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Osvaldo Andrade: “Me asombra que ministros no piensen defender el legado de Boric en el Congreso” PAÍS Crédito: Carlos Saldivia

Osvaldo Andrade: “Me asombra que ministros no piensen defender el legado de Boric en el Congreso”

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Carlos Saldivia
Por : Carlos Saldivia Periodista de El Mostrador
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Le sorprende la falta de coraje de ministros para ir a elecciones; que la izquierda se nutra de universitarios y clase media ñuñoína; indica que Galilea se impuso sobre Chile Vamos; los problemas del feminismo son clase; son algunas reflexiones del expresidente del Partido Socialista a El Mostrador.


“Yo salí del gabinete para ir al Congreso a defender lo hecho por la presidenta Bachelet y ella me alentó”, crítica con asombro el ex diputado, ex ministro del Trabajo y dos veces expresidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade.

El abogado hace unos meses cumplió 55 años militancia socialista. En ese lapso le tocó impulsar la reforma laboral de Bachelet; renunció a ese gabinete para ser parlamentario; negoció más de 12 procesos electorales en la Concertación y en la Nueva Mayoría. Su personalidad también genera detractores en la tienda de París 873. Por ejemplo, en 2012, el entonces diputado Marcelo Díaz calificó su estilo de “estalinista”, aunque después se reconciliaron.

Osvaldo Andrade convivió de cerca con los protagonistas de las noticias del año. Compartió oficina con el exsubsecretario Manuel Monsalve en la Cámara, a quien conoció cuando éste era concejal en Los Alamos, Biobío. Y fue compañero del exministro Andrés Chadwick y del abogado Luis Hermosilla, investigado por el caso Audios, en la Facultad de Derecho de la Universidad Católica, desde la cual “debió ausentarse un año” al ser detenido por la DINA.

Con ese acervo, hoy prevé que Michelle Bachelet no será candidata una tercera vez; qué Hermosilla usó “la charlatanería”; que la izquierda se alejó de los trabajadores y acercó a ideas identitarias, Y en entrevista con El Mostrador entrega su visión del doctor Monsalve, quien tras ser acusado de violación y abuso sexual renunció a su cargo, y evalúa la reacción de Gobierno.

-¿Cuál es su impresión del caso Monsalve?
-Yo no me incorporo a la larga lista de comentaristas que hay del caso Monsalve. Me llama la atención la profusión de colegas, abogados, especialistas, expertos, hoy todo el mundo es experto en algo, se opina y adjudica delitos, y establecen las condiciones en que estos se habrían cometido. Aquí hay un tema más de fondo, que es una colisión entre dos principios esenciales. Uno, que para mí es un logro civilizatorio, el principio de la presunción de inocencia. Me llama la atención la facilidad con que se afirma la comisión de delitos en circunstancia que la civilización y los abogados sabemos que quien define aquello son los Tribunales. Hasta ahora, en este caso, ni siquiera hay una formalización. Aventurar opiniones categóricas constituye algo completamente impertinente. Es una incorporación al reality que se construye en estas cosas. Pero el segundo factor que hay que considerar también es una presunción de veracidad respecto de la denunciante, porque también por una cuestión civilizatoria hemos encontrado una injusticia histórica respecto a la mujer en muchas cosas y en particular en este tema que requiere de un tratamiento especial, que se expresa en la frase “yo le creo”. Dejemos que los tribunales lo resuelvan y no aventuremos tanta opinión porque nos podemos encontrar con sorpresas. No estoy en condiciones de asegurar nada.

– Usted lo conoce harto…
-Yo conozco mucho a Manuel Monsalve, desde que era concejal en Los Álamos. Compartí con él la oficina de la Cámara ocho años. Lo conozco desde que era concejal en Los Álamos (en 1996). Tengo la mejor opinión de él, de su prestancia profesional. Fue un tremendo parlamentario. No es casual que haya sido por lejos, y por primera vez un subsecretario, primera línea del reconocimiento ciudadano, desplazando a muchos ministros. Me ha causado mucha sorpresa lo que ha sucedido y por supuesto desazón porque se trata de una misma persona. Pero dejemos que la justicia haga su pega y si la justicia establece que es culpable de algún delito tendrá que asumir las consecuencias de aquello y yo seré el primero en irlo a ver donde esté. Yo me concentraría en preocuparnos de la denunciante, darle verosimilitud a su expresión, a sus dichos, pero al mismo tiempo establecer la contradicción con el principio de inocencia y será el tribunal el que determine.

