Publicidad
Cómo la expulsión de embajadores logró distender la pelea de La Moneda y el PC tras elecciones en Venezuela PAÍS Crédito: Agencia Uno

Cómo la expulsión de embajadores logró distender la pelea de La Moneda y el PC tras elecciones en Venezuela

Publicidad
Carlos Saldivia
Por : Carlos Saldivia Periodista de El Mostrador
Ver Más

Pese a la tensión inicial entre La Moneda y el Partido Comunista por las elecciones en Venezuela, ayer por la noche habría habido una tregua para no escalar en el conflicto. Incluso, el PC cuestionó la expulsión de la representación diplomática de Chile en Caracas.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
El Partido Comunista de Chile mantiene la calma a pesar de las tensiones con La Moneda debido a las elecciones en Venezuela. El PC descartó fraude electoral y expresó confianza en la transparencia del proceso, mientras que algunos diputados socialistas cuestionaron la democracia en Venezuela. El presidente Boric y el canciller Van Klaveren discutieron las posibles repercusiones de los comicios. La Moneda y el PC evitan confrontaciones públicas, priorizando la inscripción de listas para las elecciones de octubre. Hay críticas a senadores PS-PPD y su postura ante la situación.
Desarrollado por El Mostrador

En el Partido Comunista (PC) hay tranquilidad. Eso, a pesar del ciclón bolivariano que puso en curso de colisión a la tienda que lidera Lautaro Carmona con La Moneda por un nuevo  enfrentamiento. Ahora el choque estaba por disímiles posturas entre reconocer un triunfo de Nicolás Maduro y atribuir turbiedad al proceso electoral venezolano, como hizo el Presidente Gabriel Boric.

La tensión entre el PC y el oficialismo por las presidenciales en Venezuela reflotó, ad portas del cierre de la negociación para los gobernadores, un escenario de confrontación que se arrastra desde junio, donde las divergencias más visibles surgieron en episodios como la remoción de Juan Andrés Lagos de Interior; el operativo policial en Villa Francia, calificado de montaje; las protestas en favor del exalcalde Daniel Jadue; y el caso Ojeda.

La tirantez por Venezuela entre el Gobierno y los comunistas comenzó días antes. Cuando el PC descartó cualquier posibilidad de fraude electoral, en medio de la expectación por los comicios. En efecto, a 48 horas del proceso, el diputado comunista Boris Barrera, uno de los observadores internacionales, aseguró que “no hay motivo alguno” para que Chile dude de los resultados, ya que las elecciones fueron “abiertas” y “completamente transparentes”.

Mientras que diputados socialistas apuntaban a que en el país caribeño no había democracia. “La situación de Venezuela hoy día es insostenible (…). No existen parámetros mínimos democráticos que puedan dar fe de que este proceso se desarrolle con normalidad y que en definitiva sean respetados los principios básicos de la democracia”, señaló el diputado Marcos Ilabaca (PS).

Con el áspero impasse con el régimen de Maduro por el caso del teniente Ojeda, el exmilitar venezolano refugiado en nuestro país, secuestrado y asesinado en extrañas circunstancias, y la cooperación para las extradiciones aún latente, el Presidente Boric analizó con el canciller Alberto van Klaveren, durante la semana pasada, posibles escenarios y efectos para Chile de los comicios.

Entre las perspectivas de La Moneda, un escrutinio marcado por la opacidad y el retraso de cómputos era una posibilidad. Entre el Jefe de Estado y el Canciller coincidían en la necesidad de expresar una defensa de la democracia y de la transparencia. En el Gobierno estaban presentes en el análisis las eventuales protestas o muestras de descontento en Chile, debido a la cantidad de venezolanos residentes que, según el Ejecutivo, superaría los 700 mil.

La noche del domingo pasado, el retraso en la entrega de votos, la caída de la página del Consejo Nacional Electoral (CNE) y las denuncias de la oposición venezolana de haber accedido solo al 40% de las actas de votación, subrayan los frentes ideológicos de las dos almas del Gobierno. Esa noche, cuando Boric insistió en la turbiedad del proceso, en el PC hubo perplejidad y molestia.

“Fue bastante arriesgado lo que dijo, porque es un país con sistemas precarios y con observadores internacionales, y la lentitud puede ser comprensible. Estando en la antesala del cierre de candidatos para las elecciones nuestras, no era adecuado el tono del Presidente. Aunque se sabía que habría diferencias como tantas veces por Venezuela con nuestro partido”, explica un dirigente del PC.

Sin embargo, aunque en el Ejecutivo y en el Partido Comunista descartan que hubiera un pacto de moderación en el oficialismo para no polarizar el Congreso ni los últimos detalles para inscribir candidatos a alcaldes y gobernadores, los comunistas sostienen que se optó por no confrontar con el Mandatario. También descartan algunas versiones sobre comunicaciones telefónicas entre la sede de Gobierno y el partido de Lautaro Carmona. Otras fuentes señalan que se se habría abordado “no polarizar institucionalmente” las diferencias.

Expulsión de embajador Gazmuri marca inflexión

El lunes por la noche, los tonos en las dos almas eran distintos. La diputada comunista Carmen Hertz, que había tenido acalorados debates por el escrutinio con sus colegas de Chile Vamos, mostraba un temple más empático con Boric.

