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Foto: armada.cl
Querella denuncia esfuerzo sistemático para encubrir a capellán evangélico de la Armada. Navajas –quien afirmó que violadores de DD.HH. “cumplieron cabalmente con su deber”– también es señalado por falsificación de instrumento público en el caso. Además, se acusa a otros oficiales de prevaricación.
El abogado Humberto Palamara presentó una ampliación de querella en representación de la sargento S.N.R. La acción judicial se dirige contra altos mandos de la Armada, incluyendo al vicealmirante en retiro Ramiro Navajas Santini, por encubrimiento de abuso sexual y ahora por falsificación ideológica de instrumento público.
Navajas Santini pasó a retiro el 18 de octubre de 2022 y su gestión no estuvo exenta de controversia. Hasta ese entonces era jefe de Personal de la Armada, la quinta antigüedad de la institución y miembro de su Corte Marcial. Un mes antes de que el Gobierno renovara el Alto Mando de la institución y no incluyera su nombre, El Mostrador reveló lo que el vicealmirante (r) aseveró en un correo institucional enviado a todo el Alto Mando naval: que nueve exmarinos condenados por delitos de lesa humanidad y hoy presos en Punta Peuco y Colina 1, fueron sentenciados por “supuestos hechos” y que se trataba de “marinos que cumplieron cabalmente con su deber”. El e-mail hacía referencia a casos de secuestros calificados y triple homicidio.
Ahora, el militar en retiro se encuentra bajo la lupa, acusado de tejer una cortina de humo en el caso de la Capilla Evangélica de la Armada de Chile, “El Buen Pastor”.
La sargento S.N., la primera mujer en ocupar un cargo de mayor jerarquía en la misión evangélica de la Armada de Chile, fue elegida en julio de 2022. Sin embargo, años antes, entre 2019 y 2020, vivió una situación que cambió su vida. Según se establece en la primera querella –declarada admisible el 8 de mayo de 2023–, fue víctima de abuso sexual durante sus jornadas laborales en dicha capilla ubicada en Viña del Mar.
El querellado principal es René Orlando Ojeda Oyarzún, un suboficial retirado de las Fuerzas Armadas y Capellán Nacional Evangélico de la Armada de Chile. Ojeda, reconocido como guía espiritual de esta rama de las FF.AA. y sus grupos familiares, trabajó más de tres décadas en la institución y reside en la misma dirección donde ocurrieron los delitos relatados por la sargento en la querella. Según el documento, Ojeda realizó “acciones sexuales” en reiteradas ocasiones cuando quedaba solo con la víctima, incluyendo susurros eróticos y toqueteos no consentidos.
La ampliación de la querella introduce nuevas acusaciones. Al vicealmirante (r) Ramiro Navajas Santini se le acusa de encubrir el delito de abuso sexual a mayor de 14 años y por “incumplir la obligación de incluir en el Informe de Denuncias de Acoso Laboral y Sexual que la institución debe elevar, mensualmente, al Ministerio de Defensa Nacional”.
La querella también apunta a Navajas por el delito de falsificación ideológica de instrumento público del expediente de la investigación sumaria administrativa (ISA). Esto por designar como fiscal administrativo a su subordinado, el capitán de fragata Pablo Felipe Wilson Alcalde. Según la ampliación de la querella, el motivo oculto sería “para que la investigación sumaria administrativa no se instruyera en conformidad a los principios, procedimiento y normas del Protocolo Conjunto para las Fuerzas Armadas Ante Denuncias de Acoso Sexual o Laboral y de la Directiva de la Dirección General del Personal de la Armada”.
Este complemento a la querella original también alcanza al comandante Pablo Wilson Alcalde. A este se le acusa de no representar su designación como Fiscal Administrativo y también por los delitos de falsificación ideológica de instrumento público y de nombramiento ilegal. Ello, “porque designó como Secretaria Administrativa en la ISA a la capitán de corbeta Marcela Andrea Vergara Iturriaga, en circunstancias que ese rol debería de haber sido cumplido por el secretario de la Fiscalía Administrativa Permanente de la Primera Zona Naval”.
