El jefe de bancada de los socialistas, Daniel Melo, manifestó molestia por no conocer el contenido del proyecto, ni el momento en que iba a ser presentado. Otros afirman que el proyecto de De Urresti es concreto, tiene los votos del Senado y apoyo opositor; mientras el de Elizalde se desconoce.
En mayo de este año, el senador Alfonso de Urresti tenía listo el proyecto de reforma al sistema político y reunía consenso en la obra gruesa con el PPD y Chile Vamos. Sin embargo, el Presidente Gabriel Boric lo llamó por teléfono para solicitarle esperar un poco antes de presentarlo para la discusión en la Comisión de Constitución del Senado.
Lo anterior, porque la propuesta de De Urresti había generado controversia y críticas en partidos más pequeños, entre ellos, el Partido Comunista (PC) y la Federación Regionalista Verde y Social (FRVS). Mientras que, en el caso de la oposición, también en Demócratas y Amarillos.
Si bien en el Senado se contaba entre los socialistas, el PPD y la UDI, RN y Evópoli con los 29 votos para la reforma constitucional, en la Cámara de Diputadas y Diputados faltarían votos para llegar a los 89 necesarios.
El debate sobre la fragmentación y los problemas de gobernabilidad, a juicio de los firmantes del pacto, se debía a la cantidad de pequeños partidos y los 40 independientes, que fragmentaban la negociación con el Gobierno y los sectores políticos con mayor cantidad de legisladores.
En ese contexto, a fines de la semana pasada, diputados y senadores y la mesa del Partido Socialista se reunieron para abordar el proyecto de reforma al sistema político presentado el jueves pasado.
En una serie de reuniones sobre el tema, algunos legisladores señalan que hubo tensión entre el ministro Elizalde y los senadores, porque el secretario de Estado advirtió que sería un insumo más que el Gobierno consideraría para presentar su propio proyecto.
Según los presentes, el ministro no precisó fecha de presentación, sino que solo hizo hincapié en conversar para lograr un entendimiento en la Cámara Baja con los partidos más pequeños, donde –sostienen legisladores– faltarían a lo menos 10 votos.
“Por lo menos este proyecto se va a debatir y se va a tratar en la Comisión de Constitución del Senado y es el que va a llegar a la Sala, esperamos dentro de la primera semana de enero, para que tengamos entonces unas dos semanas de indicaciones y a ver si alcanzamos la última semana de enero a aprobarlo en el Senado. Y correrá en paralelo la reforma de Elizalde, que no ha llegado y no sabemos cuándo llegará ni se vislumbra cuándo pueda llegar. No hay tensión con Elizalde, él sabe que es necesario que haya una reforma”, puntualizó el senador Gastón Saavedra (PS).
Algunos parlamentarios del Socialismo Democrático afirmaron que se habían sorprendido cuando el jueves se enteraron por la prensa de la presentación de la moción de De Urresti.
El jefe de bancada de los socialistas, Daniel Melo, manifestó molestia por no conocer el contenido del proyecto ni el momento en que iba a ser presentado. Del mismo modo, señalan que otros parlamentarios también exhibieron su molestia.
“En el caso de la Cámara no se nos consultó absolutamente nada”, afirmó Melo en La Tercera. Consultado si este lo puso al tanto, Melo afirmó: “Llegaron solo los titulares (…). Nunca lo tuve a la mano (el documento). Uno esperaría un poco más de diálogo, más conversación, que es a lo que aspiramos todos en democracia”, indicó el diputado.
No obstante, el senador Alfonso de Urresti se mostró sorprendido por la molestia de algunos diputados, ya que afirmó que “en la reunión que sostuvimos senadores, diputados y la mesa del PS, en una cena el martes, se les informó a todos el contenido y que se presentaría”.
Parlamentarias del Socialismo Democrático afirman que el único descontento es de parlamentarios elegidos por arrastre y que obtuvieron menos del 2% de los votos.
“Esta es una propuesta de reforma acotada, pero necesaria. Va a encontrar oposición en los diputados del 1%, en partidos uniparlamentarios y en los partidos que actúan como pymes familiares. Los denominados partidos fungi, que no representan prácticamente a nadie, pero se sientan a las mesas a pedir cupos y cargos, y andan vendiendo sus votos en cada votación importante como bandidos”, sostiene una legisladora.
Según el proyecto que se indica en la web del Senado, una de las principales modificaciones es la adición de un nuevo inciso al artículo 47, que establece que el Consejo Directivo del Servicio Electoral (Servel) deberá actualizar la asignación de escaños de diputados cada diez años. Esta actualización se realizará conforme a la ley orgánica y no podrá alterar el número total de diputados.
Además, se introduce un nuevo artículo que estipula que solo los partidos que obtengan al menos el 5% de los votos válidos a nivel nacional en las elecciones de la Cámara de Diputados podrán participar en la distribución de escaños.
Según se desprende del texto, los votos de los partidos que no consigan escaños se asignarán proporcionalmente a aquellos que cumplan con los requisitos establecidos. Los candidatos independientes en listas de partidos también seguirán las mismas reglas. La ley determinará los requisitos para la formación y disolución de partidos, así como las normas sobre financiamiento público.
La reforma también contempla la modificación del artículo 60, que incluye nuevos incisos que disponen que un diputado o senador cesará en su cargo si renuncia al partido que declaró su candidatura. Los diputados o senadores independientes que cambien de partido o renuncien a su comité, también perderán su cargo. En estos casos, los reemplazos serán designados por el partido que declaró la candidatura.