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Isabel Amor: “He demostrado con creces mi compromiso con los derechos humanos”

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La otrora directora regional de Sernameg en Los Ríos reiteró sus cuestionamientos a la justificación de su despido por “pérdida de confianza”, atribuyéndolo a la condena por violaciones a los DDHH que pesa sobre su padre. “Hubiese preferido que mi papá se hubiese vuelto un guerrillero de la verdad”.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
Isabel Amor, recientemente desvinculada de su cargo como directora del Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género en Los Ríos, defendió su compromiso con los derechos humanos en una entrevista con Mirna Schindler. Amor, licenciada en letras y magíster en sociología, cuestionó la justificación de su despido por “pérdida de confianza”, atribuyéndolo a la condena por violaciones a los derechos humanos que pesa sobre su padre. Destacó su trayectoria en el INDH y Sernameg, subrayando su rechazo a la dictadura y su compromiso genuino con las víctimas.
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La socióloga Isabel Amor, quien recientemente fue desvinculada de su cargo como directora del Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género (Sernameg) en Los Ríos, defendió su trayectoria y compromiso con los derechos humanos, en un nuevo capítulo de Al Pan Pan con Mirna Schindler. Su salida del cargo, justificada por una “pérdida de confianza”, no ha estado exenta de polémica, especialmente tras su declaración de falta de confianza en la ministra Antonia Orellana.

Amor, licenciada en letras y magíster en sociología, argumentó que su desvinculación está íntimamente relacionada con la condena por violaciones a los derechos humanos que pesa sobre su padre, Manuel Amor. Según la exdirectora ejecutiva de Fundación Iguales y exjefa del INDH en la región de Ñuble, la verdadera razón detrás de su despido no es una pérdida de confianza, sino una forma de discriminación basada en el pasado de su padre.

“Yo logré dormir bien un día y tuve la claridad de conciencia de que esta no es la vida que yo quiero vivir”, comenzó diciendo la exdirectora regional del Sernameg, afirmando la profundidad de su compromiso con la defensa de los derechos humanos. Amor recordó cómo su infancia, aunque privilegiada, estuvo marcada por un proceso de cuestionamiento y aprendizaje crítico sobre la realidad política y social de Chile.

Isabel Amor mencionó su juventud en el Colegio Altamira, donde fue expuesta a las historias de quienes habían sufrido bajo la dictadura de Pinochet. Esta experiencia, dijo, la llevó a una profunda reflexión, manifestado en su trabajo tanto en el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) como en Sernameg.

A pesar de las dificultades y el dolor personal que enfrentó al confrontar el pasado de su padre —Manuel Amor Lillo, médico condenado como encubridor del delito de tormentos o torturas contra el ingeniero agrónomo Luis Corvalán Castillo, en septiembre de 1973— Isabel enfatizó que su carrera y acciones han demostrado su rechazo a la dictadura y su compromiso con las víctimas.

“Un estudio del área del derecho del INDH responde una cosa que es larga, pero que básicamente dice que una de las victorias del derecho moderno es que los hijos no paguen por los crímenes de los padres, y yo efectivamente he demostrado con creces mi compromiso con los derechos humanos y mi absoluto rechazo a la dictadura”, declaró.

Isabel Amor reiteró sus cuestionamientos sobre el motivo detrás de su despido, subrayando que la verdadera razón podría ser el prejuicio hacia ella como hija de un condenado por violaciones a los derechos humanos. “Creo que si vienes de una familia que fue pinochetista, que es de derecha hoy por hoy y que tiene pensamientos muy duros respecto a una serie de cosas, y tú logras por tus propios medios pensar de otra manera debiese ser un motivo de alegría”, sostuvo.

Sobre el caso de su padre, Amor dijo que “tiene que haber sabido cosas, tiene que haber visto cosas y como funcionario público le correspondía denunciarla”. En ese sentido, expresó que “yo hubiese preferido que mi papá se hubiese vuelto un guerrillero de la verdad, que hubiese visto y sacado fotos de todo lo que estaba pasando y se hubiese ido con con la familia Allende a contar que esta era la verdad de lo que ocurría en Chile a ver si se salvaban vidas”.

A pesar de su dolor personal y las críticas que ha enfrentado, la socióloga recalca que ha trabajado arduamente en defensa de los derechos humanos y que su compromiso con esta causa es genuino. “Me tratan de negacionista y yo, negado la dictadura, jamás”, concluyó.

Cabe mencionar que Isabel Amor, elegida vía Alta Dirección Pública, solo estuvo 48 horas en el cargo regional de Sernameg. La ministra Orellana esgrimió que “suena raro, pero no por raro deja de ser posible perder la confianza tan rápido”.

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