Miedo a una eventual prisión preventiva, escepticismo sobre la denuncia, críticas al reemplazante y al manejo de Carolina Tohá, además de un daño electoral, son algunos de los efectos de la caída de una “piedra angular” de la marcha del Gobierno del Presidente Boric.
“Esto es horrible para todos y se ve un panorama cada vez peor, porque puede caer en prisión preventiva el ahora exsubsecretario. Sin embargo, hay elementos que no calzan, aunque la versión de la denunciante es muy fuerte”.
Este es el relato de uno de los pocos socialistas del círculo íntimo del ahora extitular de la Subsecretaría del Interior, Manuel Monsalve, que accedió a entregar detalles del caso, tras la renuncia del funcionario del ministerio liderado por Carolina Tohá, a raíz de una denuncia en la Fiscalía por abuso sexual.
Esto, a pesar de que tanto en La Moneda como en la directiva del Partido Socialista, y entre senadores y diputados de la bancada, aseguraron no tener información sobre los detalles de la denuncia ni sobre la sensación del exdiputado, considerado la piedra angular de la cartera a cargo de la seguridad pública en el Gobierno del Presidente Gabriel Boric.
Eso sí, en lo único que coincidieron los socialistas fue en la mala evaluación de las declaraciones y la puesta en escena de la ministras Tohá y la titular del Ministerio de la Mujer, Antonia Orellana. Ambas abordaron el tema una vez hecha pública la salida de Manuel Monsalve.
La noche del miércoles, a las 19:00 horas, en el Congreso Nacional en Valparaíso, mientras se debatía la acusación constitucional contra la destituida ministra de la Corte Suprema Ángela Vivanco, una información estremeció a un pequeño grupo de los legisladores socialistas: “Mañana, La Segunda, dicen que trae una acusación grave contra Monsalve”, dijo uno de los testigos.
La información no llegó a la mesa del PS sino hasta el mediodía del jueves, desde donde explican que, luego de conocida la denuncia, diversos miembros de la directiva intentaron infructuosamente comunicarse con Monsalve, quien se encontraba en las oficinas del Congreso en Santiago.
Algunos lograron comunicarse con el ministro de la Segpres, Álvaro Elizalde, pero este dijo “saber poco”. Paralelamente, en los chats del PS y de los periodistas que cubren Interior, se preguntaban por doquier si la información del vespertino tenía asidero. Según relatan miembros de París 873, desde el círculo de Monsalve se les dijo: “Parece que es cierto” y que “por lo menos hay una denuncia en el Ministerio Público por una querella”.
Minutos más tarde, cuando el subsecretario ya había renunciado, la presidenta del PS, la senadora Paulina Vodanovic, logró conversar con Monsalve, así como también lo hicieron posteriormente otros dos dirigentes.
Todo se hizo público en un punto de prensa desde La Moneda, para el cual el subsecretario pidió al Comité Político ser el primero en hablar y sin ninguna otra autoridad acompañándolo.
En Palacio sostienen que la salida de Monsalve se compara con el caso del exsubsecretario de Previsión Social Christian Larraín. En mayo de 2023, Larraín debió salir del Gobierno por un sumario por acoso sexual. El dato tomó relevancia después que se diera a conocer la denuncia contra Monsalve por abuso sexual, que ya investiga la Fiscalía.
Tanto en La Moneda como en el Socialismo Democrático se alertó que esto era una debacle que tendría efectos en la aprobación del Gobierno, en las próximas elecciones municipales, en la agenda de seguridad pública y en la relación con las policías.
En el mencionado punto de prensa, Monsalve afirmó tener “la absoluta convicción de que no he incurrido en ninguna conducta constitutiva de delito. Por lo cual, en el marco de la investigación, demostraré mi inocencia”.
Su intervención fue interpretada de distintas maneras. Una de ellas fue que el médico de profesión mantenía algún grado de cercanía con la funcionaria de la subsecretaría que lo denunció ante el Ministerio Público. Incluso, uno de los elementos que más inquietud generó en el círculo cercano al exdiputado, según afirman en el Ejecutivo, sería que hace algunas semanas la denunciante habría tenido un alza en sus remuneraciones.
En el Socialismo Democrático las declaraciones de la ministra Carolina Tohá tampoco fueron bien evaluadas. Comentan que la respuesta del Gobierno fue errática, posiblemente debido a la brutalidad de la denuncia.
Cabe mencionar que, consultada sobre cuándo se enteró el Gobierno de la denuncia contra el ahora exsubsecretario Monsalve, la titular del Ministerio del Interior dijo que fue ella quien tomó conocimiento de los hechos la tarde del martes. Luego –explicó–, informó ese mismo día al Presidente Boric, quien se reunió con Monsalve y decidió que este viajara a su casa en la Región del Biobío, para reunirse nuevamente hoy, cuando se hizo pública su renuncia.
