Fernando Orellana, presidente del sindicato número 2 de Huachipato, manifestó su preocupación ante la situación laboral que enfrenta la región. “Nosotros agradecemos las ayudas del Gobierno, pero pronto se notarán los 22.000 cesantes en la región”, advirtió.
La acerera Huachipato comenzó su proceso de cierre con el apagado de su Alto Horno, lo que marca el cese de varias divisiones clave dentro de la planta. Esta decisión afecta directamente a 1.500 trabajadores de la empresa, y genera un impacto indirecto en alrededor de 20.000 empleos en la región del Biobío. Frente a esta crisis, el Gobierno presentó un plan económico para mitigar los efectos, pero las reacciones en la zona han sido diversas.
En conversación con Al Pan Pan, Fernando Orellana, presidente del sindicato número 2 de Huachipato, manifestó su preocupación ante la situación laboral que enfrenta la región. “Nosotros agradecemos las ayudas del Gobierno, pero pronto se notarán los 22.000 cesantes en la región”, advirtió. Orellana explicó que Huachipato venía arrastrando pérdidas desde 2009, pero que el año 2023 fue particularmente devastador, con números rojos que alcanzaron los 400 millones de dólares. “El negocio del acero está en crisis debido al dumping que está haciendo China, que lamentablemente afecta de manera irreversible. Para mí, el culpable aquí es China”, afirmó.
El sindicalista también se refirió al plan del Gobierno, presentado por el ministro de Economía, Nicolás Grau, que contempla 32 medidas para mitigar los efectos de la crisis. “Una de las medidas más importantes es el subsidio de 400 mil pesos por cuatro meses para cualquier empleador que contrate a un extrabajador de Huachipato, ya sea contratista o directo”, detalló Orellana, explicando que esto podría significar una ayuda significativa para las pequeñas y medianas empresas que quieran contratar a estos trabajadores. Sin embargo, también expresó ciertas dudas: “No sé cuánto tiempo va a ayudar esto realmente, porque estamos hablando de una crisis que afecta a 162 pymes de la zona”.
Orellana también hizo hincapié en las conversaciones que han mantenido con el Gobierno sobre proyectos para la reactivación económica de la región, mencionando sectores como la pesca, con la posible reactivación de la jibia, y la construcción de infraestructuras que el Ministerio de Obras Públicas ha prometido adelantar. “Van a adelantar proyectos de carreteras para la octava región, y eso podría ayudar un poco, pero es difícil saber cuánto tiempo tomará ver resultados”, señaló.
El sindicalista agregó que la situación comenzará a empeorar a partir del 23 de septiembre, cuando se inicien los despidos masivos en Huachipato. “La empresa ya dio la facilidad de que algunos trabajadores que quisieran irse lo hicieran desde el 1 de septiembre, pero a partir del 23 empiezan los despidos masivos”, explicó. Además, comentó que algunas empresas del norte ya han empezado a llamar a extrabajadores de Huachipato, ofreciéndoles empleo en otras regiones.
Una de las propuestas clave que Orellana planteó al Gobierno fue la necesidad de impulsar los proyectos de ASMAR, el astillero de Talcahuano, que podría absorber una parte de la mano de obra calificada que quedará disponible tras el cierre de la acerera. “ASMAR tiene grandes proyectos, como la construcción de barcazas, y creemos que el Gobierno debe inyectar recursos en estos proyectos para absorber a los trabajadores calificados de Huachipato”, subrayó.
A pesar del plan económico anunciado por el Gobierno, Orellana concluyó que el impacto en la región del Biobío será evidente muy pronto. “En un mes más ya se va a empezar a notar en Talcahuano, Concepción y en toda la región, estos 22.000 cesantes que vamos a tener aquí”, finalizó.
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