Según la Organización Meteorológica Mundial, los glaciares monitoreados por investigadores perdieron, en promedio, más de 1,3 metros de espesor entre octubre de 2021 y octubre de 2022, una reducción significativamente mayor al promedio de la última década.
El aumento de la temperatura global ha provocado que, desde 1970, los glaciares hayan perdido el 50% de su volumen, en un 30% de su espesor. Para 2025, se estima que el 15% de la población mundial se verá afectada por la desaparición de estos glaciares.
Ante esta situación, constituye una gran noticia y una esperanza para el futuro que un grupo de chilenos, a cargo del proyecto Nilus, haya ganado el Premio Acción por el Clima.
El proyecto Nilus, inspirado en los glaciares artificiales del Himalaya, lleva tres años sorteando obstáculos y también conectando apoyos para dar solución a la crisis hídrica mundial de agua, mediante la creación de embalses artificiales sólidos.
¿Cómo lo hacen? Nilus utiliza dispositivos instalados en canales precordilleranos para formar ice stupas, estructuras de agua congelada que sirven como reservas en áreas montañosas. Frente a la creciente amenaza del calentamiento global y la desaparición de glaciares, los fundadores del proyecto –un equipo de ingenieros liderado por Sebastián Goldschmidt– se centran en almacenar agua de manera sostenible y proteger los ecosistemas afectados. Para ello, el equipo ha establecido un laboratorio en alta montaña, donde crean prototipos de estas estructuras para optimizar la creación de grandes reservas de hielo.
Los ice stupas (o «estupas de hielo«) son conos de hielo formados al pulverizar agua a temperaturas cercanas a cero grados sobre una estructura base. Este proceso aprovecha la energía gravitatoria al hacer descender el agua desde una fuente elevada, permitiendo que se congele rápidamente al reducirse su tamaño. La forma cónica de estas estructuras minimiza la exposición al sol, lo que disminuye la velocidad de derretimiento y permite que el hielo perdure durante los meses más cálidos. Estudios científicos indican que la forma cónica de los ice stupas es ideal para reducir la sublimación y el derretimiento, factores clave para la conservación del hielo en climas cálidos.
El primer piloto del proyecto Nilus se realizó en 2021 en el Parque Arenas, ubicado en San José de Maipo, Región Metropolitana, Chile, donde se construyó el primer ice stupa del país, con capacidad para almacenar más de 500 m³ de hielo. Esta tecnología no solo es efectiva en el almacenamiento de agua, sino que también contribuye a la restauración de ecosistemas precordilleranos y ayuda a las comunidades locales a adaptarse al cambio climático.
Los ice stupas han demostrado ser una solución económica y escalable para capturar y almacenar agua durante el invierno, proporcionando una fuente confiable durante los meses secos de verano. Cada ice stupa puede almacenar hasta 20.000 m³ de agua, equivalentes a seis piscinas olímpicas, suficientes para abastecer a una localidad de 6.000 habitantes durante tres meses, según estimaciones del proyecto.
Desde una perspectiva científica, los ice stupas pueden desempeñar un papel crucial en la mitigación de los efectos del cambio climático, proporcionando agua dulce en épocas de sequía y ayudando a mantener los niveles de acuíferos subterráneos.
La expansión del proyecto Nilus a otros países podría ser un paso importante hacia la creación de una red global de soluciones innovadoras para la gestión del agua.