Douglas Farah coincide con especialista chileno Pablo Zeballos en orden a que las situaciones internas en Venezuela y en Estados Unidos, a partir de enero próximo, son propicias para que se produzcan nuevas migraciones venezolanas con destino a países como Ecuador o Chile.
Pocos analistas dudan de que a partir de enero, cuando se produzcan dos eventos políticos importantísimos en América del Sur y del Norte, se van a dar nuevas oleadas migratorias desde Venezuela. El primer evento está fechado para el 10 de enero, fecha en que asumirá un nuevo mandato Nicolás Maduro, en medio de la incertidumbre respecto a si el presidente electo reconocido por muchos países, Edmundo González, actualmente refugiado en España, se presentará a reclamar su triunfo.
Diez días más tarde, en tanto, comenzará el segundo mandato de Donald Trump, que llegó al poder por segunda vez con una retórica enfocada –entre otros temas– en el Tren de Aragua y la migración ilegal, a la cual ha prometido poner un fuerte freno, lo que hace presumir que la migración venezolana que en los últimos dos años se ha producido hacia ese país va a tener cada vez más obstáculos para ingresar.
Según las estadísticas oficiales de Migraciones Chile –las que por supuesto no contabilizan a quienes ingresan en forma clandestina ni permanecen en el país sin regularizar su situación–, los venezolanos en el país eran 5.748 hacia 2012. Una primera oleada se produjo a partir de 2013, luego de la muerte de Hugo Chávez y la llegada al poder de Maduro, y de ese modo los migrantes venezolanos en Chile subieron a 83.045 para 2017 y desde allí no dejaron de crecer, superando los 400 mil a mediados de 2018 (cuando Nicolás Maduro asumió por segunda vez). En 2019 ya eran 471.871 personas y para 2022, según esos datos, eran 532.715.
Desde Washington DC, el periodista Douglas Farah, quien en los años 80 fue jefe de la agencia UPI en San Salvador y luego jefe de la oficina del Washington Post para América Central, y que ahora dirige IBI Consultants, dijo a El Mostrador que la situación es compleja, sobre todo por lo que ha estado ocurriendo en las últimas horas, en torno a “las cosas que está diciendo Trump sobre retomar el canal de Panamá”.
Así, Farah detalla que las opiniones del mandatario electo estadounidense en orden a que el canal debería ser propiedad norteamericana ha generado mucha tensión no solo con Panamá, sino con la nueva mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, quien “ya salió a decir que el canal es panameño”, lo cual hace prever una relación muy compleja con México, país clave en materia fronteriza.
A ello, agrega como otro elemento a tener en consideración, “el hecho de que Trump haya nombrado a Mauricio Claver-Carone como su enviado especial para América Latina, lo que indica que no ha cambiado su punto de vista sobre cómo manejar la crisis venezolana; o sea, es en la misma línea dura que tenía hace cuatro años y no dio resultados”.
A ese cóctel se suma, además, la situación venezolana, respecto de la cual el experto señala que “a mi criterio, Maduro se dio cuenta que el arma de la migración hacia Estados Unidos es un arma, primero, sumamente potente, y segundo, baratísima para él, o sea, es un arma asimétrica”.
En ese sentido, asevera que “el hecho de empujar migrantes a salir con destino final a la frontera con Estados Unidos, sabiendo que eso crea un caos en Estados Unidos, es un arma muy, muy poderosa”.
A ese respecto, recuerda una conversación que tuvo hace poco con el conocido periodista Jon Lee Anderson y otros amigos de ambos, en la cual este le dijo “acuérdate que cuando Gaddafi tuvo problemas con Europa, ¿qué hizo? Abrió sus puertas para que salieran los migrantes. Turquía, en este momento, vive de negociar la salida o no salida de los refugiados hacia Europa, y de eso gana miles de millones. O sea, no es una cosa nueva que lo haga Maduro”.
En dicho contexto, Farah es taxativo: “Yo creo que viene una ola muy grande, porque le conviene a Maduro, pues saca gente de su país que no tiene cómo vivir, no le cuesta nada, y genera caos en todos los otros países que han hablado, digamos, ‘mal’ del régimen de Maduro. Ecuador va a tener más problemas, Chile va a tener más problemas, Colombia, que no ha hablado tan mal de Maduro, va a tener más problemas”.
