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“Gota a gota”: el crédito de intereses diarios que incluso termina en homicidio PAÍS

“Gota a gota”: el crédito de intereses diarios que incluso termina en homicidio

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Carlos Basso Prieto
Por : Carlos Basso Prieto Unidad de Investigación de El Mostrador.
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Prestamistas que se presentan como “asesores” y ejecutivas que cobran amablemente las cuotas atrasadas llegan a un límite: a la tercera cuota impaga comienzan las amenazas, las extorsiones, les lesiones e, incluso, la muerte.


A simple vista, la tarjeta que muchas personas han recibido en los últimos días en el centro de Santiago, así como en el barrio Meiggs y en el sector de “La pequeña Caracas”, ambos en Estación Central, parece legítima y seria. Muy bien diseñada, en tonos rojos, naranjos y amarillos, tiene el mismo diseño de una tarjeta de crédito normal, pero su nombre es “Presta ágil” y en vez de los clásicos números de identificación, lo que tiene son las cifras “100, 200, 300, 400”. Abajo, en vez del nombre del usuario, dice “préstamos a la mano. Ayudamos a dueños de negocios”.

En la parte de atrás, junto con el logo de la “Caja vecina” de BancoEstado, aparece el nombre de un “asesor comercial” llamado “Iván”, un número de WhatsApp y un detalle de lo que ofrecen:

-Valor de las cuotas por 20 días. 

-Sistema de paga diaria.

-Si usted tiene un taller o negocio y necesita dinero le ofrecemos nuestro cómodo sistema a cuotas diarias.

Detrás de esa fachada amable, sin embargo, lo que suele haber es una organización criminal, que realiza préstamos “gota a gota”, nombre que hace referencia a la forma en que los prestamistas extraen hasta la última gota de sangre a sus víctimas, a quienes prestan montos más bien bajos de dinero, cobrándoles intereses que no solo superan largamente la tasa máxima convencional vigente en Chile, sino que la sanción por el no pago de la deuda puede ser, incluso, mortal.

Existen varias sentencias judiciales en Chile que dan cuenta de lo anterior. Una de ellas, de 2022, por ejemplo, relata cómo dos sujetos (Billy Valderrama Gutti, peruano, y Jorge Guerrero Alcántara, chileno) fueron condenados a 18 años por el robo con homicidio que cometieron en contra de un feriante de la Vega central de Santiago, a quien dieron muerte tras quitarle un banano con tres millones de pesos. 

Según la versión del peruano, un tercer sujeto, solo conocido como “Catcher”, que se dedicaba al préstamo “gota a gota”, le dijo que “debía cobrar a un cliente con dos semanas de retraso, que no le pagaba”, por lo cual le pidió que lo acompañara a cobrar, lo que culminó con el homicidio a balazos del deudor. 

En otro caso, investigado en Calama, un colectivero explicó a la justicia que el sistema “gota a gota” consiste en que “estas personas pasan por los lugares en que se genera dinero  diario, colectivos, micreros, bazares, ellos pasan las tarjetas promocionando”.

En “un apuro” pidió 200 mil pesos, pactando un pago diario de 12 mil pesos por 20 días; es decir, se trataba de un crédito total de 240 mil pesos. Una vez pagado, pidió otro y, luego, un tercer crédito, por 300 mil pesos. 

Sin embargo, cuando le quedaban aún seis cuotas del último préstamo el prestamista le dijo que debía pagarle todo lo adeudado. Como el conductor se negó, el colombiano trató de apuñalarlo en el estómago, pero el chileno se defendió y logró herir a su agresor, quien lo acusó de homicidio frustrado, pero el Tribunal de Juicio Oral de Calama lo absolvió, dado que actuó en legítima defensa.

Hay otros prestamistas que han terminado mucho más mal, sin embargo, como sucedió con un “gota a gota” colombiano que operaba en las ferias libres de Coronel, que hace un par de años –según los antecedentes que se ventilaron en otro juicio– fue asesinado a tiros por un excarabinero, que fue comisionado por un grupo de feriantes para tal fin, cansados de los cobros abusivos y las amenazas del sujeto.

