“Desde que llegué a Chile, y mis predecesores, hemos hablado mucho de esa ayuda (militar o económica) con la Cancillería (…) Siempre digo que se puede hacer más. Un empresario chileno donó a Ucrania una ambulancia blindada. ¿Entonces, por qué el Estado chileno no puede hacer lo mismo?”, dice.
El 19 de noviembre se cumplieron 1000 días de la invasión de Rusia a Ucrania, la guerra que el embajador de Ucrania en Chile, Yurii Duiden, considera la más cruda desde 1945. Cuenta que está pidiendo a Chile con urgencia ayuda humanitaria: Cascos, chalecos antibala, kit de primeros auxilios. Y señala que sería muy útil el aporte de ambulancias y de armamento.
El diplomático Yurii Duidin, profesor de español y de inglés de Instituto Pedagógico de Lenguas Extranjeras de Kiev, tiene más de 25 años de experiencia internacional como traductor y diplomático. Antes de llegar a Santiago, fue embajador en Argentina y Paraguay y estuvo también destinado en Brasil y Portugal. Maneja los códigos de la diplomacia y de la comunicación en tiempos de guerra.
Yurii Duidin cuenta que en su barrio de Kiev, muchas cosas han cambiado, pero no se está sufriendo tanto como otras ciudades porque está mejor protegida con las defensas antiaéreas y que cuando llegan drones y misiles “casi todos” son derribados. “La única diferencia que sentimos en estos barrios son las alarmas de ataque”, dice a El Mostrador.
Comenta que llega una alerta al celular y que se debe bajar a un subterráneo o al metro y “si viene un misil balístico, un misil muy rápido, ahí tiene que hacerlo rápido. Si vienen los drones, que son muchos, la mayoría no llega a impactar en la ciudad, por eso la gente no reacciona tanto”.
La crudeza de la guerra, indica, de refleja mayormente en Kharkov, Odessa y Dnipro. “Kharkov la segunda ciudad más poblada de Ucrania, tenía antes de la guerra un millón y medio de habitantes, muchos estudiantes, muchas universidades, y está apenas a 30 kilómetros de la frontera con Rusia. Y eso dificulta mucho la vida, llegan no solamente misiles balísticos y misiles crucero, inclusive la artillería rusa del otro lado de la frontera puede disparar (…). Igual pasa en Dnipro, que está en el centro del país, pero no está muy lejos de la línea del frente actual”, relata Duidin.
Dnipro fue donde hace unos días llegó un llamativo misil balístico supuestamente intercontinental. “Rusia está probando ahora”, acota.
-En 1990 cuando salió el último tanque ruso de Afganistán, la moral de los soldados soviéticos estaba muy afectada. ¿Cómo ve hoy la voluntad de lucha de los soldados rusos?
-Creo que esta bastante desgastada, porque ellos no entienden la razón, el porqué les mandan al territorio de un país ajeno, cuando Rusia tiene tanto territorio propio, es un país enorme, el más grande del mundo. Ellos tampoco entienden porqué tienen que morir por las ideas absurdas de su líder. Yo no he hablado con soldados rusos, pero me imagino que la moral debe estar muy baja, también porque no están tan bien preparados. Sabe que el ejército ucraniano ha sido muy eficiente en esta guerra. Teníamos una inferioridad numérica enorme en relación con el ejército ruso, sin embargo, eso logramos resistir y, en muchos casos, con menos personal, hemos logrado realizar operaciones militares muy exitosas, y eso porque estamos bien entrenados, también la moral es más alta, estamos defendiendo nuestro país. La moral de los soldados rusos debe estar muy baja.
-¿Y por qué los hombres ucranianos son obligados a quedarse? ¿Hay pocos interesados en ir a combatir, falta algo de voluntad?
-Mire, es una pregunta que… bueno, que es mejor hacerla al alto mando ucraniano, pero en mi opinión los hombres, según la Constitución, tienen el deber de defender a su patria, igual que todos los ciudadanos, sobre todo los hombres. También hay muchas mujeres en el Ejército, que hacen otro tipo de funciones. Se tomó esa decisión, que los hombres, en su mayoría, tienen que estar defendiendo a su patria o estar trabajando también, porque hay muchos hombres que trabajan y pagan impuestos, y con esos impuestos se mueve la economía. Es importante, que no pare la economía a pesar de la guerra.
