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Expectativas de ganar y desafección política: las razones detrás del no acuerdo opositor PAÍS Créditos: Agencia Uno

Expectativas de ganar y desafección política: las razones detrás del no acuerdo opositor

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La oposición negociaba 80 localidades para llegar con candidato único a las elecciones y, hasta el cierre del plazo para bajar las candidaturas, lograron reducir aquel número a 35. Académicos analizan los factores del desacuerdo y los impactos electorales.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
Las negociaciones de la oposición para presentar candidatos únicos en las elecciones municipales de octubre no lograron el éxito esperado. Aunque se redujo el número de comunas con múltiples candidatos de 80 a 35, la falta de acuerdos en algunas zonas clave, como Concepción y Antofagasta, refleja la atomización del sector. Expertos advierten que esta fragmentación podría afectar negativamente el rendimiento electoral, destacando que la ambición ha complicado la unidad. La incertidumbre generada por el voto obligatorio también añade complejidad al panorama electoral.
Desarrollado por El Mostrador

Las cartas ya están sobre la mesa, pues el viernes venció el plazo para que los candidatos a las elecciones municipales y de gobernadores –que se llevarán a cabo en octubre– bajaran sus candidaturas. El oficialismo, más la Democracia Cristiana, había logrado poner a un candidato único para cada alcaldía al momento de inscribir los nombres. La oposición, en cambio, inscribió a sus cartas por separado y se esperaba que en estas negociaciones acordaran bajar candidatos, posicionar solo a uno por municipio y aumentar las probabilidades de rendimiento electoral. Sin embargo, esa estrategia no rindió el éxito esperado.

Había 80 comunas en que la oposición presentaba más de un candidato y sobre estas se dieron las negociaciones. Si bien ese número se redujo a 35, hubo esfuerzos por negociar comunas que no llegaron a puerto. El vicepresidente de la UDI, Juan Antonio Coloma, aseguró que “desde Chile Vamos, hicimos un tremendo esfuerzo por la unidad. Nos omitimos en más de 70 comunas, ofrecimos primarias, encuestas vinculantes, estudios de opinión y los últimos días sentarnos a conversar”.

La secretaria general de Renovación Nacional, Andrea Balladares, le comentó a El Mostrador que “lo importante hoy es ver que en casi el 90% de comunas de Chile tenemos candidato único junto con Republicanos”. Sobre eso, la RN agregó que “más allá de que todos hubiésemos querido un escenario al 100%, lo importante es que reforcemos el trabajo de quienes nos sentimos oposición al actual Gobierno, todos los partidos, para trabajar en cada uno de los lugares donde vamos con candidatos únicos. Eso pasa hoy en Santiago, en Maipú, Puerto Montt, La Serena y muchas comunas más”.

Entre las comunas en que no se llegó a acuerdo están Concepción, Antofagasta y Cerrillos. En el Biobío la situación es compleja, pues son cinco candidatos los que entran en competencia: como representante del Partido Republicano, James Argo; por Chile Vamos, Valentina Pavez Van Rysselberghe (UDI), hija de la exsenadora Jacqueline Van Rysselberghe; por el Partido Social Cristiano, Héctor Muñoz; por Demócratas y Amarillos por Chile va Andrea de la Barra; y el candidato del PDG es Víctor Ávila.

Por el municipio de Antofagasta también serán cinco candidatos de oposición. El Partido Republicano lleva a Roberto Soto; Chile Vamos apostó por Sacha Razmilic, de Evópoli; el PSC lleva a Eslayne Portilla; y el PDG a Ricardo Vargas. A estos se les suma el ex-RN y hoy independiente, Luis Aguilera. En Cerrillos, en cambio, son tres: Luis Cortés (Republicanos), Alejandro Almendares (RN) y Nehel Muñoz (PSC).

Diagnóstico académico

Danilo Herrera, director ejecutivo de Factoría Pública y cientista político, ha observado detenidamente el proceso electoral y las negociaciones que se dieron. El especialista recuerda que “en casi todas las comunas hay varios candidatos de oposición, pero también hay muchos candidatos independientes –de izquierda y derecha–”.