La querella también lo acusa de prevaricación administrativa, “porque su dictamen, en la ISA ordenada, es manifiestamente injusto, porque no consideró lo dispuesto por la Dirección General del Personal de la Armada, en relación al acoso laboral, y consecuencia de esa omisión pudo liberar al pastor Ojeda de la acusación de acoso laboral, y porque no consideró los hechos confesados por el pastor Ojeda en relación al abuso sexual”.
En este documento, el querellante también busca la responsabilidad de una capitán, un contraalmirante y dos vicealmirantes por los delitos de prevaricación administrativa, falsificación ideológica y encubrimiento de abuso sexual.
Esta ampliación de querella apunta a actos de encubrimiento y manipulación de procedimientos internos para proteger al pastor Ojeda. La querella también alega un concierto previo entre los acusados para ocultar el delito.
Específicamente, detalla que “cabe presumir que hubo concierto previo, entre el vicealmirante (r) Navajas y el comandante Wilson, porque sin concierto previo, la comisión del delito de falsificación de instrumento público que cometió el vicealmirante (r) Navajas en la resolución D.G.P.A., Secreto, No 1590/0802/15687 Vrs., de 22 de agosto de 2022, y el comandante Wilson en la resolución ISA, de 22 de agosto de 2022, ambos para ocultar el delito de abuso sexual del pastor Ojeda, no se habrían podido materializar”.
De acuerdo con la querella, “cabe aplicar al vicealmirante (r) Navajas y al comandante Wilson la agravante del numeral 3 del artículo 213 del Código de Justicia Militar, consistente en cometer el delito con concierto previo, en unión con su inferior, en cuanto estos se concertaron para cometer el delito de falsificación ideológica, previa y respectivamente, con el comandante Wilson y con la capitán Vergara”.
La sargento S.N. ha expresado que ha sido víctima de acoso laboral y sexual y que la institución no ha tomado las medidas adecuadas para protegerla y asistirla. La falta de inclusión de su denuncia en los informes mensuales al Ministerio de Defensa y la incorrecta designación de personal para la ISA son indicios, según la querella, de un esfuerzo sistemático para minimizar y ocultar el incidente.
“En definitiva la investigación sumaria administrativa que ordenó instruir el vicealmirante (r) Navajas y que instruyó el comandante Wilson, con la complicidad de la capitán Vergara fue un tongo, para encubrir al pastor Ojeda, del delito de abuso sexual en contra de la sargento, y para hacer creer a esta que su denuncia era investigada”, afirma el documento.
Hasta el momento, la Armada no ha emitido un comunicado oficial en respuesta a estas nuevas acusaciones. Sin embargo, se espera que en los próximos días se pronuncien sobre las acciones legales emprendidas por Palamara en representación de la sargento.
Este caso pone en evidencia las falencias en los procedimientos internos de la Armada para manejar denuncias de abuso y acoso, y plantea interrogantes sobre la transparencia y la responsabilidad de las autoridades en el manejo de tales casos.
“No es cierto que en la ISA no se pudieron acreditar los hechos de la denuncia, porque el pastor Ojeda está confeso de los hechos que constituyen acoso laboral y de hechos que permiten presumir abuso sexual, según consta en su declaración”, remarca la ampliación de la querella.
Cabe mencionar que, el 12 de marzo de 2019, el Ministerio de Defensa, dirigido a esa fecha por el entonces ministro Alberto Espina, promulgó un Protocolo Conjunto de Denuncias por Acoso Sexual o Laboral para las Fuerzas Armadas, que estableció un proceso formal que incluye una serie de deberes institucionales (de recepción, derivación y acompañamiento de denuncias) a cumplir ante esos casos y, además, designó Delegadas de Género en cada una de las Instituciones de la Defensa Nacional: Ejército, Armada, Fuerza Aérea.
Consulta el documento sobre Ampliación de la querella.
