Hace algunas semanas fue noticia mundial que en el norte de Chile científicos grabaron por primera vez a una población de orcas cazar delfines. En esta edición quise traerles los comentarios de la Dra. Ana García Cegarra, de la Universidad de Antofagasta, y más detalles sobre esta observación que favorecería los esfuerzos de conservación.
El estudio Frontiers in Marine Science da cuenta de que en las aguas de la corriente de Humboldt, repletas de krill y anchoveta, frente a las costas de Chile, vive una esquiva y poco conocida población de orcas.
Las orcas se dividen en diferentes ecotipos, según sus especialidades de caza: nuevos datos sugieren que las orcas chilenas son cazadoras increíblemente hábiles de mamíferos, que persiguen a los delfines oscuros y comparten la comida entre ellas. Esto podría significar que pertenecen al Tipo A, ecotipo que es una pieza potencialmente importante del rompecabezas para comprender y conservar las poblaciones de orcas en el hemisferio sur.
El equipo de García Cegarra, que ya había observado a estas orcas utilizando barcos pesqueros para ayudarlas a capturar leones marinos, ahora las ha visto cazar con éxito delfines oscuros por primera vez y compartir la comida entre la manada. Esta nueva evidencia sobre sus hábitos alimenticios puede ayudar a los expertos a entender cómo están vinculadas las poblaciones de orcas en el hemisferio sur, lo que favorecería los esfuerzos de conservación.
“Estudiar a las orcas en su entorno natural es un gran desafío, ya que son depredadores superiores marinos, viajan largas distancias y viven en alta mar, lo que dificulta su observación”, dijo García Cegarra. “Pero comprender su papel en el entorno marino es crucial para la conservación de esta especie poco conocida en la corriente de Humboldt”, agregó.
Las orcas son depredadores de ápice con una dieta impresionantemente variada, pero no todas comen lo mismo. Las poblaciones pueden asignarse a diferentes ecotipos en función de sus alimentos preferidos, su acústica y su genética, por lo que comprender lo que comen las orcas de la corriente de Humboldt es un gran paso para entender dónde encajan entre las demás orcas del mundo.
Se han registrado cinco ecotipos diferentes en el hemisferio sur: algunos, como las orcas de Tipo A y Tipo B1, se centran en los mamíferos marinos, mientras que otros tipos prefieren los peces. Comprender dónde encajan los animales de la corriente de Humboldt nos ayudaría a entender la forma en que estas poblaciones se relacionan entre sí de manera más amplia y a conservarlas para el futuro.
García Cegarra y sus colegas utilizaron una combinación de sus propias encuestas y la recopilación de datos de ciencia ciudadana de viajes de avistamiento de ballenas y barcos pesqueros para monitorear la población y rastrear sus opciones de caza. Los observadores registraron la presencia de orcas, la composición y ubicación del grupo, y tomaron fotografías y videos que los científicos pudieron comparar con catálogos de individuos conocidos. Al combinar estos datos con sus propias encuestas sistemáticas y grabaciones de drones, construyeron un mapa de la presencia de orcas en el área y rastrearon el comportamiento de los grupos y las elecciones de presas.
Esto permitió a los investigadores capturar evidencia de que la manada de orcas Menacho estaba capturando delfines oscuros, una especie que nunca se había reportado que alguna orca hubiera cazado con éxito en esta área. Imágenes dramáticas muestran a la matriarca, Dakota, lanzando un delfín oscuro al aire.
Estos avistamientos podrían indicar que estas orcas pertenecen al Tipo A, ecotipo que caza mamíferos. Sus presas y el pequeño tamaño de sus manadas serían consistentes con esta hipótesis, aunque sus manchas blancas en los ojos son más pequeñas que las típicas de las orcas Tipo A. Además, nunca se las ha registrado en la Patagonia con otras orcas Tipo A.
“Nos gustaría poder obtener biopsias de piel para analizar sus datos genéticos, ya que no existe información genética de las orcas en esta región del Pacífico sureste”, afirma García Cegarra. “Sin embargo, son muy esquivas e inteligentes, lo que dificulta acercarse a ellas en el barco para realizarles biopsias”.