-¿A qué sanción se expone un hombre que junto a su familia escapara de la guerra?
-No, simplemente, creo que en la frontera no lo dejarían salir, por la ley marcial no pueden. Ahora, si uno lo hace atravesando a nado un río hacia Rumania, bueno, es otra cosa, pero por las fronteras oficiales, por los puntos de control fronterizo, no podría salir simplemente.
-Viudas y madres que dicen que no pueden huir solas y dejar a sus hijos de 18 años solos en la guerra, ya que están en edad de combatir y el Estado no les permite ir con ellas…
-No. Yo no he oído de estos casos. Lo que está, por la situación de guerra, es el Estado marcial, no pueden salir los hombres entre 18 y 60 años, está prohibido, salvo los que tienen algunas funciones específicas, eso sí, en algunos casos pueden salir. Pero en cuanto a las mujeres no hay ninguna restricción para que ellas salgan.
-¿Cuál diría que han sido los principales costos humanitarios de la guerra Ucrania?
-Los números son grandes, no los tengo aquí a la mano. El costo humanitario, ha sido muy alto, muy alto, y no tenemos todos los datos, porque hay territorios todavía ocupados donde no tenemos acceso a ver cuántas personas murieron. Al principio de la guerra, cuando recuperamos la región de Kiev, en ciudades como Bucha y Járkiv encontramos muchas personas muertas y torturadas, eso fue un crimen comprobado y confirmado, con muchas fosas comunes, con los cuerpos ahí quemados o fusilados. Tememos que eso puede suceder en otras ciudades donde aún no tenemos acceso, como en Mariupol u otras bajo control ruso de momento.
-¿Cómo evalúa que ha sido el apoyo de Chile a Ucrania?
-El apoyo ha sido muy bueno desde el inicio de la invasión a gran escala. El mismo día 24 de febrero de 2022, cuando comenzó la invasión, tuvimos dos declaraciones de los dos presidentes que había en Chile en ese momento. El presidente en funciones, Sebastián Piñera, y el presidente electo, Gabriel Boric, el mismo día sacaron las declaraciones en apoyo a Ucrania. Eso fue un gesto muy significativo. Nos apoyaron instantáneamente y en conjunto. Después, en los dos años y medio de la guerra, la posición ha sido muy favorable a Ucrania. Valoramos la declaración del Presidente Boric, que hizo en varias cumbres internacionales. Inclusive el Presidente Boric participó en la primera cumbre por la paz en Ucrania, en Suiza, en junio de este año. Fue invitado, participó y fue muy activo ahí. Después tuvimos varias reuniones entre nuestros cancilleres, nuestros presidentes, y finalmente el canciller Van Klaveren estuvo hace dos o tres semanas en Canadá para una conferencia de la fórmula de paz, específicamente el tema humanitario. Todo el apoyo político que necesitamos de Chile, lo tenemos y estamos muy satisfechos con eso.
-Cómo usted dice, todo ese apoyo ha sido en el plano político y diplomático. ¿Debiera pasarse ahora a ser una ayuda mayor, ayuda en armamento, ayuda militar o económica?
-Sí, por supuesto, nos gustaría mucho (recibir) ayuda militar o económica de Chile. Desde que llegué a Chile y también mis predecesores han hablado mucho sobre eso. En la Cancillería chilena y en otros ministerios nos dicen siempre que la ayuda militar es imposible en este momento, por algunos problemas internos. Pero en cuanto a la ayuda humanitaria, sí. Hemos pedido y solicitado mucho. Los envíos de dinero que fueron tres remesas, en los primeros dos años, fueron destinados para aliviar la vida de las personas desplazadas en Ucrania, a las mujeres y niños fueron destinados esos recursos financieros (…). Yo siempre digo que se puede hacer mucho más. Bueno, si no pueden darnos armas, pueden darnos por lo menos equipamiento para salvar vidas, no para matar. En primer lugar me refiero a ambulancias, a maletines de primeros auxilios, cascos, chalecos antibalas, todo eso Chile lo tiene, nos lo podría dar como una ayuda humanitaria. Eso sería un apoyo muy importante para nosotros.
-¿Chile se ha mostrado favorable o receptivos a una mayor colaboración?