Asimismo, existen otros casos fatales, como el de una mujer de 31 años de la comuna de María Pinto, que se suicidó a fines del año pasado agobiada por los cobros y las amenazas de que era objeto por parte de un grupo de prestamistas ilegales.

Montos y garantías

El modus operandi siempre es el mismo: el “asesor” es un sujeto que al principio se muestra preocupado y amable y que tiene tarjetas de presentación, como cualquier ejecutivo. En un caso ocurrido en La Serena, encontraron en poder de un imputado 17 de estas tarjetas, así como dinero en efectivo y planillas Excel con sus cobros, que recolectaba en persona o. bien, “permitía” a sus víctimas que transfirieran a una cuenta vista que manejaba el sujeto, pero que pertenecía a una tercera persona. 

En otros casos, se ha detectado que el pago se materializa en casas de cambio o por medio de giros y también ha habido varios casos, sobre todo en el norte, en que las víctimas han sido obligadas a transportar droga hacia la zona central, a cambio de la deuda que no pueden pagar.

Otras situaciones que se han detectado dicen relación con las “garantías” que los prestamistas exigen. En una causa por drogas y lavado de activos indagada en Santiago centro, por ejemplo, quedó en evidencia que un sujeto pidió dos millones de pesos a una organización de prestamistas. A cambio debía pagar tres millones y como garantía le pidieron dejar su vehículo, una Chevrolet Captiva tasada en 17 millones de pesos que, por supuesto, nunca más volvió a ver.

Sin embargo, el interés es por lo general más alto, sobre el 100% de lo prestado, y pagadero a 20 días, pero incluso ha habido casos en que el interés ha llegado al mil por ciento

Como describió una víctima de Iquique, que terminó convertida en “burrero” de drogas para una organización criminal colombiano, cuando no pudo pagar el interés, los sujetos comenzaron a aparecer en su casa “armados, (con) disparos al aire”. De acuerdo con el documento judicial donde consta su testimonio, “le mostraron fotos de su familia, de su hijo, su mamá, y le decían que ‘si no pagas te vamos a pegar a ti y tu familia’. La única forma de pagar era que hiciera viajes al norte”, señala una sentencia del Tribunal Oral en lo Penal de Iquique, que terminó condenando al deudor a cinco años y un día por tráfico de drogas.

Sin embargo, el “gota a gota” no es patrimonio exclusivo del norte o de Santiago. De hecho.  la investigación más extensa al respecto que se ha hecho en Chile al respecto fue la que efectuó la PDI de Puerto Montt, que desbarató una extensa red de prestamistas ilegales de origen colombiano que operaba desde Los Ángeles a Chiloé, y que estaban además implicados en una serie de otros delitos.

Un fenómeno importado

Al respecto, el experto en crimen organizado Pablo Zeballos, autor del libro Un virus entre sombras (Catalonia, 2024) señala que este “es un fenómeno que surge con mucha fuerza hace 15 años atrás en Colombia y avanza junto con la migración de algunos actores colombianos por la región”.

En dicho sentido, precisa que “probablemente gran parte de las finanzas que se obtienen del gota a gota no terminan en microestructuras locales sino, como ya hay casos documentados en Chile, en sus bases de operaciones, que están esencialmente en Colombia”. 

A ese respecto, indica que este modelo, en el cual se entrecruzan delitos como la usura y la extorsión, ambos muy difíciles de detectar, debido a que las víctimas siempre son renuentes a denunciar, se sustenta “sobre la base de personas que no tienen acceso a la bancarización o que no tienen acceso a crédito, o que tienen un historial crediticio complicado y que, por ende, recurren informalmente a estructuras colombianas”.

Se trata de un mercado de gran magnitud pues, según distintas estimaciones, entre ellas la del Observatorio de Informalidad Laboral de la Cámara de Comercio de Santiago, hacia enero de 2024 al menos 2.5 millones de personas en edad laboral (de un total de 9 millones, según el Instituto Nacional de Estadísticas) tiene empleos informales y, por ende, no posee acceso a crédito en el sistema bancario. Otro dato: Según el Ministerio de Economía, de las casi dos millones de micropymes que hay en el país, más de la mitad son informales y, por ende, tampoco tienen acceso a crédito formal.

