Nombres como el del fallecido Luis Cordero Barrera, fundador del gremialismo y amigo de Jaime Guzmán; el de Marcelo Ruiz Paredes, hijo de quien fuera presidente de la Juventud UDI; y el de Alejandro Pérez, exhombre fuerte del Grupo Angelini, destacan entre los directores de la casa de estudios.
La Universidad San Sebastián (USS), cuyo nombre hace referencia al centurión romano martirizado y uno de los santos católicos más populares de la Región del Biobío, se define como una “corporación de derecho privado sin fines de lucro”. Fue constituida oficialmente el 2 de octubre de 1989 en Concepción y, hoy, al igual que las flechas del mártir que no quiso renunciar a su fe cristiana, la casa de estudios enfrenta una lluvia de críticas, debido a sus estrechos vínculos con las altas esferas políticas de la derecha, jueces y empresarios del país.
No cabe duda de que hay redes de poder que anidan en la USS, y no por nada ha sido denominada tanto “caja de Pandora” como “caja pagadora”.
En ese sentido, cabe preguntarse quiénes son los dueños de la institución que –según criticó el exfiscal y académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, Carlos Gajardo– pagaba uno de los sueldos universitarios más altos del mundo.
Tal como señalan los estados financieros de la Universidad San Sebastián, publicados por la Superintendencia de Educación Superior tras una auditoría realizada por la consultora Deloitte, la corporación es dirigida por la asamblea de socios activos y administrada por la junta directiva. Esta última, hasta ayer, era presidida por el exministro Andrés Chadwick Piñera.
Desde su surgimiento como un proyecto educativo en la capital del Biobío hasta su actual estado, con sobre 24 mil estudiantes y más de 1.300 docentes, la Universidad San Sebastián tuvo varios dueños. Actualmente, las decisiones más importantes de la institución se toman entre las autoridades de la rectoría, encabezada por Hugo Lavados Montes y la mencionada junta.
De sus fundadores, el único que aún figura en el directorio es Javier Pivcevic Bayer, quien creó la institución con su esposa, Verónica González Contreras, junto a Héctor Raúl Poblete Almendra y su entonces cónyuge, María Cecilia Salvatierra Ibáñez. Todos oriundos del Gran Concepción.
En 1990, la USS tenía dos carreras: Ingeniería Comercial y Psicología. Durante los años siguientes, la casa de estudios no hizo más que crecer. Se expandió a Puerto Montt, Osorno, Talcahuano y finalmente Santiago, donde se ubica uno de sus edificios más conocidos, en el sector de Bellavista, en la comuna de Recoleta.
Esta última sede tiene su propia trama, donde ya se hablaba de corrupción, lucro y patrimonio, y que involucró a exalcaldes UDI y al último jefe comunal recoletano, el comunista Daniel Jadue (ver nota de El Mostrador).
Los problemas llegarían en 1994. La universidad ya contaba con ocho carreras cuando observaciones del entonces Consejo Superior de Educación (CSE) revelaron que el número de profesores de media jornada o dedicación completa era insuficiente. Además, en el ítem Investigación, “no se constataron políticas claras de desarrollo”.
Pero la observación más preocupante fue financiera: “Se observa un desequilibrio entre el desarrollo en términos de generación de recursos económicos y el desarrollo académico de la universidad”. Así, el ente regulador concluyó que si la USS quería cumplir su proyecto en un nivel mínimo de calidad, debía subsanar sus deficiencias.
Los problemas persistieron, pero la incorporación a la propiedad de la USS de un conocido empresario penquista –el ingeniero comercial José Luis Zabala Ponce, Chicago Boy y designado gerente de Estudios del Banco Central durante la dictadura–, quien llegó como socio mayoritario en 1997 y asumiría al año siguiente la presidencia de su junta directiva, le dio un respiro financiero a la universidad.
Eso sí, otra inspección del CSE detectó nuevas falencias y decidió no certificar la autonomía de la universidad, extendiendo el periodo de seguimiento por tres años más. El plazo sirvió a la USS para abrir nuevas carreras y continuar con su expansión.
En 2004, 2005 y 2006, abrió sedes en Valdivia y Santiago, llegando a tener más de 10 mil alumnos. Al culminar ese proceso, la Universidad San Sebastián fue por la acreditación institucional, un certificado que le daría acceso a otros beneficios. El más relevante: acceder al Crédito con Aval del Estado (CAE).
Zabala Ponce, que había sido invitado por el entonces rector de la universidad, Guido Meller, también ejerció como rector (2005), manteniendo simultáneamente la presidencia de la junta directiva. El militante DC luego logró consolidar el holding Pie de Monte S.A., con inversiones por más de 100 millones de dólares y más de una veintena de empresas en los rubros inmobiliarios, gastronómicos, educacionales y de entretención. A su fallecimiento pasó a manos de su hija Pilar Zabala Meruane, actual vicepresidenta de la junta directiva de la USS.
La muerte de José Luis Zabala ocurrió en octubre de 2006, cuando la USS estaba por iniciar un segundo ciclo de expansión. Los nuevos actores serían conocidos rostros del mundo empresarial.
Un hecho clave fue la llegada de Alejandro Pérez Rodríguez, quien –según publicó Ciper en 2013– junto con sus socios, un año después de la instalación de la USS en la capital (en 2007), compraron el principal paquete accionario de la universidad en $30 mil millones, convirtiéndose así en su principal accionista.