“El caso Monsalve se convierte en un caso político”

-¿Hay algo que le llame la atención de ese caso en lo político?
– Si. Creo que hay una motivación que va más allá de la estricta sujeción a la idea de proteger a la denunciante. Se ha transformado el caso Monsalve en un enjuiciamiento a la gestión del gobierno y del Ministerio del Interior. Y esa es una exagerada visión de las cosas. La mejor manera de respetar la integridad de la denunciante es no transformar este caso en un caso político. Hacer lo contrario es dejar a la denunciante desprovista de la mínima seguridad. Hoy día pareciera ser que a los opinólogos no les interesa cómo está ella. Lo que a la gente le interesa es qué hizo o no hizo la PDI; Interior; las cámaras

-¿Cómo evalúa la gestión de crisis de La Moneda?
-Yo tengo una opinión crítica. Primero, Manuel debió haber salido de la Subsecretaría, cuando se estableció una relación con una subalterna. Eso era causa suficiente para tomar una determinación de inmediato. La performance del Presidente en esa conferencia de prensa tampoco fue de lo más afortunado. Y el no tener una versión fidedigna, concreta, única, unívoca del Gabinete facilita la especulación. Tengo una opinión crítica respecto al comportamiento del gobierno en general en esto.

-¿Cómo interpreta o explicaría la entrega de información por goteo o las contradicciones sucesivas?
-No tengo cómo explicarlo. No tengo información suficiente como para dar una explicación al respecto. Solo tengo una opinión crítica. ¿Cómo lo percibe la gente? Como una entrega parcial, a goteo. Cuando uno tiene que estar aclarando permanentemente algo quiere decir que los mensajes iniciales no fueron claros, salvo que haya una marcada mala intención de los intérpretes para sacar como conclusión que están erradas las versiones. Hay un poco de las dos cosas en esto. Precisamente porque se transformó en un caso político y en un clima de polarización y de exacerbación. Además tenemos una segunda vuelta electoral.

-¿Puede dar un ejemplo?
-El ejemplo más claro es el llamado telefónico de la ministra para que Manuel compareciera en su departamento porque estaba siendo objeto de una dirigencia intrusiva. ¿Qué de anormal tiene que un personero importante llame a la jefa y instruya a que al que era su subalterno venga un lugar? Porque para que resulte esto tiene que estar acá. Es un hecho de absoluta normalidad. Pero se transformó en otras cosas porque se dio mala información en principio y en segundo lugar porque se exageró al punto que se llevó a insinuar que era una forma de permitir que Manuel pudiera encubrir, eso ya son especulaciones manifiestamente interesadas

“Sería como decir que son traidores los del caso Fundaciones”

-¿Es Manuel Monsalve es un traidor como afirma el Frente Amplio?
-No, para nada. Traidor fue Pinochet con Allende. Traidor fue Mendoza con Allende. Traidor fue el “Guatón” Romo que se hacía pasar por socialista y al ser detenido entregó a 72 personas de Peñalolén. Esos son traidores. Establecer esa condición en este caso es absolutamente impertinente y un abuso. La traición supone una acción dolosa, un afán. Voy a hacer esto para estos propósitos. Manuel, podrá cometer un error o un delito, la justicia dirá, pero suponer que en su conducta un afán premeditado de provocarle un daño al gobierno, está fuera de la realidad. Sería como decir que son traidores los del caso Fundaciones. Yo no creo que ellos hayan hecho eso para perjudicar al Gobierno.

-¿Es necesario un cambio de gabinete o prescindible?
-Era necesario, pero respeto la decisión del Presidente. No por la formalidad de que es una distribución exclusiva, que ya es suficiente argumento, sino porque era necesario que, a propósito del resultado de las elecciones de octubre, el Presidente fijara una hoja de ruta viable y razonable, para el año y algo de gobierno que queda, plantearse qué espera. Una hoja de ruta de carácter legislativo, pero también cuestiones de gestión. Y que constituyera un elenco de gabinete ministerial, subsecretarios y autoridades regionales coherente con esa ruta. Orientada más bien a la perspectiva del diálogo y no del testimonio; la eficacia y al logro, más que a la pérdida de tiempo. Esa era mi opinión, la mantengo. Cuando el Presidente decide que no hay cambio de gabinete, está diciendo es que él entiende que para el periodo que queda, el elenco que hoy tiene, le es satisfactorio, y yo respeto esa decisión. Puedo no estar de acuerdo, pero la respeto.