Todo ello, indica Zeballos, es aprovechado por las mafias de prestamistas, que operan con normas brutales: “si, por ejemplo, pediste 100 dólares y te quedaban tres cuotas y no las pagaste, el crédito vuelve a cero. Es decir, vuelves a deber los 100 dólares que te prestaron más los intereses pactados al inicio, que pueden ser del 20, 40, 100% o más”.

Además, indica que cada vez es más frecuente el que crédito se pague por medio de depósitos hacia la cuenta de un tercero, tras lo cual es necesario enviar el comprobante a algún número de WhatsApp y no solo eso: hoy, tanto en Chile, como en Colombia y en Perú, antes de que los matones de siempre aparezcan, se ha constatado que en algunos casos “hay ejecutivas que se encargan del cobro, como en una empresa cualquiera, que llaman y dicen amablemente a la persona que está atrasada en su pago, le preguntan si hay inconveniente, etc., pero el límite son las tres cuotas impagas. Después de eso comienzan las amenazas extorsivas, la violencia física e incluso la muerte”. 

Asimismo, el investigador explica que “el crédito nunca queda impago, incluso si la persona ha sido golpeada o asesinada, caso en el cual el crédito trasciende a su familia directa, pues cuando lo otorgan, los ‘asesores’ piden mucha información: fotografía de la cédula de identidad por anverso y reverso, fotografía de la casa o residencia, de la patente del auto, fotografía de la persona, etc., por lo cual posteriormente siguen cobrando a sus familiares”.

Asimismo, explica que dependiendo del rubro en que se desempeñe el deudor existen distintas formas de apremio: “por ejemplo, cuando se genera préstamo gota a gota en el mundo del retail y el deudor no puede pagar, obligan a la persona a entregar alguna especie a la que tiene acceso, lo que puede ser ropa de marca, perfumes, relojes, etc.”.

El diagnóstico de los bancos

Al respecto, el gerente general de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF), Luis Opazo, señala que “el endeudamiento informal es un fenómeno que viene creciendo de manera notoria en la población y sus efectos son bastante negativos. Las estimaciones que disponemos, si bien no nos permiten estimar precisamente la magnitud de este fenómeno, evidencian que las cifras de empleo informal que publica el INE se ubican en torno al 30%”. 

Además, indica el ejecutivo, “las visitas en terreno a distintas comunas del país, sugieren que esto -el préstamo informal- se ubica en rangos que son ya de dos dígitos”.

Respecto de la forma en que los bancos pueden abordar el tema, indicó que “esto debería abarcar diversas medidas y, como sugirió el Banco Mundial en su reciente informe al sistema financiero, existe la necesidad de revisar y, como lo propone dicha entidad, eliminar las medidas que limitan las tasas de interés como la tasa máxima convencional”, pues ello permitiría dar créditos (a mayor interés) a personas que posean menos garantías de pago. 

Sin duda, se trata de una medida impopular, por lo cual fuentes del sector indican que si se llegara a hacer algo así, debería ser el BancoEstado quien abarque de preferencia el segmento de las personas de menores recursos, como lo hacían antiguamente las llamadas “divisiones de consumo” de los grandes bancos, que comenzaron a desaparecer hace más de una década y que prestaban dinero a intereses más altos que sus matrices.

Opazo indica que otra medida que están tomando como ABIF, “es contribuir a la educación financiera de la sociedad. En ese sentido, nosotros firmamos un convenio con la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile para implementar, con una mirada de largo plazo, acciones de educación financiera. Esto se ha materializado en un programa que se llama ‘Mi Barrio Financiero’, que tiene varias aristas  y una de ellas es promover la educación financiera dentro de los segmentos asociados a estudiantes de enseñanza media a través de la capacitación de profesores, e extendiéndose también a instituciones de educación superior como el Inacap, donde hoy día es parte integral de los currículos”. 

Asimismo, detalla que “un segundo bloque tiene que ver con educación financiera orientada a la ciudadanía en general, a través de cápsulas y redes sociales, y una tercera arista es la educación financiera de los adultos mayores, en términos de poder usar bien los productos, sobre todo aquellos que son digitales, respecto del acceso y la seguridad en los medios de pago”.



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