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Fotos: AgenciaUNO
Con el 86% de las mesas escrutadas, el actual gobernador obtiene un 38,6% de las preferencias. Pese a sacar más de 10 puntos de ventaja sobre su principal contrincante, Claudio Orrego no alcanzó el 40% necesario para evitar balotaje, donde se enfrentará a Francisco Orrego (RN), que logró un 27,9%.
“Mi plan uno, mi plan dos y mi plan tres es ser gobernador de la Región Metropolitana”, esas fueron las palabras de la actual máxima autoridad regional de Santiago, Claudio Orrego, luego de emitir su voto este domingo en las elecciones que marcarán su futuro y proyección electoral.
Orrego, quien renunció a la DC tras 33 años de militancia, se presentó a la reelección como independiente y con un amplio respaldo del oficialismo. Las encuestas le otorgaron la ventaja, y los resultados preliminares del Servel lo confirman. Sin embargo, llegará a segunda vuelta con su principal contrincante, el abogado y panelista del programa “Sin Filtros”, Francisco Orrego (RN).
Con 13.288 mesas escrutadas de 15.398 instaladas, correspondientes al 86,30% del total, el actual gobernador obtiene 1.422.461 votos (38,66%), mientras que el candidato de Chile Vamos cuenta con 1.027.454 sufragios (27,92%).
El cargo de gobernador regional requería cumplir con ciertas condiciones para ser escogido en primera vuelta. El candidato vencedor necesitaba conseguir al menos 40% de los sufragios válidamente emitidos. Si no cumplía con esta condición, las dos mayorías simples deben pasar por una segunda vuelta —el 24 de noviembre—donde se definirá al ganador.
Según los resultados del Servel, más atrás se posicionan Macarena Santelices (independiente, apoyada por el Partido Republicano) con 358.310 votos (9,74%) y Catalina Valenzuela (del Partido Humanista) con 219.292 preferencias (5,96%).
“Esta es una elección súper difícil: son seis millones de personas con voto obligatorio, ocho candidatos y un gran desprestigio de la política en estos momentos. Ganar en primera vuelta es difícil, lo sabemos (…) pero si no se puede estamos preparados para ganar en segunda”, declaró el gobernador Orrego tras votar este domingo en la mesa 33 de la Escuela Miravalle de Peñalolén.
El oficialismo, integrado por el Frente Amplio, el Partido Comunista y el Socialismo Democrático, concurrió unida a los comicios, junto a la Democracia Cristiana (DC), que no forma parte del Ejecutivo, pero fue su aliado en muchas votaciones.
Según analistas, la unidad podría favorecer al oficialismo y compensar el impacto del caso Monsalve, frente a una oposición que acude muy fragmentada y que no logró un acuerdo entre Chile Vamos y el Partido Republicano.
Según analistas, la división puede jugar en contra de las derechas. Asimismo, la UDI, RN y Evópoli tratan de contener una posible fuga de votos a la tienda de José Antonio Kast, que parte prácticamente sin cargos y pelea por colocarse como primera fuerza de oposición.
En Chile Vamos también han enfrentado distintos escándalos en el último tiempo, en especial el caso Hermosilla, la megatrama de tráfico de influencias y corrupción que ha salpicado a la élite política, empresarial y judicial hasta la Corte Suprema y de la que aún no se conocen todas sus aristas.
El oficialismo y la DC gobiernan en 15 de las 16 regiones del país -a excepción de La Araucanía, donde en 2021 ganó el Evópoli Luciano Rivas- y en importantes alcaldías como Santiago Centro, Valparaíso, Viña del Mar y Concepción.
