y mostrarle los cadáveres de sus víctimas que, hasta esa fecha, aún no eran descubiertos por la policía.
Tras ello, Rincón dejó el país, lo mismo que hizo la familia del teniente Ojeda, a la cual el Gobierno del presidente argentino Javier Milei concedió refugio político en ese país.
El punto donde se cruzan en forma inequívoca los caminos de Rodríguez y “Larry Changa” tiene nombre y número: Alameda Libertador Bernardo O’Higgins 4131, esquina de Toro Mazote, una de las torres ubicadas en plena “Pequeña Caracas”. El 20 de octubre de 2022, Carabineros recibió una denuncia que indicaba que desde una de las bodegas ubicadas allí emanaba un fuerte olor a marihuana. Al allanar el lugar, la policía descubrió no solo varios paquetes de dicha droga, por un total de 31 kilos, sino además casi un kilo de clorhidrato de cocaína, dos fusiles Anderson AM-15, cuatro granadas de mano, un chaleco antibalas y una pistola Glock con dos cargadores, además de cientos de balas para los fusiles.
La bodega correspondía a un departamento del piso 17, que era arrendado por un ciudadano venezolano, por 380 mil pesos mensuales. Según determinó la investigación del OS-7 de Carabineros, el dueño de la droga y las armas era el también venezolano Kilbert José Chourio, en cuyo vehículo se hallaron varias dosis menores de marihuana, así como 15 municiones calibre 38.
Desde entonces Chourio se mantiene en prisión preventiva, la que actualmente cumple en la cárcel de La Serena, donde recientemente Gendarmería lo descubrió en posesión de un teléfono celular.
La carpeta judicial del caso, que se halla en su fase de preparación de juicio oral, está en buena parte centrada en el departamento y en quienes, en forma mensual, aportaban para el pago de este.
Como lo evidencia la cartola del corredor de propiedades que había arrendado la propiedad, que figura dentro de la documentación del caso, los pagos comienzan en junio de 2022.
Sin embargo, la mensualidad del 6 de septiembre de 2022 fue pagada íntegramente al supervisor del edificio encargado de recibir el dinero (otro venezolano), como lo muestra su cuenta del Banco Falabella, en la cual se indica un depósito de 380 mil pesos al lado del concepto “Transf. de Álvarez Núñez Larry Amaury”, es decir, “Larry Changa”.
El 12 de septiembre de ese año, Álvarez depositó otros 18 mil pesos y el 21 del mismo mes abonó otros cien mil pesos.
Además de “Larry Changa”, también aparecen depósitos en la cuenta del supervisor de parte de Yexon Solano, José Luis Rodríguez y Angélica Rodríguez, todos los cuales son descritos en un informe de la Brico de la PDI como “blancos activos relacionados a organizaciones criminales extranjeras”.
Además, los detectives que firmaron ese reporte dejaron constancia de que el empleado del edificio (el mismo que recibía los depósitos) en realidad podría ser un testaferro del grupo, teoría que tiene asidero si se considera que dentro de quienes también le depositaban aparece un nombre que hoy es muy conocido, pero que por aquel entonces aún no estaba en el radar de la policía: Walter de Jesús Rodríguez Pérez, el secuestrador de Ronald Ojeda.
En efecto, en la cartola del banco se consigna que un mes antes, el 10 de agosto, depositó 260 mil pesos en la cuenta del supervisor del edificio y que, un día más tarde, transfirió otros 160 mil.
Según una fuente vinculada a estas indagaciones, la relación entre “Larry Changa” y Rodríguez es evidente por este y otros detalles, incluyendo otro que figura en los antecedentes recopilados por la Brico, que al revisar más a fondo la bodega encontró un pequeño papel con varias anotaciones, que se cree son las cantidades de droga que cada miembro del TDA se llevaba desde el departamento. Uno de ellos es un tal “Boby”.
Otro detalle no menor es que los paquetes de marihuana hallados en la bodega llevaban un logotipo: una calavera con máscara antigás y la sigla “G4”, que es el mismo logo que utilizan “Los Piratas de Aragua”, como se denomina a partir del año pasado el TDA en Chile, luego de una decisión en tal sentido adoptada por “Larry Changa”. Dicho logotipo se utiliza habitualmente junto a la frase “RealG4Life” o la sigla “RG4L”, que aluden a la frase “Real Gangster for Life“, vale decir, “Gángster de verdad de por vida”.