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Los expertos en docencia alerta que el alza en los puntajes de ingreso a pedagogía podría reducir la diversidad y cantidad de futuros docentes, afectando especialmente a regiones y zonas vulnerables.
A través de una carta abierta un grupo de académicos universitarios, formadores e investigadores en el área de docencia expresó su preocupación por la posible alza en los requisitos de ingreso a las carreras de pedagogía. Esto a partir de la Ley N° 20.903 que estableció un aumento progresivo en los puntajes de admisión a estas carreras.
Los expertos señalan que enfocar la selección en altos puntajes podría disminuir el ingreso de estudiantes a pedagogías y, en consecuencia, reducir el número de docentes cualificados, especialmente en regiones y áreas de especialidad críticas.
“De hecho, el año 2022, el Ministerio de Educación recibió más de 39 mil solicitudes de autorización para que profesionales sin título de pedagogía pudieran ejercer labores docentes a lo largo del país. Estas cifras son muy superiores a las más de 22 mil solicitudes que se realizaron en 2017 y reflejan la creciente falta de profesores idóneos para ejercer la docencia“, rememoran los expertos en la misiva.
Advierten que esta medida, en vez de aumentar el prestigio de la profesión docente, podría restringir el acceso a la formación, afectando la equidad educativa y la diversidad del profesorado. Los académicos resaltan que “el alza de puntajes debiera ser una consecuencia del aumento del estatus de la profesión, no una estrategia para lograrlo”, y que un enfoque basado únicamente en puntajes podría perjudicar la inclusión de futuros docentes de contextos vulnerables.
“Los requisitos académicos más altos desalentarán a posibles candidatos, especialmente porque la pedagogía se percibe como una carrera de bajo prestigio, con salarios insuficientes y limitadas oportunidades de desarrollo profesional”, señalan.
En línea con mejorar el desarrollo de la disciplina, el grupo recomienda implementar un proceso de admisión más integral que considere habilidades comunicativas, inteligencia emocional y aptitudes pedagógicas, además de promover condiciones laborales más atractivas para hacer la profesión más valorada.
En conjunto, también enfatizan la necesidad de financiamiento y apoyo académico para estudiantes de zonas extremas y rurales, así como el fortalecimiento de los programas de formación docente en todo el país.
“Sabemos que el talento está distribuido en la población estudiantil de manera amplia y diversa, por lo que claramente habrá estudiantes que requieren de mayor atención y apoyo, y que con las oportunidades de aprendizaje justas y equitativas pueden desarrollar trayectorias formativas de calidad”, argumentan.
