El candidato a la reelección también tuvo palabras respecto al efecto del caso Monsalve en las elecciones y el sistema político: “la gente está bien decepcionada de la política, de la manipulación del poder, de las cofradías, de los privilegios. Y eso lamentablemente mancha a todo el mundo”.
A la Escuela Miravalle de Peñalolén llegó durante el mediodía el actual gobernador de la región Metropolitana, Claudio Orrego, a emitir su voto en las elecciones municipales y regionales.
El candidato a la reelección en el cargo se mostró tranquilo respecto del resultado de las votaciones. “Creo que para las autoridades que estamos en ejercicio la mejor campaña no es la que hacemos en el último mes, es haber hecho la pega. Y aún nuestros principales críticos reconocen que hemos dejado los pies en la calle”, destacó a la salida del local de votación.
El resultado que logre Orrego en las elecciones será uno de los más relevantes en los comicios: dependiendo de su número de votos (y de si logra ganar en primera vuelta), el exdemócratacristiano podría transformarse sin mayor esfuerzo en la carta presidencial de la centroizquierda.
Idea que, sin embargo, el propio Orrego se encargó de desarmar. “Mi plan uno, mi plan dos y mi plan tres es ser gobernador de la Región Metropolitana (…) He tenido el privilegio y el honor de ser elegido por la ciudadanía, me siento un privilegiado de Dios de poder hacer lo que más me gusta, que es poder servir a la comunidad y eso es lo que voy a seguir haciendo“, destacó el candidato incumbente, quien también evitó adelantarse a los resultados señalando que aún no se cuentan los votos.
“Esta es una elección súper difícil: son seis millones de personas con voto obligatorio, ocho candidatos y un gran desprestigio de la política en estos momentos. Ganar en primera vuelta es difícil, lo sabemos (…) pero si no se puede estamos preparados para ganar en segunda” agregó en la misma línea.
“Espero que el Gobierno nacional escuche a los gobernadores. Le hemos dicho que en materia de seguridad al Gobierno no le sobran manos, le faltan (…) Es momento de que el Gobierno, después de las elecciones de hoy, sea capaz de generar estos puentes, independiente de nuestro color político. Uno no puede trabajar sólo con los que piensan igual que uno”.
Como ha sido la tónica entre la esfera política entre ayer y hoy, Orrego también tuvo palabras para el caso Monsalve y su efecto sobre las elecciones, el cual estima que será más bien limitado. A diferencia del desprestigio al sistema político completo, que sí sería notable en su opinión.
“Yo creo que la gente está bien decepcionada de la política, de la manipulación del poder, de las cofradías del poder, de los privilegios. Y eso lamentablemente mancha a todo el mundo, inclusive a quienes hemos trabajado obviamente en terreno por la ciudadanía. Entonces, yo creo que más que beneficiar a un sector u a otro, lo que va a hacer es que mucha gente que está descontenta probablemente anule su voto, ojalá no sea así”, comentó.