Según el comunicado emitido por la FACh, tras aplicar los protocolos habituales para identificar el objeto, se ordenó el despegue de un avión de combate F-5E para intentar determinar la naturaleza y origen del tráfico aéreo detectado.
A pesar del despliegue del avión y de la detección inicial por los sistemas de radar, el objeto no pudo ser identificado, ya que desapareció de los radares. Este hecho ha generado diversas especulaciones sobre el tipo de aeronave o fenómeno que pudo haber sido registrado.
Posteriormente, la FACh desplegó una segunda fase de reconocimiento aéreo, utilizando un DHC-6 y un helicóptero UH-412 para investigar el área donde se perdió el contacto con el objeto. Sin embargo, no se lograron obtener resultados concluyentes.
La investigación continúa, y la FACh ha subrayado que no se registraron condiciones meteorológicas adversas que pudieran haber causado una falsa detección. Por ello, aún existe la posibilidad de que el tráfico detectado fuera una aeronave volando a baja altitud y velocidad.
Finalmente, la FACh aclaró que el incidente ocurrió en territorio chileno, descartando cualquier violación del espacio aéreo nacional, y reafirmó su compromiso de vigilancia y control del espacio aéreo.