“El video publicado por las juventudes del Partido Republicano representa un lamentable retroceso democrático desde un sector de la derecha”, señalaron Gonzalo Blumel, Ignacio Briones, Ma Eugenia Undurraga y Hernán Larraín Matte.
El reciente respaldo de Axel Kaiser al video de las Juventudes del Partido Republicano, que celebra el Golpe de Estado de 1973, ha avivado el debate en la derecha sobre las implicaciones morales y políticas de las violaciones de los derechos humanos en 17 años de dictadura. La postura de Kaiser recuerda el intercambio que sostuvo hace unos años con el escritor Mario Vargas Llosa, quien, en su momento, respondió de manera contundente: “No hay dictaduras buenas y dictaduras malas, y aunque algunas puedan traer ciertos beneficios, el precio que se paga es inaceptable”.
En una Carta al Director, publicada por El Mercurio, los exministros de Piñera II, Gonzalo Blumel, Ignacio Briones y María Ignacia Undurraga y el exconvencional constituyente, Hernán Larraín M. expresaron su postura crítica hacia el gobierno de la Unidad Popular (UP) pero vehementes a la hora de rechazar las consecuencias indisolubles que vinieron inmediatamente después del quiebre democrático: las violaciones sistemáticas de los derechos humanos, la conculcación de libertades fundamentales y una polarización social que persiste hasta hoy.
“El video publicado por las juventudes del Partido Republicano representa un lamentable retroceso democrático desde un sector de la derecha”, señalaron.
Para los firmantes, la defensa de Kaiser choca con los principios de la democracia liberal, que él mismo dice promover. Este sistema político -afirman- es, por definición, incompatible con las dictaduras, mientras que la protección de los derechos humanos frente al abuso estatal es un pilar esencial para quienes se consideran liberales, enfatizaron.
En este contexto, subrayaron que la defensa de la democracia liberal no admite distinciones utilitarias. Los totalitarismos, de cualquier signo, instrumentalizan estos valores para sus propios fines. Por ello, se plantea que la derecha no debe relativizar ni renunciar a la defensa plena de los principios democráticos y de los derechos humanos, sin reservas ni complejos.
Desde la Cámara, el diputado del Partido Republicano Agustín Romero no solo acusó recibo del mensaje de los líderes de Evopoly, sino que además los trató de la “La derechita cobarde”.