El sumo pontífice remarcó la importancia del tratado como un ejemplo a seguir para otras naciones, tanto para resolver conflictos políticos como sociales y medioambientes. “Representa un legado y una responsabilidad que todos compartimos”, destacó el canciller Alberto Van Klaveren.
El papa Francisco presidió este lunes una ceremonia por el 40 aniversario del Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile por la disputa del canal de Beagle, “que evitó el conflicto armado que estaba por enfrentar a dos pueblos hermanos y concluyó con una solución digna, razonable y ecuánime”.
El sumo pontífice deseó que el tratado entre Argentina y Chile, que puso fin vía mediación vaticana a un conflicto territorial hace 40 años, sea “un modelo a imitar” ante los actuales conflictos, además de anhelar que el camino de la paz y la cooperación entre ambos países “pueda seguir siendo profundizado para el bien de los dos pueblos”.
“Espero que el espíritu de encuentro y de concordia entre las naciones, en América Latina y en todo el mundo, deseoso de la paz, pueda ayudar a multiplicarse en iniciativas y políticas coordinadas, para resolver las numerosas crisis sociales y medioambientales que afectan a las poblaciones de todos los continentes, perjudicando especialmente a los más pobres”, sostuvo el Papa.
Estuvieron presentes en la Sala Regia el embajador de Argentina ante la Santa Sede, Pablo Beltramino y el canciller chileno, Alberto van Klaverenen, y aunque había anunciado su presencia, el ministro de Exteriores, argentino Gerardo Werthein, no acudió por “razones de agenda”.
“En nombre del pueblo de Chile y de su Gobierno, expreso mi reconocimiento a la Santa Sede y a todos aquellos que hicieron posible la firma de este acuerdo, un acuerdo que más allá de sus disposiciones específicas, representa un legado y una responsabilidad que todos compartimos: la de proteger y promover la paz, no solo para nuestras naciones, sino como un bien común para la humanidad”, expresó el canciller van Klaveren
La delegación chilena estuvo integrada en la ocasión por el presidente del Senado José García-Ruminot, el vicepresidente de la Cámara Baja Eric Aedo, la embajadora de Chile ante la Santa Sede Patricia Araya, el embajador de Chile en Argentina José Antonio Viera-Gallo, el arzobispo de Santiago Fernando Chomali y el secretario general de política Exterior, embajador Rodrigo Olsen.
Además estuvieron presentes Milenko Skoknic y Maximiliano Jarpa, miembros de la parte chilena que negoció el tratado.
“La elección del camino de la paz ha sido un principio rector para Argentina y Chile desde entonces y nos ha permitido no solo superar ese conflicto particular, sino también emplazar los cimientos para construir y consolidar una relación bilateral que hoy después de 40 años es un ejemplo a nivel mundial”, señaló por su parte Pablo Beltramino, único miembro presente por el lado trasandino.
“Este aniversario nos recuerda que es nuestra labor diaria. Mantener viva esta paz y transmitir a las generaciones actuales y futuras. El valor de esta amistad que con tanto esfuerzo hemos construido”, remarcó el papa Francisco.
Y recordó que con ocasión del 25 aniversario del Tratado, el 28 de noviembre de 2009, se celebró en el Vaticano un acto conmemorativo con la presencia de las presidentas de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y de Chile, Michelle Bachelet, en la que el papa Benedicto XVI “puso de relieve cómo Chile y Argentina no son sólo dos naciones vecinas, sino mucho más”.
“Son dos pueblos hermanos con una vocación común de fraternidad, de respeto y amistad, que es fruto en gran parte de la tradición católica que está en la base de su historia y de su rico patrimonio cultural y espiritual”, dijo Francisco citando las palabras de su antecesor.
El papa subrayó: “He querido dar especial relieve a esta conmemoración, también con la presencia de los señores cardenales y del Cuerpo diplomático —que agradezco de corazón—, tanto para recordar dicho aniversario, como para lanzar al mundo, en este momento, un renovado llamamiento a la paz y al diálogo”.
En el lugar donde hace 40 años se firmó el acuerdo de paz con la presencia de san Juan Pablo II, el pontífice argentino explicó que “este modelo de una completa y definitiva solución de una controversia a través de medios pacíficos, amerita ser propuesto en la situación actual del mundo, en el que tantos conflictos perduran y se agravan, al no tener la voluntad efectiva de excluir de forma absoluta el uso de la fuerza o la amenaza para resolverlos”.