-¿Qué piezas del actual gabinete serían satisfactorios?
-El gobierno ha tenido tres grandes problemas. Uno, ha sido difícil combinar su perspectiva programática, que era ambiciosa, con no tener mayoría en el Congreso. En consecuencia resignar aspiraciones, que es muy difícil en la política, ha sido una demanda que no ha tenido la capacidad de vislumbrar. Seguimos pendientes de la reforma a pensiones desde hace mucho tiempo, y nada indica, no hay ninguna señal que diga que esto va a resolverse pronto. Segundo, al gobierno le costó entender, con su instalación, las ritualidades y rigurosidades del sector público. Hay gente que todavía no se da cuenta que en el sector público para mandar a comprar un almuerzo hay que hacer un proceso. En ese sentido ha habido dificultades en la gestión. No es casual que haya presupuestos que no se ocupan, en regiones es nula muchas veces la capacidad de hacer cosas. Y la gente espera ver cosas que se hacen y ver su beneficio. Y tercero, la permanente disparidad de opiniones dentro del gobierno tampoco facilita la gestión. Mire lo que pasa hoy por el cambio subsecretario. Uno está enojado, otro irritado, el otro respalda. No es razonable que haya una coalición en el cuadro en que estamos, cuando tenemos un adversario al frente poderosísimo que ya resolvió su problema presidencial, mejoró sustantivamente las elecciones municipales y regionales.

“Fui compañero de Coloma, Chadwick y Luis Hermosilla en la UC”

-¿Cual cartera ve más débil u opaca?
-No sé. (Ríe) Ha faltado capacidad de diálogo y prontitud. Anticiparse. En la gestión pública la iniciativa es fundamental.

-¿En qué nota el déficit de diálogo?
-En que los grandes proyectos siguen pendientes. Hasta ahora no sé si es el único, pero uno de los pocos, que ha logrado construir diálogo y avance ha sido Mario Marcel. Está llegando acuerdo en el presupuesto, con todas las dificultades que tiene a propósito de los datos.

-¿Conoció a Luis Hermosilla en la UC?
-Sí, claro. Él venía un par de años después, era un poco más joven. Lo que pasa conmigo es que yo entré a la universidad con una generación, con Carlos Bombal, Edmundo Eluchans, pero como estuve un año y algo con problemas (detenido), me pilló la generación que venía después. Entonces, en algunas cosas, coincidí como compañero con Coloma, con Chadwick y en esa generación estaba también Hermosilla. Conversé con él, era un destacado militante de la Jota, me acuerdo perfectamente porque iba con su camisa amaranto (rojo) a clases. Pero nunca tuve diálogo con él, no recuerdo haber conversado nunca, ni entonces ni tampoco después. Y era un tiempo participativo.

-¿Cómo lo recuerda?
-Estamos hablando de la UC posterior al golpe de Estado, que hubiera gente de izquierda ya era una anomalía. Entenderá que no había posibilidad alguna para hacer una protesta ni nada por el estilo. Entonces, más bien, mi lógica era ir a clases e irme rapidito de la universidad, sacar del mayor provecho a la clase, pero no meterse más allá porque no tenía sentido. Así que no lo conocí en ese ámbito. La política yo la hacía fuera de la universidad, probablemente él también, no lo sé.

-¿Cuál es su reflexión en el caso Hermosilla?
-El caso Hermosilla es la expresión más nítida de la precariedad de los que se llaman poderosos. Cuando uno tiene certeza de las cosas, no necesita recurrir a alguien que le resuelva problemas por vía extra institucional. Cuando tengo razón, no necesito recurrir a alguien fuera del procedimiento que corresponde. La evidencia es suficiente o debiera serlo, es la precariedad la que lleva a la existencia de este tipo de funciones, para no decir personajes. Y Hermosilla, creo, vendía extraordinariamente bien una capacidad de hacer cosas que la precariedad de los actores sentían que era necesario hacer. Los que contrataban a Hermosilla sentían que en debilidad (el triunfo) lo garantizaba a alguien que se saltaba las reglas. Está bien de moda eso. Y cuando dice que estuvo a cargo del aparato de seguridad del Partido Comunista, ahí me dije ‘esto es pura charlatanería’.

