El balotaje de gobernadores se perfila como un referéndum sobre La Moneda, especialmente en las regiones Metropolitana, Valparaíso y Biobío. El oficialismo busca evitar esta narrativa, a la que la oposición intenta unirse. Analistas sostienen que en la primera vuelta primaron las propuestas locales.
Orrego versus Orrego en la Metropolitana, Mundaca versus Hoffmann en Valparaíso y Navarro versus Giacaman en el Biobío. El pulso entre oficialismo y oposición en estas tres regiones, dado el volumen de votos que concentran, de cara a la segunda vuelta de gobernadores del 24 de noviembre, se anticipa como un “plebiscito” a la gestión del Presidente Gabriel Boric. Pero también se percibe como una estrategia que podría convertirse en un “suicidio político” para la derecha, tanto para Chile Vamos como para el Partido Republicano.
Once de las 16 regiones del país tendrán balotaje el próximo 24 de noviembre, y el Gobierno, que ya perdió 40 alcaldías en la primera jornada electoral, busca precisamente que la lógica de plebiscito no se instale en las urnas. Así lo afirmó la portavoz de La Moneda, Camila Vallejo, tras conocer los resultados del pasado fin de semana. “Ha sido más que repetido que algunos sectores traten de hacer entre cada elección un plebiscito de Gobierno, pero la realidad es mucho más compleja y la ciudadanía es la que define, finalmente, cuáles son las autoridades que mejor pueden representar, junto con su proyecto para su comuna o región”, indicó la ministra Vallejo.
Ese mismo día, agradeciendo el respaldo recibido en Valparaíso, la candidata a gobernadora regional y exsecretaria general de la Unión Demócrata Independiente (UDI), María José Hoffmann, declaraba a la prensa que su sector tiene “toda la esperanza puesta en esta segunda etapa”. En ese sentido, manifestó que el balotaje “será un plebiscito sobre la mala gestión del Frente Amplio”.
Fuentes cercanas a la oposición confirman que, además, Chile Vamos y el Partido Republicano planifican una estrategia conjunta para la segunda vuelta de gobernadores. “Esto tiene sentido en elecciones binarias”, señala un influyente militante de la UDI, precisando que la excepción serían aquellos que tengan un liderazgo propio y local muy marcado
El analista político y académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Central, Marco Moreno, coincide en que la lógica plebiscitaria será la estrategia de la oposición en algunas regiones. En otras –añade–, habrá un “test” para la gobernabilidad de los bloques, como en Antofagasta o Los Lagos, donde se enfrentan dos candidatos cercanos al oficialismo –Ricardo Díaz, actual gobernador y candidato independiente bajo el pacto Contigo Chile Mejor, y Marcela Hernando, del Partido Radical– y dos de la oposición –Alejandro Santana (RN) y Claudia Reyes (REP)–, respectivamente.
El profesor Marco Moreno agrega que la votación tipo plebiscito en la Región Metropolitana, Valparaíso y Biobío (que concentran más de 7 millones de votos, y más de 6 millones descontando nulos y blancos) también se dará en La Araucanía, donde el actual gobernador, Luciano Rivas –cuyo paso a segunda vuelta obligaría a la oposición a cuadrarse con su candidatura, a pesar del desmarque de Evópoli en primera vuelta, a raíz del caso Convenios–, será enfrentado por quien fuera un histórico DC (hoy exmilitante) y cercano al oficialismo, el exdiputado René Saffirio.
Lo mismo ocurriría en O’Higgins, con la contienda entre el candidato del Partido Socialista y gobernador regional Pablo Silva Amaya y el candidato del Partido Republicano Fernando Ugarte.
Moreno, para quien una campaña electoral con lógica de referéndum es “tóxica” para los intereses de las regiones, advierte que será muy difícil para el Gobierno desarmar esa “comunicación electoral” que plantea la oposición. Una opción –según el académico– sería “desmarcarse” de algunos candidatos para liberar presión.
Cabe mencionar que un gran peso sobre el Gobierno genera el balotaje en la Región Metropolitana entre su abanderado, el actual gobernador Claudio Orrego (exmilitante DC), quien incluso se perfilaba para una candidatura presidencial en caso de ganar en primera vuelta, y la carta de la oposición, Francisco “Pancho” Orrego. Desde la UDI afirman que el apoyo que el Partido Comunista dio a la candidatura independiente del gobernador Orrego es “un salvavidas de plomo”.
Para el analista político Axel Callís, director de la consultora Tú Influyes, este “diseño político” para convertir una elección en un plebiscito “no conversa con la realidad” y lo considera exánime. Explica que, en la primera vuelta, quedó demostrado que los gobernadores y alcaldes que ganaron lo hicieron por su gestión y por sus propuestas locales y regionales. Introducir el tema –a su juicio– es contraproducente y “casi suicida” electoralmente para la oposición.
Por ejemplo, tres gobernadores –de Tarapacá, Ñuble y Magallanes– fueron reelectos en primera vuelta, pese a verse salpicados por el caso Convenios. Y, no obstante el complicado momento de La Moneda a raíz del caso Monsalve, Tomás Vodanovic (FA), reelecto en Maipú, la segunda comuna con más electores del país, y Matías Toledo, independiente de izquierda, electo en Puente Alto, bastión tradicional de la derecha y la comuna con más electores de Chile, fueron los dos alcaldes con más apoyo en las elecciones municipales celebradas el pasado fin de semana. Lo que podría ser una señal, pese a la victoria de Chile Vamos en Santiago y Ñuñoa y las ocho alcaldías conquistadas por el Partido Republicano por primera vez en su historia.
Axel Callís recalca que la estrategia de hacer un plebiscito sobre el Gobierno del Presidente Boric ya fracasó una vez. “No prendió”, sostuvo el también académico de la Universidad Central, recordando el rechazo a la Constitución respaldada por la derecha en 2023, con un 55% de votos en contra. De todas formas, según el sociólogo, no traería consecuencias negativas para La Moneda desmarcarse de algunos candidatos oficialistas en la segunda vuelta de gobernadores regionales. Es más, el Ejecutivo –dijo– debería adoptar una actitud “prescindente” en la elección.