-Hemos hablado en todas las instancias y delegaciones vinieron a aquí desde Ucrania. Aquí estuvo este año la viceprimera ministra de Ucrania, Yulia Svyrydenko, y otras. Siempre lo hemos conversado, hemos planteado esa posibilidad. Nos dicen en Chile que están estudiando esa posibilidad, ese apoyo. Le cuento una cosa. Un empresario chileno donó a Ucrania, el año pasado, una ambulancia blindada, lo hizo por su cuenta, la blindó por su cuenta, como blindan los carros de Carabineros. La mandó a Polonia y después a Ucrania. Esta ambulancia, hasta hoy, sigue salvando vidas de los soldados ucranianos. Un empresario hizo esa donación. ¿Entonces, por qué el Estado chileno no puede hacer lo mismo?
-Hay analistas que señalan que la asistencia de Rusia a Yemen, Venezuela, Irán y Corea del Norte son una estrategia para que EE.UU. y Europa se mantengan con flancos diplomáticos abiertos que los desgasten. ¿Lo comparte?
-Sí, porque la estrategia de Rusia siempre fue la de crear focos de desestabilización en diferentes puntos para distraer la atención. Rusia ha tratado de hacer desestabilización en esos lugares. Y los países que usted mencionó tienen una ideología muy alineada con Rusia, fueron los que votaron a favor de Rusia en las resoluciones de la Asamblea de la ONU en los últimos años.
-También se menciona que Rusia apoya en ese esfuerzo al crimen organizado y mafias rusas. ¿Usted cree que eso es un peligro para América Latina o Chile?
-Eso puede ser un peligro para todo el mundo. No voy a especificar el caso de Chile porque no conozco aquí cómo funciona eso, pero, por ejemplo, en África sabemos que Rusia ha mandado sus fuerzas paramilitares llamadas Wagner. En muchos países de África están apoyando a gobiernos, inclusive han participado en los golpes de Estado para llevar al poder a fuerzas prorusas o antioccidentales, anti-americanas, y eso existe. Es un peligro. Aquí en América Latina la situación puede ser diferente, pero siempre existe un peligro de que Rusia pueda apoyar a alguien.
– Donald Trump dijo que terminaría con la guerra entre Ucrania y Rusia. ¿Qué le parece a usted?
-Sería bueno que él dijera cómo piensa hacerlo, porque esas son las declaraciones del candidato Trump y no del presidente Trump, que todavía falta para asumir. Si él pudiera influir sobre Putin para que sacara a sus tropas de los territorios ocupados en Ucrania, para que parara de matar a nuestra gente, civiles, eso podría ser un punto muy importante para terminar con la guerra. Todavía no sabemos cómo va a ser la gestión de Donald Trump en este asunto. Hay especulaciones de sus consejeros, se publican unos planes de paz, pero son de los consejeros, no de él. Tenemos que esperar para ver qué hará. Pero le doy un ejemplo. En una de las campañas, el candidato Trump dijo que iba a dar a Ucrania todo el armamento necesario para ganar la guerra, si Putin se negara a negociar en las condiciones propuestas por la comunidad internacional. Hubo esa propuesta. No sabemos realmente cuál sería el plan de paz, pero sí que en 24 horas no va a ser posible, Rusia no va a retirar tan rápido sus tropas de Ucrania.
-¿Ucrania está disponible para negociar un acuerdo de paz?
-Por supuesto que sí. Somos los que más necesitamos esta paz, después de sufrir estos dos años y medio de la guerra, después de sufrir tanta destrucción y muerte, tantos heridos. Nos interesa mucho la paz. Esta paz no debe incluir el cese de los territorios, porque no podemos negociar nuestros territorios. eso es innegociable. Todo lo demás puede ser negociado. Le digo más, tenemos lo que se llama la fórmula de paz del presidente Zelensky, que desde hace dos años la estamos promoviendo y tuvimos varias reuniones internacionales para esta fórmula y que engloba la visión ucraniana de cómo podría llegar a esta paz. Estamos dispuestos a negociar todo, menos la integridad territorial de Ucrania.
-¿Cree que el presidente Biden también use misiles de intercontinentales como muestra de fuerza en respuesta al cohete que mostró Rusia?