Dicho eso, comenta sobre los factores clave en la falta de acuerdo y entrega luces sobre el fenómeno de la atomización que, advierte, “afectará más a la oposición, porque hay 35 comunas donde compiten candidatos de Chile Vamos y Republicanos, pero también están los candidatos del naciente Partido Social Cristiano y lo que queda del Partido de la Gente”. Ahora bien, Herrera indica que “también hay figuras de izquierda que no se alinearon con los candidatos del oficialismo y la Democracia Cristiana” y, sobre eso, apunta a que “el diagnóstico es una completa incertidumbre”.

El director ejecutivo de Factoría Pública hace memoria y comenta el contexto previo: “Hace unos meses, todos suponían que las derechas iban a barrer en las elecciones de octubre, por la popularidad del Gobierno, por la falta de candidatos presidenciales, por el mal desempeño opositor en 2021”. Esos factores, dice, “hacían pensar que las derechas ganarían, pero eso llevó a que a las fuerzas opositoras les creciera el apetito por varias comunas y levantaran cartas autoproclamadas como las ‘más competitivas'”.

Estas expectativas generaron, según explica Herrera, una atomización que “empeorará el resultado que podrían haber tenido en una gran coalición o abstenciones pactadas”. El especialista sentencia: “La ambición pudo más”.

La incertidumbre también es un factor que “impacta las decisiones de coaligarse de todos los partidos”, comenta, por su parte, la profesora de Ciencia Política de la Universidad Católica, Julieta Suárez. Según señala a este medio, la incertidumbre esta dada, por una parte, por la obligatoriedad del voto: “Estas elecciones van a ser bisagra. Primero, porque son las primeras con voto obligatorio, en un contexto en el cual el voto voluntario llevaba a una participación súper baja a nivel municipal”.

Ahora bien, Suarez anticipa que estos comicios no funcionarán como un predictor de la preferencia política para las próximas elecciones. En el mundo político, está la costumbre de pensar que las municipales resultan en un predictor de las presidenciales, pero Suárez disiente, aunque habla de una hipótesis: “Lo que hemos estado viendo cada vez más es un cambio en esto (…), creo que por ahí se van a terminar decidiendo por factores puramente locales y no con un ojo, digamos, a lo nacional. Y ahí entra también esta explosión de independientes que, bueno, son algunos independientes estratégicos”.

A estos candidatos los denomina así, pues explica que es lo que les conviene. En tal sentido, argumenta que la ciudadanía se siente lejana a los partidos políticos y “no quiere votar gente de partidos”. Ahora, esta irrupción también puede “desarmar un poco esta visión de gobierno-oposición y puede terminar dándoles más peso a los factores locales”.

En síntesis, la académica sostiene que “hay un factor alto de incertidumbre con el cambio de las reglas. También respecto a la baja legitimidad de los partidos políticos”. Entonces, señala que la ciudadanía puede percibir que, cuando los partidos se ponen de acuerdo, hay una “cocina” y, al final, eso también puede generar incentivos a funcionar como descolgado. Ser, entonces, “la candidatura distinta, la que no se junta con la casta política”.

Nerea Palma, académica de la Facultad de Ciencias Sociales e Historia de la UDP, coincide en que “hay varios factores que están incidiendo en estas elecciones que vamos a tener ahora en octubre”, pero destaca que la oposición sufre de un “factor numérico”. Esto, porque “tiene más lugares en los cuales ponerse de acuerdo”. En particular, dice que “tiene más espacio para conquistar que el oficialismo, que tiene mayor cantidad”.

Según la académica, el diagnóstico de la oposición es que “el oficialismo está debilitado y que, por tanto, hay bastantes posibilidades de efectivamente hacer crecer la cantidad de alcaldías, efectivamente hacer crecer la cantidad de gobiernos regionales”. Esa expectativa, a la que Danilo Herrera denomina “ambición”, Nerea la explica de otra forma: “Sin duda alguna hace que inevitablemente sea más difícil ponerse de acuerdo, porque, al conquistar mayor cantidad de alcaldías y mayor cantidad de gobiernos regionales, esto significa que sienten que tienen altas posibilidades de salir electos y, por lo tanto, no da lo mismo quién va o quién no va a competir en cada uno de los territorios a ser disputados”, concluye.

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