Quien criticó particularmente este punto fue la diputada de RN Ximena Ossandón. “Esto tiene que investigarse y tomarse las sanciones correspondientes y también saber por qué ese silencio inicial de dos días, sobre todo considerando que este Gobierno se autodenomina feminista”. La parlamentaria opositora puso el foco en que Monsalve apareció junto a Tohá abordando el tema presupuestario de la cartera, cuando la ministra ya sabía de la denuncia, “exponiendo frente a senadores y diputados como si fuera un día más”.
La ministra del Interior fue consultada por las razones del Gobierno para no remover a Monsalve al momento de enterarse de la denuncia y hacerlo después de la publicación del vespertino. La respuesta de Tohá fue que no se esperó a la publicación del medio de comunicación, y reiteró lo que había dicho anteriormente, sobre avisarle a la familia de Monsalve, para luego de eso comunicar la decisión.
Carolina Tohá, sin dar mayores detalles, también confirmó que se abrió un sumario interno “para esclarecer todas las situaciones implicadas”. Además, en línea con la declaración de Monsalve, sostuvo que ni él ni las autoridades de Gobierno conocen el detalle de la denuncia. “Con esos antecedentes generales se tomaron las decisiones”, afirmó.
“Las cosas son tal como se han conocido”, sostuvo la secretaria de Estado, advirtiendo que, en los próximos días, “se van a decir muchas cosas, se van a escuchar muchas versiones”.
“Cuando hay causas que investigan delitos de connotación sexual se debe mantener la reserva y evitar dar antecedentes. Por esa razón, ni lo hemos hecho ni lo vamos a hacer, entregar más elementos que no nos corresponden”, añadió, confirmando que la víctima es una persona que sigue siendo funcionaria del ministerio, pero que se encuentra con licencia.
En un sector del oficialismo tampoco quedaron muy contentos con el nombramiento del ministro de Justicia, Luis Cordero, como subsecretario del Interior. ¿Las razones? “Monsalve era la piedra que sostenía el edificio, no es un ornamento en el Gobierno”, dijeron.
“Yo no veo reemplazable a Monsalve ni creo que haya sido efectivamente reemplazado, y cuando el Gobierno se aprestaba a ordenar sus piezas ad portas de un cambio de gabinete después de las municipales, fueron tomados por sorpresa”, reveló el analista político y exmiembro del Segundo Piso del Gobierno de Michelle Bachelet, Víctor Maldonado.
En el oficialismo sostienen que, antes del nombramiento de Cordero, se evaluó al jefe de gabinete de Monsalve, el exministro de la Segpres, Gabriel de la Fuente. No obstante, el socialista se encuentra bajo tratamiento por una delicada enfermedad. También fue evaluada la exministra Ana Lya Uriarte, pero su opción también se desestimó.
Paralelamente, cuentan en el Ejecutivo, Tohá tenía en mente al subsecretario de Defensa, Ricardo Montero (PS), que ha sido uno de sus hombres de confianza y uno de los que redactó la Ley de Inteligencia y trabajó en el Ministerio del Interior durante el segundo Gobierno de Bachelet. Sin embargo, esto tampoco se concretó.
Otra versión indica que, por tratarse de un puesto clave, varios socialistas consideraron que Montero no tenía la envergadura política para resistir la pesada carga que ya llevaron, por ejemplo, Mahmud Aleuy o Jorge Burgos.
Uno de los análisis, en la interna del PPD, era que Cordero conoce el trabajo de las policías y el derecho administrativo. Pero no solo eso, también se desliza que está perfilado para ser una carta de reemplazo de Tohá cuando esta deje el Gobierno, antes del 16 de noviembre, como posible candidata presidencial.
Luis Cordero era considerado, además, un miembro honorario del Comité Político, ya que en varias ocasiones asistió a la instancia. El ahora extitular de Justicia es un hombre de confianza del Presidente Boric, pero también se le cuestiona tener poca experiencia para un ministerio tan político, no tener la fuerza de un partido que lo sostenga en momentos de crisis, y que no tiene el liderazgo político que sí tenía Monsalve.
“Cambiar al equipo de la Subsecretaría del Interior, en este instante, es un desastre, porque era un equipo afiatado, que jugaba de memoria, que es muy político y donde el que llega desconoce los equipos internos y cómo se maneja el instrumento donde se hace represión de manifestaciones y se exigen soluciones que no son académicas, sino políticas (…). Cómo va a actuar cuando asaltantes asesinen a una persona, es algo que tendrá que demostrar”, cuestionó Víctor Maldonado.
Finalmente, en el entorno de Monsalve, junto con el asombro, había escepticismo sobre la denuncia, la cual consideran extraña y con piezas faltantes. “Un rostro tan conocido como el de Monsalve escoge ir con una mujer a un restaurante peruano en el centro de Santiago, emborracharse en público, ir sin escolta, hacer parar un taxi, nos parece a algunos extraño, dado que es un hombre muy prudente. En 20 años que lo conozco, nunca lo vi ser agresivo, emborracharse ni nada parecido. Sin embargo, poner en duda, en un Gobierno feminista, el relato de la denunciante, no es viable o puede ser un suicidio político para más de alguien”, señala uno de sus amigos más cercanos.
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