A semanas de que comience la COP16 en Cali, Álvaro Gutiérrez, sostiene que “la deforestación y el mal manejo amenazan tanto la biodiversidad como su capacidad para mitigar el cambio climático”.
Álvaro Gutiérrez, profesor de ciencias ambientales y recursos naturales renovables e investigador del IEB (Instituto de Ecología y Biodiversidad), desarrolla su campo de investigación principalmente en los procesos que influencian la dinámica de ecosistemas, con énfasis en documentar y anticipar los impactos del cambio global en los bosques.
A semanas de que comience la COP16 en Cali, Gutiérrez se pregunta cómo podemos alcanzar la meta de proteger al menos el 30% de las áreas terrestres antes de 2030. ¿Debemos priorizar algunos ecosistemas? ¿Dónde debemos concentrar nuestros esfuerzos de conservación? En este contexto, conversamos en Juego Limpio con el experto del IEB sobre el papel que juegan los bosques para cumplir estas metas, y avanzar en soluciones tanto para evitar la pérdida de biodiversidad como para mitigar el cambio climático.
–¿Por qué son importantes los bosques en la COP16 y la crisis de biodiversidad?
-Los bosques son esenciales para la vida en la Tierra. Albergan el 80% de la biodiversidad terrestre, regulan el ciclo del agua, proporcionan oxígeno y mantienen los nutrientes del suelo. También absorben grandes cantidades de CO₂, lo que los convierte en una de las soluciones naturales más eficientes para reducir el cambio climático. Además, una cuarta parte de la población mundial depende de los bosques para sobrevivir. Proteger nuestros bosques, por lo tanto, es de especial importancia para enfrentar la crisis de biodiversidad y el cambio climático.
Los bosques de Chile representan un tercio de la superficie de bosques templados del hemisferio sur. Las especies que persisten en estos bosques son principalmente únicas, ya que solo se encuentran acá y algunas especies son milenarias, como el alerce. Dentro de los bosques templados del mundo, los bosques de Chile se caracterizan por, principalmente, estar compuestos por especies de hojas anchas, mientras que en el hemisferio norte predominan coníferas, como los pinos y abetos. Una parte muy importante de la biodiversidad son los bosques del centro-sur de Chile (entre los 35° y 39°S), que son reconocidos a nivel mundial como un punto caliente (hotspot) de biodiversidad.
-¿Cuáles son las amenazas que se ciernen sobre los bosques de Chile?
-La deforestación y el mal manejo de los bosques amenazan tanto la biodiversidad como su capacidad para mitigar el cambio climático. Los bosques de Chile se enfrentan a graves presiones humanas, principalmente evidenciado esto por sustitución de bosques por otros tipos de usos. Los cultivos agrícolas, la expansión de plantaciones de especies de árboles no nativos, la parcelación de tierras para segundas viviendas, expansión urbana y los incendios forestales son las principales presiones que tienen nuestros bosques. En la última década, la emergencia de megaincendios ha empeorado esta situación, y su ocurrencia esta exacerbada por el cambio climático. La expansión de monocultivos forestales y agrícolas ha hecho que los paisajes se vuelvan más simples y menos diversos, afectando la biodiversidad y la salud de los ecosistemas, lo cual se transfiere a una disminución del bienestar de las personas que habitan en sus cercanías. Además, la Corporación Nacional Forestal (Conaf) tiene una capacidad limitada para proteger y asegurar un buen manejo de los bosques.
–¿Qué acciones y estrategias son necesarias para proteger los bosques?
-Chile debe manejar sus bosques de manera sostenible, lo que significa que puedan seguir proporcionando muchos bienes y servicios beneficiosos. Las plantaciones industriales y cultivos agrícolas deben coexistir con áreas protegidas. Se necesita con urgencia aumentar las áreas de bosques nativos protegidos con alta biodiversidad y con especies en peligro de extinción, como son los bosques de la costa del Maule y Ñuble. Es necesario fortalecer la protección legal de los bosques, mejorar el manejo forestal, prevenir y controlar los incendios, y resolver conflictos con los pueblos originarios.
–¿Y la restauración del bosque nativo?
-Restaurar los bosques nativos también es muy importante, ya que muchos de los bosques de Chile han sido degradados. Se estima, basado en cifras oficiales de Conaf, que la superficie de bosques intactos en Chile no supera el 10% de la superficie total. Los esfuerzos de restauración son cruciales, porque la tala ilegal ha degradado entre el 50% y el 60% de los bosques nativos de Chile. El pastoreo y el ramoneo del ganado dificultan la regeneración de los árboles nativos, empeorando la situación de los bosques intervenidos. Se estima que 5 millones de hectáreas de bosques maduros degradados podrían ser restaurados, lo cual es una estrategia rentable para conservar la biodiversidad, reducir el cambio climático y mantener los servicios de los ecosistemas.
Sin embargo, el progreso para detener la degradación de bosque ha sido lento, debido a políticas e incentivos ineficaces y la falta de suficiente financiamiento. Chile se propuso la meta de restaurar 500 mil hectáreas de bosque para 2035, pero aún carecemos de un plan estratégico nacional robusto que apoye las políticas, asigne recursos de manera eficiente, aumente la capacidad de los viveros, mejore los métodos de restauración y adopte nuevas tecnologías.
En resumen, para alcanzar las metas de conservación y restauración de biodiversidad, Chile necesita un plan nacional que integre políticas de apoyo, incentivos y el uso de tecnologías para mejorar la gestión de los bosques y cumplir con los compromisos internacionales.
Los desafíos para cumplir las metas de la COP16 incluyen generar políticas eficientes para restaurar y proteger áreas de biodiversidad crítica. Aunque ha habido avances nominales en la conservación, persisten problemas como la pérdida de bosques intactos, la falta de conectividad de ecosistemas y la escasa implementación de leyes ambientales. Asegurar la restauración y protección de ecosistemas, junto con el fortalecimiento de áreas protegidas, es fundamental para cumplir con las metas de biodiversidad para el 2030.