El tribunal determinó que ambos cometieron omisiones e infracciones al momento del incidente, que partieron por solicitarle a la víctima realizar una tarea para la cual no estaba calificada, y terminaron con el no dispararle al tigre en aras de intentar salvarla del ataque.
El Juzgado de Garantía de Rancagua condenó a Iván Sánchez Lobos y Pablo Sánchez Reyes, dueño y gerente de operaciones del Parque Safari de Rancagua respectivamente, por cuasidelito de homicidio. Esto debido a la muerte de Catalina Torres Ibarra, quien falleció el 2021 tras ser atacada por un tigre mientras realizaba aseo y mantención en una jaula.
Ambos fueron condenados (con costas judiciales) a 540 días de reclusión menor en su grado mínimo. El fallo del tribunal estableció que el 5 de agosto de 2021 Sánchez Reyes solicitó a Torres que limpiara al día siguiente instalaciones del parque. Esto en condiciones en que ella estaba contratada como guía de safari.
La víctima comenzó la labor a las 8:30 de la mañana del día indicado, en conjunto con dos conductores del recinto a quienes se les había solicitado la misma labor. “Los tres jóvenes”, se lee en el fallo, “iniciaron las labores de limpieza instruida la tarde anterior al interior del recinto (…) ingresando para el efecto al sector felino, lugar donde se encontraba suelto el tigre de bengala de nombre ‘Niño’, el que atacó a la víctima Catalina Fernanda Torres Ibarra, provocando lesiones corto punzantes en la zona torácica y cuello, falleciendo la víctima en el lugar”.
El tribunal determinó que la muerte de la joven fue resultado directo “de omisiones e infracciones cometidas por Pablo Sánchez Reyes, gerente de operaciones del Parque, que solicitó a la víctima efectuar labores que requerían capacitación que no instruyó ni efectuó“, además de no establecer protocolos para su limpieza y mantención y de no informarles de la existencia de un tigre suelto en el sector.
Asimismo, el tribunal determinó la existencia de omisiones e infracciones por parte de Sánchez Lobos, por cuanto como propietario y representante del recinto zoológico “no estableció protocolos de actuación de emergencia efectivos ni aplicó el protocolo de alerta roja”, además de no utilizar su arma ―en su calidad de tirador único designado― para la eliminación del tigre y salvarle la vida a la joven.