“Estoy segura de que el Consejo Nacional Electoral de Venezuela va a entregar el registro de todas las actas que verifiquen el proceso electoral”, dijo la legisladora comunista a El Mostrador.

Y agregó: “Una gran cantidad de países han reconocido el triunfo de Nicolás Maduro, ponerlo en duda de esa manera tajante es una actitud injerencista y sin respeto por la soberanía de un país que se ha visto acosado y robados sus recursos por los Estados Unidos durante años. No es un misterio geopolítico para nadie. Sin duda, es el Presidente de la República el que conduce las relaciones internacionales”.

Su par de bancada, Nathalie Castillo (PC), también mostró prudencia: “Creo que debe respetarse al CNE. Es lo que podría decir”, reflexionó escuetamente.

Tras sus declaraciones llegó la voz oficial del PC en un comunicado. “El Partido Comunista de Chile envía su saludo fraterno y atento al pueblo de Venezuela, que en forma ejemplar, respetuosa y pacífica, concurrió a las urnas para participar de la elección presidencial de este domingo 28 de julio”. Pero incluyó un matiz: “Tenemos la certeza que la institucionalidad electoral de Venezuela transparentará los mecanismos y procedimientos que validan el mencionado proceso, refrendado por la masiva y diversa presencia de veedores internacionales y la amplia cobertura de prensa confirmada en estos comicios”.

En el Partido Comunista sinceran que, para la colectividad, el triunfo de Maduro en Venezuela es secundario en relación con otras divergencias con el Gobierno y a la relevancia que le asignan al cierre de la inscripción de listas en el Servel.

“El PC no envió a Venezuela a alguien de la Comisión Política ni al cuadro encargado de Relaciones Internacionales, Claudio De Negri, sino que al diputado Boris Barrera. Eso indica la relevancia que se le da a Venezuela al lado de los temas nacionales”, señala con cierta crudeza un alto dirigente comunista.

Asimismo, el PC se alineó con el Gobierno, cuestionando la expulsión de embajadores desde Caracas. “(La expulsión) es una medida inaceptable para nuestra representación diplomática en Venezuela. Porque las relaciones diplomáticas son la forma como se vinculan los Estados, y entre Chile y Venezuela es muy importante mantenerlas y cultivarlas, entre otras cosas por la cooperación que necesitamos en el combate con el crimen organizado transnacional”, señaló la diputada Carmen Hertz a El Mostrador.

Para el historiador del Partido Comunista y académico de la Usach, Rolando Álvarez Vallejo, la expulsión de embajadores es el gesto más duro de la diplomacia y, quizás, hasta un paso previo a la ruptura de relaciones

“Si uno piensa que el Gobierno de Chile no ha reconocido los resultados de la elección en Venezuela, imagino que en el cálculo del Gobierno estaba que la represalia sería de este tipo. La ruptura de relaciones parece a la vuelta de la esquina, es un camino sin retorno en las relaciones entre los gobiernos. El Presidente Boric ha sido más crítico que otros mandatarios, incluso que Lula, por ejemplo, y claro, una ruptura, es una crónica de una muerte anunciada. Esto parece claramente que va hacia allá”, señala el historiador Álvarez Vallejo a El Mostrador.

En el Partido Comunista ven con cierta inquietud que el embajador de Chile en Caracas, Jaime Gazmuri (PS), sea uno de los siete representantes diplomáticos que serán expulsados por el régimen de Maduro, debido a que sus respectivas cancillerías no han reconocido esta nueva reelección del sucesor de Hugo Chávez. Gazmuri se habría mostrado sorprendido con la noticia, de la que se enteró al mediodía de ayer lunes por contactos informales y antes de ser notificado por el Palacio de Miraflores.

Según observan, con su decisión el líder venezolano cortó los lazos con Chile, al ordenar la salida de los representantes diplomáticos de ambos países, lo que implica la salida de los embajadores, cónsules y agregados con plazos perentorios.

La determinación de Maduro deja a La Moneda en una posición difícil en sus negociaciones sobre la crisis migratoria, una preocupación importante para los chilenos. A pesar de esto, el Gobierno chileno decidió no romper  las relaciones –para mantener abierta la posibilidad de diálogo en ese tema–, pero sí endurecer la crítica al régimen caribeño.

Sin embargo, a diferencia del malestar canalizado con Boric, en la tienda de la hoz y el martillo hay más molestia con el PS y el PPD, por insinuar desplazar a los comunistas del bloque oficialista, donde los senadores Juan Luis Castro y Ricardo Lagos Weber deslizaron la idea de la expulsión del PC del oficialismo.

“No comparto el resultado que nos dijeron y no hay ninguna condición para creer lo que informa el régimen de Maduro, claramente se están robando la elección (…). No quiero ser coalición con alguien que cree que lo de Maduro está bien hecho”, aseguró Lagos Weber.

Sus palabras hallaron una sólida respuesta de los comunistas: “Me parecen una indecencia esos comentarios de quienes se autodenominan democráticos. Ya hacen recordar la persecución de la época de González Videla y, más tarde, cuando el anticomunismo se saturó en forma criminal, el exterminio de que fuimos víctima durante la dictadura”, reparo la diputada Carmen Hertz.

Este martes en el Congreso, en el almuerzo de la bancada, el Partido Comunista analizará el caso y los posibles efectos diplomáticos.

Publicidad

Tendencias