Los misiles norteamericanos los utilizamos nosotros, los ucranianos. Estados Unidos nos suministra esos misiles y nos dieron finalmente autorización para usarlos contra objetivos militares en territorio ruso. Y repito que son contra objetivos militares, son aeródromos de donde salen los aviones para bombardear nuestras ciudades, todas las noches. No bombardeamos, no lanzamos misiles contra jardines infantiles como hacen ellos en Ucrania. La decisión del presidente Biden de autorizarnos a usar estas armas, aunque es tardía, es muy importante porque puede influir en el curso de la guerra. Y puede ayudar a defender poblaciones de las ciudades más cercanas que están bombardeadas desde otro lado de la frontera. Y si destruimos los depósitos y destruimos los aeródromos, ahí será mucho más difícil para Rusia disparar contra esas ciudades.
-¿La ayuda fue en misiles de largo alcance?
-Sí, ya los teníamos, pero no teníamos autorización de usarlos contra el territorio ruso. Los podíamos usar contra los territorios que según el derecho internacional son nuestros. O sea, Península de Crimea, por ejemplo, que fue anexada por Rusia en 2014. Por eso utilizamos esos misiles antes contra objetivos en Crimea, en Dombas, territorios ucranianos ocupados. Ahora podemos utilizarlos en territorio ruso.
-¿Después de casi tres años las sanciones económicas han afectado a Rusia o no funciona eso?
-En un primer instante pensábamos que iban a afectar más. La idea era de parar con la producción militar rusa al sancionar, al no venderles elementos esenciales para los componentes de sus armas, sus misiles, tanques y lo demás, pero la eficacia de esas sanciones no ha sido suficiente, en nuestra opinión.-
-¿Por qué?
-Porque hasta ahora vemos que algunos misiles rusos que llegan a nuestro territorio, que son derribados, después son desmontados, y vimos ahí algunos elementos, no solamente de China, de Corea del Norte, pero también de algunos países occidentales, o sea, de alguna manera esos chips o esos elementos, ellos lograron comprar, no sé, tal vez no directamente, pero a través de terceros, para incorporarlos a sus máquinas de guerra, a sus armas. Por eso hay posibilidad de mejorar esas sanciones y hacerlas más eficientes, más eficaces. Todavía falta esa eficacia.
-¿Cuál diría usted que fue el verdadero o real motivo por el cual hace tres años Rusia atacó e invadió Ucrania?
-Fue la ambición expansionista, imperialista del dictador Putin, que no puede perdonarnos a los ucranianos el derecho, el querer vivir libre y soberano. (…) cuando en 1991 Ucrania se independizó de Rusia, éramos la parte más desarrollada económicamente y también teníamos muy buena agricultura, Ucrania fue el granero de Europa por siglos, teníamos las tierras más fértiles. A Moscú le dolió mucho perder Ucrania. Y esa fue la razón que siempre, durante los 33 años de la independencia, nos querían subyugar, nos querían volver bajo su órbita, y los ucranianos no queríamos. Entonces nos invadieron por fuerza, bajo el falso pretexto de proteger a los rusoparlantes.
-Si por 33 años buscaron recuperar a Ucrania, ¿por qué el ataque se hizo recientemente?
-Putin trató de cambiar a los gobiernos, tuvimos varias revoluciones en Ucrania, con los líderes prorrusos, que fueron derribados por el pueblo ucraniano, porque eran prorrusos. En 2014, por ejemplo, el ex presidente Viktor Yanukovych, que huyó a Rusia después de un intento de golpe de Estado, etcétera. Rusia trató hasta ahora de dominarnos e instalar sus títeres en Ucrania y hacerlo de forma política. Pero cuando vio que eso no funcionaba, que eso no podía funcionar, entonces nos decidió hacerlo por fuerza. Y porque Ucrania ha escogido ir hacia la Unión Europea y hacia la OTAN. Pensaban que la OTAN es el sistema más seguro de defensa que existe en el mundo. Si hubiéramos sido miembros de la OTAN, como Polonia, como República Checa, como los Bálticos, nunca nos habrían atacado, porque dentro de la OTAN todos defienden a todos. Pero no lo éramos. Y Rusia pensó que, como íbamos por este camino, y pensé ser miembro de la Unión Europea, vieron un peligro y decidieron atacarnos.