“El que más ganó en las elecciones fue Rodrigo Galilea”

-¿Hermosilla es una excepción en el sistema o el sistema funciona así?
-Yo creo que hay un poco de las dos cosas, el sistema en algunos planos funciona así y lo raro es que todo el mundo entiende que no debiera funcionar así, pero los que dicen que no debiera funcionar así recurren a este mecanismo.

-¿Cómo evalúas los resultados en las municipales?
-Es un respiro para todos. para el gobierno, que esperaba una derrota al nivel de la convención, un tsunami de la derecha y del Republicanos, pero no ocurrió. En Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático se estableció cierto equilibrio, hay un respiro para el socialismo democrático, ante la impresión de que el Frente Amplio se iba arriba. Y no fue así, le fue mejor al socialismo democrático en porcentajes. Es un respiro para Apruebo Dignidad, a pesar de que la expectativa era otra, y aunque perdieron Santiago que es un golpe durísimo, lograron mantener Viña, ganaron en Valparaíso y Peñalolén está en discusión, pero está. Todos pueden mostrar algo. El respiro más grande es en la centroderecha, que temía un tsunami republicano, y no ocurrió. No es casual que el primer partido del país sea Renovación Nacional, es un gran triunfo del presidente Rodrigo Galilea, que tiene detractores en el interior. La UDI minimizó su representación, pero no fue avasallada por los republicanos, lo que le permite respirar a Ramírez.

-¿Y Matthei?
-Fue respiro para Evelyn Matthei, por tres cosas. Uno, el factor Kast disminuyó ostensiblemente, ya que les fue bien en consejeros regionales, pero pésimo en alcaldes, perdió donde podía ganar: Concepción. En segundo lugar, ella se libró de una potencial contendora, Marcela Cubillós. Si Cubillos llegaba al 70% en Las Condes, yo le garantizo que hoy sería precandidata presidencial. Rodolfo Carter, si bien es cierto ganó su candidato, queda muy disminuido respecto Matthei. Todo el mundo se ha ido a sacar fotos con Evelyn. O sea, se consolidó la candidatura. El PS tenía 22 alcaldes y está en 33. Y perdió Rancagua y Puerto Montt, pero ganó Talcahuano. Bajó de 8 a 6 puntos en concejales, por cómo se estructuran las listas. Pero fue al que mejor le fue del oficialismo. El que más concejales eligió, y el que más alcaldes eligió. En un ambiente en que hay una ola mundial ultra conservadora, la derecha dura viene ganando espacios, aca los extremos se minimizaron.

-¿Quién es el que más ganó con en elecciones?
-Rodrigo Galilea. No tengo ninguna duda. Él disipó la avalancha republicana, se impuso en Chile Vamos, desplazó a la UDI, se operó de los riesgos del centrismo anómalo de Amarillos y Demócrata, se comió completo a Evópolis. Y Galilea tiene mucho detractor en RN. En el mundo cercano al oficialismo, el gran ganador es el señor Matías Toledo (electo en Puente Alto) porque él señala un camino, a lo mejor ni siquiera está consciente de la relevancia de su triunfo, que no tiene que ver con que la derecha llevaba 24 años, que le ganó a Codina, que le ganó a Ossandón, que le ganó a la Karla Rubilar, y no solo le ganó una fisonomía en que la derecha estaba muy instalada en la comuna más importante del país, sino que también porque él fijó un mecanismo, el trabajo sistemático, cotidiano, con la gente, con sus problemas, algo que era propio de la izquierda chilena. Yo miraría con mucho interés ese esfuerzo.

“Bachelet no será candidata, no hay argumentos para convencerla”

-¿Cuál es la importancia de la segunda vuelta de gobernadores?
-La disputa por Santiago no es una disputa de gobierno-oposición, es una disputa de un tipo que ha probado tener capacidad y experiencia para hacer con alguien que explora desde la vorágine mediática. Si la derecha se impone en Valparaíso, en Concepción y en Santiago, no quiero mencionar las otras, por el caudal de votos que representan, es una señal de lo que viene . Si la derecha logra aquello, queda con una perspectiva parlamentaria y presidencial interesante.

