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Crédito: Agencia Uno
La delincuencia sigue siendo la principal preocupación de los chilenos, como lo muestra un reciente estudio de UDP-Feedback. Según la encuesta, un 46,4% de los encuestados considera la delincuencia como el problema más grave que enfrenta el país.
La percepción de delincuencia sigue siendo la principal preocupación de los chilenos, como lo muestra un reciente estudio de UDP-Feedback. Según la encuesta, un 46,4% de los encuestados considera la delincuencia como el problema más grave que enfrenta el país, seguido de la corrupción (14,6%) y las pensiones (11,3%).
Este estudio, que aborda la relación entre seguridad pública y percepción de la democracia, revela una paradoja inquietante: aunque la democracia es valorada para resolver la mayoría de los problemas, se percibe como ineficaz para enfrentar la delincuencia.
Realizado entre el 8 y el 21 de agosto de 2024, el estudio contó con una muestra de 1.547 casos y destaca que un 66% de los encuestados prefiere la democracia frente a cualquier otra forma de gobierno. Sin embargo, el 68,4% se muestra insatisfecho con su funcionamiento en Chile. Esta insatisfacción se refleja en la percepción de que un gobierno autoritario podría ser más efectivo para combatir la delincuencia: el 52,8% cree que un régimen autoritario haría un mejor trabajo en este ámbito, en contraste con el 34,7% que opina que un gobierno democrático sería más eficaz.
El apoyo a medidas de excepción constitucional también es revelador. Un 59,3% considera que declarar estados de excepción, como el estado de sitio, es eficaz para controlar la delincuencia. No obstante, cuando se trata de restricciones a los derechos individuales, la mayoría se opone firmemente. Un 72,3% rechaza la restricción de libertades personales, y un 88,4% está en desacuerdo con la suspensión de la libertad de trabajo, entre otras restricciones.
En este contexto de inseguridad, los chilenos han adoptado prácticas de autocuidado. Un 70,7% de los encuestados se ha unido a grupos de WhatsApp vecinales, y un 46,4% ha instalado alarmas en sus hogares.
Estas medidas se intensifican entre mujeres y personas de derecha, reflejando una adaptación de la vida cotidiana frente al miedo a la delincuencia. Además, la percepción de riesgo ha llevado a cambios en el comportamiento en espacios públicos: un 75,8% evita llevar dinero en efectivo, y un 71,8% prefiere no usar su celular mientras camina.
El estudio también destaca una confianza selectiva en las instituciones de seguridad. Mientras que un 58% confía en Carabineros, un 61% desconfía de la seguridad ciudadana de sus comunas. Esto contrasta con la búsqueda de soluciones individuales: un 43,9% considera más eficaz avisar a los vecinos por WhatsApp durante un robo que llamar a la seguridad ciudadana.
Finalmente, aunque existe un fuerte apoyo para controles preventivos de identidad (76,8%) y el uso de cámaras de reconocimiento facial (70,7%), hay un rechazo contundente al porte de armas sin restricciones (85,5% en desacuerdo) y a otras medidas que impliquen invasiones de privacidad. La desconfianza en las redes sociales como fuentes de información es alta, con más del 58% de los encuestados manifestando poca o ninguna confianza en estas plataformas.