En otras palabras, asevera que “causa una ola de crisis contra las democracias y los países que no están con Maduro”.
-¿Cuáles son las consecuencias para Chile, tomando en cuenta que se estima en forma extraoficial que ya hay cerca de 1 millón de venezolanos en el país?
-Yo creo que inevitablemente la ola va a tocar a Chile de una manera muy fuerte. O sea, igual como a Ecuador, que ya no tiene cómo aguantar, pero si ustedes tienen 1 millón, ellos tienen 1.5 millones, porque están más cerca. Perú ya está muy aproblemado y, además, el Gobierno de Boric está enfrentado con Maduro sobre temas como derechos humanos y democracia, etc. Es uno de los factores que Maduro utiliza cuando ve dónde apoyar la migración. Hemos hablado con mucha gente que ha salido y a la cual personas que no son oficialmente del Gobierno, pero que obviamente sí son del Gobierno, les dicen “mira, puedes ir a Panamá, puedes ir a Chile”, o sea, les dan cierto menú de opciones para donde, a mi criterio, más quieren dañar.
A ello, el periodista agrega otros factores que convierten a Chile en un destino atractivo para quienes quieren huir de Venezuela: se evitan la selva del Darién, paso obligado y muy peligroso en la ruta terrestre a Estados Unidos y, además, se pregunta Farah: “¿Por qué ir ahí si ustedes en Chile tienen la obligación legal de dar alimentos, cuidados médicos, etc., a los recién llegados?”.
En síntesis, explica, es un tema económico: con las barreras de entrada que Trump anuncia que pondrá en el acceso a Estados Unidos, el costo de migrar hacia allá será más alto, por lo cual –señala– “creo que es inevitable y triste lo que viene contra Chile”.
-El Tren de Aragua llegó a Chile traficando personas. ¿Se benefician entonces en este panorama?
-Se van a abrir posibilidades económicas para el Tren de Aragua, que en este momento no existen, en nuevos lugares. Hemos escuchado, pero no hemos documentado aún, que ha habido contactos mucho más que preliminares, avanzados, entre la Mara Salvatrucha, MS-3 en Centroamérica, y el Tren de Aragua. Ya ha habido una unificación, un aprendizaje, una alianza con los carteles mexicanos que nunca había existido antes. Va aprendiendo un grupo del otro y si se juntan de una manera, digamos, más formal, va a ser fatal para la región.
Una opinión semejante tiene el experto en crimen organizado chileno Pablo Zeballos, autor del libro Un virus entre sombras, quien señala que “no cabe duda de que sea lo que sea que suceda a partir del 10 de enero, ello puede decantar en un incremento de oleadas migratorias de carácter irregular por la presión de salida y todo indica que con las restricciones que se van a implementar en la nueva administración del presidente Trump en Estados Unidos, lo más probable es que esas oleadas tengan la lógica que hemos tenido en los últimos cinco años, que son hacia el sur”.
Por lo anterior, analiza que “Chile es uno de los países más atractivos, por el arraigo que ya tienen en el país migrantes que salieron en las oleadas anteriores, producto también de la solución política y social de Venezuela y de las estructuras migratorias que ya montaron las organizaciones criminales que han aprovechado las oleadas migratorias anteriores para crear economías ilícitas en torno a lo que se denomina como “la trocha”, es decir, el paso clandestino entre países.
Sin embargo, precisa que asimismo “existen mercados paralelos que generan falsas informaciones para pulverizar estos procesos migratorios y generar aumentos en los flujos de migración y en la presión sobre las autoridades de determinados países, como lo que vimos nosotros después de lo que sucedió en Chile con el anuncio de la regularización”.
-¿Mencionas que hay entidades que se dedican a la difusión de estas fake news, si entendí bien?
-Sí, hay bastantes investigaciones que demuestran que hay una correlación entre estos procesos sociales complejos y noticias falsas. Ha pasado en Estados Unidos, por ejemplo, cuando se dijo por redes sociales que se iba a regularizar a todas las personas que estuvieran en una parte determinada y se empezaron a llenar las fronteras.
-¿Y detrás de esas fake news hay organizaciones criminales?
-Hay de todo un poco. Hay organizaciones criminales, hay intereses políticos, hay gente que vive de las fake news, pueden ser múltiples las opciones, pero obviamente las organizaciones criminales no desperdician ninguna oportunidad.