Pérez Rodríguez fue durante 15 años gerente general de Celulosa Arauco y Constitución (Celco) y uno de los hombres fuertes del Grupo Angelini. Había dejado la gerencia de Celco en medio del escándalo por el daño ambiental provocado por una planta en el Río Cruces, que arrasó con los cisnes de cuello negro que poblaban el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter.
En dicha adquisición también participó Luis Cordero Barrera, fundador de la UDI (a la cual renunció en 2008) y cercano tanto a Jaime Guzmán como a Pablo Longueira. Cordero, exprorrector de la Universidad Andrés Bello, falleció en junio de este año y su puesto fue ocupado por Andrés Chadwick, quien en dicha oportunidad comunicó a la familia Piñera Morel que esto le impedía asumir responsabilidades en el internacional grupo Libertad y Democracia, fundado por su primo, el fallecido expresidente Sebastián Piñera.
Quien también tuvo un rol en la adquisición fue Andrés Navarro Haeussler, fundador de la empresa tecnológica Sonda, expresidente del directorio de Clínica Las Condes y socio de AFP Modelo. Navarro también fue cercano de Sebastián Piñera e incluso protagonizó con él el sorpresivo aterrizaje en helicóptero sobre la berma en la Región del Biobío, en 2011, para recargar combustible.
Actualmente, ni Cordero –por obvias razones– ni Pérez ni Navarro son accionistas, como tampoco parte de la junta directiva de la USS. Esta última, sin contar a Andrés Chadwick, está conformada de la siguiente forma:
La lista la completan el fundador Javier Pivcevic Bayer, y los directores José Tomás Cordero Echeverría, Andrea Pérez Marchant, Margarita Cofré Larraín (viuda de Fernández Doren) y Pilar Navarro Betteley (hija de Andrés Navarro).
Entre los exmiembros del directorio destacan Macarena Pivcevic González, exjefa de gabinete en la Subsecretaría de Economía y Empresas de Menor Tamaño del Ministerio de Economía del segundo Gobierno de Sebastián Piñera; Mariela Zabala Meruane, exasesora de la Comisión para la Probidad y Transparencia de Segpres entre 2009 y 2010; y Pablo Valenzuela Valdés, bioquímico y empresario, doctor Scientiae et Honoris Causa de la USS y Premio Nacional en Ciencias Aplicadas y Tecnológicas en 2002.
En 2016, el Consejo de Rectores (CRUCh) rechazó la solicitud de la USS para integrarse al Sistema Único de Admisión (SUA), debido a la falta de certeza sobre la ausencia de lucro y el incumplimiento de los valores del SUA. Sin embargo, al año siguiente, los rectores aceptaron unánimemente el ingreso de la San Sebastián –que había sido investigada por lucro en 2013–, tras un cambio clave: la universidad modificó su estructura, eliminando a las personas jurídicas como miembros de la corporación, dejando solo a personas naturales, lo que fue aprobado por el Mineduc.
Hoy, la Universidad San Sebastián cuenta con filiales: Gestora y Desarrollo USS SpA (antes Inversiones Laguna Blanca SpA) e Inversiones San Sebastián SpA (antes Participaciones Minoritarias SpA), con las cuales adquirieron Inversiones Generales SpA. Esta última sociedad es, a su vez, dueña de Inversiones Los Leones SpA, quienes tienen los estacionamientos del Campus Bellavista y Los Leones de la USS.
Cabe mencionar que, en 2013, Ciper publicó que la USS utilizó contratos y sociedades relacionadas para aumentar su patrimonio, destacando el contrato con el Santiago College, donde la universidad invirtió $8 mil millones en la construcción de un campus compartido. Además, se expusieron donaciones políticas “secretas” a través de las sociedades vinculadas a sus controladores, como también una “inflación” de arriendos mediante contratos entre empresas relacionadas, lo que contribuyó a la expansión de la casa de estudios. De acuerdo con el citado medio, estas prácticas incluían pagos de arriendos por sobre los valores de mercado a sociedades controladas por los mismos dueños de la USS.
El entonces accionista mayoritario, Alejandro Pérez, abordó el tema en entrevista con El Mostrador. “No hay lucro cuando los arriendos son a precio de mercado”, dijo en aquella oportunidad. El año anterior, Pérez, junto a los entonces socios de la inmobiliaria –Luis Cordero, Andrés Navarro, las sucesiones de Luis Ernesto Videla, Marcelo Ruiz e Ignacio Fernández, además de los fundadores Pilar Zabala y Javier Pivcevic–, le habían vendido todos los inmuebles a la universidad.
Por cierto, las actuales críticas hacia la Universidad San Sebastián no solo obedecen al salario de la exministra Marcela Cubillos, actual candidata a alcaldesa por Las Condes, sino que arrecian desde agosto pasado, cuando comenzaron a conocerse los chats de Luis Hermosilla. Esto dejó en evidencia que muchos de los allí mencionados son o fueron funcionarios de la USS, partiendo por Andrés Chadwick Piñera, quien de ser decano de la Facultad de Derecho pasó a ser el presidente de la junta directiva, pocos días antes de la formalización de su amigo y excompañero de oficina.