-¿Hay opciones de que la centro-izquierda gane las presidenciales?
-O sea, tiene que haber primarias del oficialismo y candidato único. Qué candidato, no tengo idea. Valdría la pena esperar. Hasta ahora no se ve, pero creo que existe una posibilidad de que la izquierda y la centro-izquierda logren una candidatura. Tienen que haber muchos candidatos en esas primarias para que todo el mundo se sienta convocado. Me parece muy bien lo de Mirosevic. No es casual el encono con Tohá, ese ingrediente hay que considerarlo. ¿Cuánto tenía Bachelet cuando empezó? Fue candidata a concejal en Las Condes, sacó dos puntos. Hace 60 días, Donald Trump ganaba por paliza. Hasta hace 15 días, Kamala Harris estaba arriba. Vino la elección, ganó él. No por paliza, pero ganó. ¿Alguien pensó que Matías Toledo iba ganar en Puente Alto?

-¿Es probable que Bachelet sea candidata?
-No, creo que no. Creo que la presidenta Bachelet ha sido categórica en decir que no. Ella no está efectivamente dispuesta y no hay argumentos para convencerla. La gente se cansa. La segunda vez no fue fácil convencerla y fue solamente finalmente una cuestión patriótica, no sería justo pedirle otro acto así a Bachelet. La política no se puede sustentar en la nostalgia de viejos liderazgos y la nueva generación tiene que asumir responsabilidades.

“Me sorprende la falta de coraje de los ministros para enfrentar a la ciudadanía”

-¿Qué le parece que no hubiese ningún ministro disponible para postular al Congreso?
-Me asombra que los ministros del Presidente no piensen defender el legado en el Congreso, me causa profundo asombro que no estén en condiciones de asumir la tarea de enfrentar a la ciudadanía en elecciones. Uno acompaña al Presidente, pero el gobierno se termina y el legado de este gobierno lo tienen que defender. ¿Quién mejor que nadie puede hacerlo sino los que estuvieron adentro? Los son ministros. Veo a los ministros en la zona de confort y no para enfrentar a la ciudadanía que es jodida, que no es fácil. Yo celebro a los delegados presidenciales que se salen para ser candidatos porque van a dar una pelea ¿Y por qué no los ministros? Me sorprende la falta de coraje de los ministros para enfrentar a la ciudadanía en elecciones y decirle, aquí estoy evalúenme ahora. Parte de la tarea de un ministro es construir una relación con la ciudadanía, que le permita después del gobierno seguir impulsando cambios que quiso realizar. Eso se hace en el Congreso.

-¿Un Presidente debe fomentar tener representación en el Congreso después de su periodo?
-Por supuesto. Es parte de la tarea del Presidente alentar a tener representación en el Congreso. Un presidente impulsa proyectos de ley, los aprueba y después se tienen que defender si otra mayoría quiere cambiar esos proyectos y entonces requieren en el Parlamento gente que sustente lo que hizo. ¿Qué pasa si mañana se imponen los republicanos para deshacer lo que hizo este gobierno ? ¿y quién se va a oponer a eso? Los que estuvieron en el gobierno, pero no desde la academia. Los ministros debieran defender lo hecho por Boric, desde en el Congreso. Perdone la vanidad. Estando bien evaluado por la presidenta, yo salí del gabinete para ser presidente del Partido Socialista y defender la obra del Gobierno en el Congreso y la presidenta Bachelet me alentó. Había que defende su obra en el gobierno del presidente Piñera, de eso se trata la vida política.

-En el Senado dicen que el Partido Socialista ya no es el partido de los trabajadores
-No solo lo he escuchado en el senado. Por Trump votaron los migrantes y votaron los trabajadores. Por Kamala votaron diversidades, feministas, ecologistas, verdes etc. El dilema del PS es ser capaz de representar intereses de todos los chilenos o de diversidades, que son importantes, pero que no son el todo. El PS tiene una impronta en el mundo del trabajo, en gente que vive de una pega. No puede ser indiferente para el socialismo que la izquierda hoy se nutra del mundo universitario y de la clase media nuñoína. Hay que retomar la vieja aspiración de representar mayorías, y esas están en el mundo del trabajo. (…) Yo quisiera que los trabajadores de la Cámara dijeran los senadores socialistas nos van a ayudar, pero hay un puro dirigente sindical ahi Gastón Saavedra. Intentamos representar diversidades , no las menosprecio pero un partido tiene un eje y desde allí construye. Los problemas del feminismo son problemas de clase, el feminismo no es igual en Las Condes que en La Pintana, son feminismos distintos. En bajos de mena poco importa que haya más directoras en empresas. La discriminación en el sector popular es brutal, la mujer no tiene condiciones de trabajo. ¿Cuantos dirigentes sindicales hay en la directiva del Frente Amplio?

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